El tío lolo
Alberto Vieyra G. miércoles 23, Feb 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La frase de le estás haciendo al tío lolo, es lo mismo que “hacerse güey”, “hacerle al tontito”, “hacerse tarugo”, ser distraído, etcétera.
Y es que AMLO hace a la perfección su papel del tío lolo, manteniendo al pueblo de México en distractores como si se tratara de un circo, el circo del tío lolo. No le conviene que la prensa y los periodistas críticos hablen del desastre económico, del escándalo que hunde a la familia presidencial y a la “Cuarta Transformación”, a cargo de José Ramón López Beltrán y la “casita gris” en Houston, que por cierto ese asuntito ya está siendo investigado por la Fiscalía General de la República; tampoco le entra al desastre en la salud pública que encierra el desabasto de medicamentos y que está propiciando una mortandad, no sólo porque de entrada, sepultó al Seguro Popular creando un engendro llamado Insabi que nadie sabi para qué sirvió y que ahora experimenta queriendo federalizar la salud en México. Qué esperanza que AMLO le entre al asunto de las masacres que vive el país, el apoderamiento de propiedades a cargo de criminales de los cárteles o del México macabro que se vive en su régimen fallido. AMLO distrae todo con escándalos bélicos y ahora también de corrupción, contra sus adversarios o contra la prensa, el caso es no dejar de hacer el papel del tío lolo.
¿Está mal AMLO, la oposición, sus críticos, sus chairos que lo hacen sentir como un Dios o los empresarios mexicanos y extranjeros a los que odia con toda su alma por el solo hecho de ganar más que él?
Y como el tío lolo, es un experto en escándalos distractores y retóricas de engañabobos, pues entonces se agarra el asunto de la revocación de mandato con el que sus huestes morenistas hacen clandestinamente campaña electoral en favor de la revocación de mandato, aunque sepan o no que están violando la ley, una ley por cierto muy mamila que solamente entienden los consejeros del INE y que amerita una urgente reforma electoral que no viole a nadie el derecho a la libertad de expresión. La Revocación de Mandato es una patraña del tío lolo para distraernos de lo que realmente nos debe importar de los asuntos urgentes de resolver a nivel nacional. Eso de la “democracia participativa” es puro choro mareador del tío Lolo. Y le voy a demostrar por qué.
Para que la revocación de mandato tenga validez oficial -legal- necesita que el 10 de abril vayan a las urnas mínimo 37 millones 250 mil electores de carne y hueso. La reforma constitucional sobre la Revocación de Mandato fue aprobada en diciembre de 2019 con los votos de Morena y sus rémoras aliadas. Pero, hoy se quiere aplicar como al Presidente le gusta, sin quitarle puntos ni comas. Y, claro los que también le hacen al tío lolo hoy vociferan que hay violaciones a la ley que exige la instalación de más de 161 mil casillas en el país, pero al jefe le dolió el codo, solamente habrá 57 mil 300 casillas, un puñito y hasta la Corte autorizó que había que “violar la Constitución de a poquito”.
Para que el resultado del 10 de abril sea vinculatorio, es decir, válido conforme a la ley, tienen que participar un 40 por ciento de los anotados en la Lista Nominal de Electores. Y como dato recordaré que, en las elecciones presidenciales de 2018, AMLO logró una votación nunca vista: 30 millones 113 mil 483 votos, 53 por ciento del total. Tres años después, en las intermedias de 2021, Morena apenas superó la mitad con 16 millones 136 mil votos y le faltarían 21 millones 114 mil votos para llegar al constitucional 40 por ciento, para que se vaya a la rechintola. Pero como ello no ocurrirá, el tío lolo nos está mintiendo a todos.