Cansancio presidencial
Alberto Vieyra G. jueves 3, Mar 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Ya estoy cansado…”. Explicación no pedida, acusación manifiesta, eso reza el sabio refrán heredado por nuestros abuelos. Y la acusación manifiesta es que efectivamente, AMLO ya se ve cansado, aburrido, con una monumental neurosis que lo hace reflejar una mala salud mental y espiritual. Quizá ello explique el por qué de sus viscerales reyertas contra la prensa, los periodistas críticos; con los integrantes de los organismos autónomos como el Inegi, la Suprema Corte, el INAI, pero sobre todo contra el INE, institución a la que odia con toda su alma porque no quiere aplicar la regresiva “democracia participativa” que tanto pregona; pero también repudia a los conservadores fifís a los que ha hecho ver como los grandes enemigos de la República y por si fuera poco se ha peleado también con España, con Estados Unidos, Austria y sin faltar Panamá.
Pero, además, AMLO no ha podido ni ha sabido tomar el control del país que vive en una absoluta ingobernabilidad, no sabe qué hacer con la economía, menos con la catástrofe de salud pública y la barbarie que sacude a México con masacres y más masacres que lo asemejan a un país en guerra, pues en poco más de 3 años de su aberrante mandato suman más de 110 mil homicidios dolosos. Sí, AMLO siente esa impotencia de ver que el país se le salió de las manos y no sabe lo que está ocurriendo en la nación azteca, todo eso refleja su hartazgo por la función pública para la que no se preparó y simplemente se cansó, pero la vitamina “P” lo hace reaccionar al más puro estilo de Antonio López de Santa Anna Pérez de Lebrón, su “alteza serenísima”, quien se sentía insustituible y sostenía que aunque se fuera por un corto tiempo a la vida privada, siempre estaría dispuesto a sacrificarse por la patria.
El Presidente de la República, después de su acusación manifiesta que reveló la semana pasada, ante periodistas que cubren la “fuente” de Presidencia a los cuales invitó a conocer los recovecos de Palacio de Cortés, AMLO dejaría escapar el Santa Anna que lleva dentro aduciendo en broma y enserio, algo que fue la esencia de ese recorrido y lo más peligroso para el país cuando su “alteza pequeñísima” pronunció: “Pronto me retiraré de la vida pública. Solamente regresaría si hubiese una cuestión por la patria”.
¿Qué la patria le reclame que regresa a un señor cansado y que ni fu ni fa con la realidad del país? ¡No, ni lo mande el cielo!
Pero nada debe extrañarnos, los déspotas que se creen indispensables así son. Así que ojo, mucho ojo porque la nación azteca no puede ni debe cometer otro accidente político histórico. En política nada es coincidencia, todo es premeditado y la frase “a menos que una cuestión por la patria lo reclame yo regreso” alcanzaría otra dimensión cuando los lacayos y lambiscones senadores de Morena en la Cámara alta han proclamado a AMLO como “una encarnación, cabeza y símbolo de la patria, la nación y el pueblo”. ¡Qué mentira más colosal! Así que aguas en las próximas elecciones federales porque el fantasma de Santa Anna podría darnos otro histórico susto. ¡Aguas con el falso Mesías!