A dos fuegos
Freddy Sánchez martes 21, Jun 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Un líder “entrón y no agachón”…
Eso ven en Alejandro Moreno los que siguen apoyando su dirigencia en el PRI. En cambio los que piden que se vaya lo catalogan de un deshonesto vulgar.
Y ante esas dos opiniones cabe mencionar lo que dice un dicho: “golpe que no mata fortalece”…
El caso es que hasta el momento las presiones sobre “Alito” siguen siendo muchas y es aventurado afirmar que su permanencia como dirigente nacional se cumplirá hasta último día para el que democráticamente lo eligieron los militantes del partido.
De ello se dio puntual cuenta en los pasados días, en los que transcurrió lo que fue una semana más que complicada para el líder del Revolucionario Institucional, ya que hubo más de la incisiva campaña orquesta por Layda Sansores empeñada en “hacer cachos” la reputación el dirigente priista, dando a conocer nuevos audios que develan supuestas conductas inmorales del aludido.
En ese sentido, cabe señalar que el daño causado a la imagen de “Alito” ha resultado tan contundente que entre distinguidos militantes del PRI surgió la necesidad de convocarlo a una reunión urgente, con el propósito de analizar, entre otras cuestiones y expectativas del partido, el efecto negativo que pudiera tener lo que se ha dicho en demérito del nombre del dirigente nacional.
Al encuentro acudieron varios ex líderes nacionales del tricolor, además de figuras sumamente conocidas e influyentes entre los priistas y como parte de lo discutido estuvo la eventual renuncia del líder del partido que categóricamente se negó a dejar el cargo.
El dirigente priista hizo valer que su elección interna lo faculta a permanecer hasta 2023 y si bien accedió a dar cabida a toda clase de reflexiones sobre lo que le conviene o no hacer al interior del PRI en torno a sus compromisos electorales en los que se incluye la elección presidencial, quedó descartada su renuncia por lo menos de momento.
En apariencia, “Alito” consiguió el espaldarazo de los que acudieron a entrevistarse con él, lo que supone que los presentes reconocieron que a pesar de que el partido no la tenido buenos resultados en cuanto a la obtención de nuevas gubernaturas ni la conservación de las que ya tenía, dos puntos le favorecen a su líder. En primer lugar, junto con los dirigentes del Partido Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, haber ganado una batalla legislativa en la Cámara de Diputados, que significó una gran pérdida para la Cuarta Transformación.
Se trata, obviamente, de lo que el bloque opositor, a pesar de presiones de distinta índole, logró con respecto a no dar vía libre a la reforma eléctrica de Andrés Manuel. En segundo lugar, en relación con lo mismo, no haber defraudado la confianza de los electores que le dieron a la oposición el poder camaral para contener las iniciativas presidenciales en materia constitucional. Así las cosas, es de imaginarse que los priistas optaron por reconocer que en el balance de lo realizado por su dirigente nacional, los méritos son dignos de otorgarle un voto de confianza a fin de que continúe al frente del PRI, en la inteligencia de que habrán de discutirse y acordarse distintas cuestiones encaminadas a vigorizar las posibilidades de éxito partidista con dos propósitos fundamentales para el siguiente año.
Por una parte, hacer lo que les permita conservar las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, además de promover los acuerdos concernientes a la continuación de las alianzas con el PAN y PRD en busca de la candidatura común para la presidencia.
En ese contexto, es de suponer que en espera de acciones legales externas contra “Alito”, (si es que éstas prosperan e impiden que continúe en el liderazgo del PRI), se dará una disminución de las presiones internas y gracias a ello, el líder priista dejará de estar “bombardeado” a dos fuegos.