Peligra la libertad de expresión
Alberto Vieyra G. lunes 31, Ene 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Las mafias criminales están matando la libertad de expresión, uno de los derechos más preciados del ser humano y de quienes ejercemos diariamente esa libertad fundamentados en la verdad y la razón.
Nos están matando y no tenemos gobierno que nos defienda. Ninguna democracia en el mundo puede llamarse democracia mientras se asesine a la libertad de expresión.
En México, la actividad periodística se está volviendo prohibitiva para quienes ejercemos el derecho a la libertad de expresión. Después de Afganistán, una de las naciones más peligrosas para el ejercicio periodístico, está México. Qué triste que nos exhiban a nivel mundial como una nación bárbara cuando se trata de la actividad periodística.
Ciertamente que en la nación mexicana hay libertad de expresión, pero quienes la ejercemos a plenitud más temprano que tarde nos tendremos que atener a las consecuencias, algunas veces perdiendo la vida o en un escenario menos macabro con la pérdida del empleo, como le ocurrió a este átomo de la comunicación en el régimen calderonista.
Desde 1980, a la fecha han sido asesinados en México 300 periodistas. Tan sólo entre 2000 y 2022 han sido acallados 168 periodistas y voy por partes: con Vicente Fox fueron asesinados 22 comunicadores; en el etílico sexenio de Felipe Calderón se acalló a 48 periodistas; el sexenio peñista dejó una estela macabra de 47 comunicadores muertos y en lo que va apenas del régimen de la “Cuarta Trasformación” ya suman 51 periodistas asesinados, que en la mayoría de los casos permanecen impunes, de acuerdo con las organizaciones periodísticas como Artículo 19, Reporteros sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas.
En la Cámara de los Comunes, allá en Inglaterra, los debates verbales entre los partidos políticos en el gobierno, la oposición y los medios de comunicación son al rojo vivo. Muchas veces se dice hasta de lo que se van a morir y no pasa nada.
Pero, de acuerdo con la tesis del Washington Post, en México, las cosas son muy distintas pues el presidente Andrés Manuel López Obrador que se había comprometido a poner fin a los asesinatos de periodistas o -al menos- contener la violencia generalizada, incluida la que está oprimiendo la libertad de expresión y eso no está ocurriendo. Salvo un incidente. Porque la costumbre del Presidente mexicano, de refutar cotidianamente a la prensa se enmarca en una situación trágica. En México, con el régimen de AMLO lo del día a día es matar periodistas. Y quien lo hace, goza de la mayor impunidad del hemisferio occidental para cometer su crimen.
Sí, AMLO atiza la animadversión contra los periodistas y medios de comunicación. Él se hace pasar como víctima, como el Presidente de la República más atacado en la historia presidencial, lo cual es totalmente falso y sólo hay que revisar la prensa y demás medios de comunicación desde Gustado Díaz Ordaz hasta la fecha. Pero él -AMLO- sienta en el banquillo de los acusados a la “prensa inmunda” a los “periodistas chayoteros y corruptos” que suelen hacer cera y pábilo de politicastros ineficientes, ladrones como si fueran pulpos chupeteadores, como les llamaba el ilustre Jesús Martínez Palillo a los sinvergüenzas que lucran con el poder político en México. Ese clima de odio que crea AMLO contra los comunicadores mexicanos alienta a las mafias criminales a atentar permanentemente contra quienes hablen mal de ellos, a sabiendas de que tienen manga ancha porque el Estado mexicano, encabezado por el Presidente de la República es enemigo público número uno de los periodistas y medios de comunicación.