Ucrania denuncia bombardeo a mezquita con personas adentro
Mundo domingo 13, Mar 2022
Avanza el ejército invasor dejando destrucción y muerte
- Gobierno de Mariúpol afirma que más de 1,500 residentes de la ciudad han muerto
Las fuerzas rusas bombardearon este sábado una mezquita en la asediada ciudad de Mariúpol donde se refugiaban ochenta personas en su interior, sin que de momento se tenga constancia de víctimas, denunciaron las autoridades ucranianas.
La mezquita del sultán Solimán el Magnífico recibió al menos el impacto de un proyectil. Entre las personas refugiadas se encontraban ciudadanos turcos, según informó la Embajada de Ucrania en Turquía en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, el presidente de la asociación de la mezquita, Ismail Hacioglu, contactado por la cadena turca HaberTürk este sábado por la tarde, aseguró que el barrio estaba siendo atacado pero que la mezquita no había sido alcanzada por el fuego.
“Los rusos bombardean la zona […] que se encuentra a 2 km de la mezquita, y una bomba cayó a unos 700 metros de la mezquita”, había indicado previamente en Instagram.
Dentro del templo se encuentran civiles turcos, “incluyendo niños”, explicó, aunque no detalló cuántos.
En total, en la ciudad de Mariúpol quedan 86 ciudadanos turcos, y la asociación de la mezquita está tratando de agruparlos pasando casa por casa para buscarlos, dijo Hacioglu a la televisión turca.
El responsable también explicó que su asociación ya había intentado evacuar a ciudadanos turcos en cuatro ocasiones, formando un convoy, “pero los rusos no nos dejaron cruzar” las barreras.
Mariúpol es ahora mismo uno de los grandes frentes de la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania, y escenario de un nuevo intento este sábado de apertura de corredores humanitarios para sacar a la población.
De hecho, este sábado, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas ha confirmado que las fuerzas rusas controlan ya la parte oriental de Mariúpol.
“Los principales esfuerzos de los ocupantes se concentran en la toma de las ciudades de Mariúpol y Severodonetsk. El enemigo ha capturado las afueras orientales de Mariúpol”, ha explicado el ejército en un comunicado oficial publicado en Facebook.
Sin embargo, el comunicado militar destaca que “las fuerzas ocupantes se han encontrado con una fuerte resistencia en la zona operativa de Donetsk y han perdido capacidad ofensiva”.
Por otro lado, en un mensaje publicado en su cuenta de Telegram, el Ayuntamiento de Mariúpol afirma que más de 1,500 residentes de la ciudad han muerto a consecuencia de los de ataques rusos sobre la urbe.
“1.582 civiles de Mariúpol fueron asesinados por las tropas de ocupación rusas durante el bloqueo de la ciudad y el bombardeo despiadado de las zonas residenciales”, según el Ayuntamiento.
Intentos de evacuación
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó el pasado fin de semana el fracaso del segundo intento de evacuar a los civiles de la asediada ciudad ha fracasado por la ausencia de un acuerdo “detallado y funcional” entre las partes del conflicto: las fuerzas ucranianas que defienden la ciudad y las milicias de la autoproclamada república de Donetsk, afines a Rusia.
El Ejército ruso denunció el viernes que las fuerzas ucranianas que están defendiendo Mariúpol han destruido todos los accesos de entrada y salida por lo que la ciudad se encuentra ahora mismo desconectada del mundo exterior.
“Todos los puentes y accesos a la ciudad han sido destruidos, las carreteras principales han sido minadas por los nacionalistas (ucranianos) y hombres armados recorren las calles abriendo fuego indiscriminado, lo que está obligando a la población civil a permanecer en sus hogares”, ha declarado el jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, Mijail Mizintsev.
El servicio de prensa de Donetsk ha confirmado que existe todavía cierto goteo de evacuados, aproximadamente unos 200 por día. “Desde las 8.00 del 11 de marzo hasta las 8.00 del 12 de marzo, 217 personas, incluidos 25 niños, fueron evacuadas de Mariupol y los asentamientos de su área suburbana a Bezymennoe, en el distrito de Novoazovsky”, según la nota publicada el sábado por las fuerzas separatistas y recogida por Interfax. En la ciudad viven unas 400.000 personas.
Desde el inicio del asedio, Rusia ha denunciado en repetidas ocasiones la existencia de integrantes de milicias ucranianas de ultraderecha empeñadas en boicotear sus esfuerzos para apaciguar la situación.
Mujeres ucranianas toman las armas para luchar por su país
Ante la desigualdad de ejército de Rusi y Ucrania, Irina Sergueieva se convirtió en la primera combatiente voluntaria ucraniana en firmar un contrato militar a tiempo completo. Hoy, asegura que las mujeres que quieren unirse a defender Ucrania frente a Rusia no tienen una idea “romántica” de la guerra.
Esta mujer, de 39 años, fue aceptada como reservista en el ejército en 2017, cuando su país luchaba contra los separatistas prorrusos en Donbás, en el este del país.
Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, que sumió a Ucrania en una lucha por su supervivencia como país independiente, esta profesional de la comunicación ha visto llegar a muchos jóvenes, mujeres y hombres, también deseosos de tomar las armas.
“Los primeros días llegaban muchas jóvenes que querían hacerse con un arma para poder ir a combatir”, explica Sergueieva, desde un garaje subterráneo transformado de alguna manera en un campo de entrenamiento.
El garaje refleja el caos de una ciudad que se prepara para resistir un asalto ruso. A lo largo de una de las paredes de cemento, hombres con rostro serio y sin afeitar están acostados en literas.
En otro rincón, unas cuantas mujeres mayores vestidas de civil registran las coordenadas de las nuevas reclutas en portátiles. Y un poco más allá, un joven, sentado bajo un neón pálido, se está dejando cortar el pelo por una mujer con un sombrero hipster.
De pie, en medio de todo el escenario, Sergueieva, con aire pensativo, explica su trabajo como directora de la organización de combatientes voluntarios en su distrito de Kiev.
“Comprendí que muchas mujeres jóvenes estaban teniendo una idea un poco romántica de todo. Sus espíritus heroicos se despertaron”, cuenta.
“Pensaron que iban a pelear sin entender realmente cómo funcionaba todo. Tuve que asentir con la cabeza, mientras les decía suavemente que tal vez no estaban hechas para eso”, prosigue.
Después de una pausa, agrega con una sonrisa, “pero tal vez también fue lo mismo para algunos hombres”.
Las calles de Kiev, un peligro latente
El avance de las fuerzas rusas, ahora a las puertas de Kiev, ha dado una sensación de peligro inminente en las calles de Kiev, donde se ha quedado la mitad de sus aproximadamente 3,5 millones de habitantes, según su alcalde, Vitali Klitschko.
Algunos barrios periféricos ya fueron destruidos parcialmente por ataques aéreos.
En los suburbios del noroeste, los cuerpos de soldados rusos y civiles ucranianos yacen abandonados en las calles y parques.
Se colocaron obstáculos antitanques y sacos de arena por toda la ciudad, ahora como si estuviera dividida en segmentos para la futura lucha de guerrilla urbana.
La abrupta transformación del paisaje de la ciudad sorprendió a los residentes que permanecieron, como la joven artista Natalia Derevyanko.
Formada como historiadora, esta mujer de 24 años mira a Sergeyeva y defiende tímidamente su decisión de tomar las armas.
“Mi mamá me felicitó por hacer eso”, relata, en el segundo día de su entrenamiento en el garaje. “Mucha gente está cambiando de trabajo porque todo nuestro mundo se ha puesto patas arriba”, remarca.
Olena Maistrenko, una psicóloga de 22 años, con la punta de un arma balanceándose entre sus rodillas, espera saber su destino.
Reacia primero, dice que ahora está preparada para la posibilidad de tener que disparar a alguien.
“Da miedo, especialmente al principio, cuando tomas un arma por primera vez y te das cuenta de que podrías tener que matar a alguien”, afirma.
“Pero luego lo superas. La vida está llena de matices. Vuestros miedos desaparecen”, prosigue.
Históricamente, las leyes ucranianas dificultaron que las mujeres ingresaran al ejército profesional.
Las leyes tuvieron que ser eludidas para permitir que Sergeyeva siguiera dos años de entrenamiento y, luego, se convirtiera en profesional.
Hasta la invasión rusa, las mujeres constituían solo un 5% de las fuerzas armadas y de la inteligencia militar, precisa. Pero este porcentaje ahora está aumentando rápidamente.
Natalia Kuzmenko, de 53 años,propietaria de una pequeña empresa, revela que se unió al garaje para cocinar para los soldados y asegurarse de que todos tuvieran los uniformes limpios.
“Pero firmé un contrato. Eso significa que también tengo que estar lista para tomar un arma y luchar”, concluye Kuzmenko.