Gobernabilidad e inconstitucionalidad
Freddy Sánchez jueves 18, Ago 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Consultorios de “Farmacias de Similares”, “Farmacias del Ahorro” y todas los demás que operan a lo largo y ancho del país podrán ser un riesgo para la salud, sociedades de lucro e incluso “lo peor de lo peor” que le haya podido pasar a este país (si eso llegara decir también el doctor López-Gatell), pero de no existir qué pasaría con miles de enfermos con dolencias menores.
Acaso el sector salud, más que saturado, se podría hacer cargo de afrontar esa demanda de salud cuando con dificultades y sin total éxito se está tratando de superar la crisis por falta de medicamentos e insuficiencia de médicos, en particular, especialistas.
Dicho de otra forma: “qué se fumó” el subsecretario de Salud al menospreciar la participación de esa parte de la medicina privada en la atención a las personas con problemas menores de salud.
Porque ni duda cabe que con sus limitaciones y todo en cuanto a capacidad de intervención médica en dolencias mayores, (las derivadas de la hipertensión y la diabetes, por ejemplo), los consultorios con los que cuentan las farmacias en México, constituyen una opción de gran valor para la prestación de los servicios médicos a particulares.
Afirmar por lo mismo, con tanta ligereza, que estos establecimientos son un riesgo para la salud, como lo dijo el doctor López-Gatell, requiere de elementos probatorios y no sólo elucubraciones surgidas de la imaginación activa de alguna mente posiblemente perturbada, ya que hablar por hablar es de “locos”, francamente.
Cierto innegablemente es que la medicina privada no se caracteriza por ser partidaria del criterio de “una madre de la caridad”, dándose casos de especulación y abuso ampliamente voraces, pero no se puede generalizar para tildar de un peligro para la salud a todos los consultorios de las farmacias privadas y mucho menos a los médicos que las atienden.
En ese caso, habría que precisar que tanto en el sector salud institucional como en el particular, inevitablemente hay galenos, enfermeras y personal de salud con escasa capacitación, poca sensibilidad humana y predisposición al uso indebido de sus facultades pudiendo afectar la salud de los enfermos que recurren a ellos.
Pero, es justo afirmar que también los hay altamente capacitados, dedicados a darlo todo en aras de cumplir con sus obligaciones laborales y en ningún caso incurriendo en deshonestidades.
Así que generalizar para elogiar o denigrar los servicios médicos del gobierno o la iniciativa privada es una exageración.
La que “no le queda” a un funcionario que se precie de bien intencionado, correcto y no inclinado a decir o hacer cosas con intenciones ajenas al buen desempeño de su tarea. De ahí que el doctor López-Gatell debería cuidar lo que dice, porque no es la primera vez que se excede en sus apreciaciones para criticar sin acreditar plenamente las afirmaciones que surgen de “su ronco pecho”.
De tal suerte, que en el caso de los consultorios de las farmacias particulares, lo que habría que hacer más que desacreditarlos desde el aparato burocrático es aportar ideas y emprender acciones oficiales con el propósito de mejorar la calidad de sus servicios en beneficio de personas de escasos recursos.
Todos aquellos que al sufrir algún padecimiento se vieran obligados a acudir a los servicios oficiales, no sólo causarían un mayor agravamiento en la atención de los enfermos, sino que en algunos o muchos casos estarían impidiendo que el sector salud siquiera se diera abasto para ver a cuanto enfermo reclamara su atención.
Es por ello de fundamental importancia que cualquier crítica e intento por satanizar a la medicina privada en este país, además de sustentarse con las pruebas que acrediten cada caso denunciado, se proceda conforme a la ley a actuar sin contemplaciones y conjuntamente ofrecer alternativas sustitutas de atención a la salud antes de las ociosas ocurrencias de López-Gatell.