“La Chayo y El Chucho”
Freddy Sánchez viernes 26, Ago 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Que Rosario Robles (tras un trienio en presidio) esté libre no significa que sea inocente de los delitos que se le acusó.
Lo dijo Andrés Manuel López Obrador y su aseveración es legalmente correcta. La ex secretaria de Estado en tiempos de Peña Nieto no puede ser considerada inocente por haber logrado seguir en libertad su proceso penal.
En ese tenor, hay que señalar igualmente que Jesús Murillo Karam tampoco puede ser considerado como culpable de los delitos imputados en su contra, sino hasta que el juicio en su contra quede debidamente concluido con su definitiva libertad o sentencia de culpabilidad y la condena respectiva.
Y es que los tres delitos por los que la Fiscalía General de la República obtuvo una orden de aprehensión en su contra que son los de desaparición forzada, tortura y obstrucción de la justicia, es preciso demostrarlos en el proceso con los medios de prueba a los que haya tenido acceso el ministerio público para formalizar la acusación.
En ese aspecto, cabe mencionar que igualmente el acusado tendrá la oportunidad de redargüir de falsos los cargos, aportando las pruebas que obren en su poder como medio para acreditar su inocencia, lo que por supuesto de continuar el proceso hasta su culminación con las sentencias correspondientes hay mucho tiempo por delante que recorrer.
En especial, por el hecho de que aparte del ex Procurador General de la República se ejercerá acción penal contra distintos mandos militares y civiles que son los coacusados de Murillo Karam. Es de mencionar, por consiguiente, que la ruta legal en este asunto habrá de estar colmada de toda clase de alegatos, testimoniales, entregas documentales y muchas incidencias más que hacen prever un juicio de varios años, salvo que ocurriera algo sorpresivo a favor del ex procurador como podría ser a decir de algunos que se muestre dispuesto a convertirse en un testigo colaborador como lo fuera el señor Lozoya y en ese caso aportar elementos que en lo de Ayotzinapa pudiera acreditar la culpabilidad de un crimen de Estado orquestado por el ex presidente Peña Nieto.
Una probabilidad acusatoria en contra del antecesor de Andrés Manuel, que no pocos ven como francamente remota. Los cálculos políticos que se hacen al respecto es que Murrillo con sus abogados procurará demostrar que las acusación en su contra no tiene solidez y que por eso mismo, a fin de cuentas quedará libre exonerado de todos los cargos, lo que podría suceder rápido o no tanto, dependiendo de las estrategias legales a seguir de las autoridades competentes los abogados defensores.
Una de las cuestiones que considerar a favor de Murillo Karam es la dificultad que tendrá el Ministerio Público para no afectar la imagen del ejército al haber acusado a mando militares como copartícipes de un crimen de estado.
Y lo más complicado podría ser que se mantenga fuera de sospecha y lejos del riesgo de enfrentar juicios penales en su contra a altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional en los tiempos de Peña Nieto.
Como es de suponerse, en primer lugar al general Salvador Cienfuegos.
Qué tanto realmente el gobierno de la 4T está dispuesto a “enfriar” sus excelentemente cordiales relaciones con la jerarquía actual de la Sedena se antoja indispensable reflexionar para darse una idea de lo poco probable que será provocar una diferencia áspera con sus actuales mejores aliados que son los generales al mando del Ejército, algunos en riesgo de ser “manchados” por el proceso contra Murillo Karam
Las insinuaciones, que no acusaciones incriminatorias formales, contra Harfuch, el jefe de la policía en la Ciudad de México, y la inmediata reacción de apoyo en torno a su persona por parte de Claudia Sheinbaum deja en claro que lo mismo sucedería con algunos altos mandos de las fuerzas armadas en caso de que se les pretendiera encarcelar como a Rosario Robles y Murillo Karam. El caso que algunos llaman el cuento de “La Chayo y El Chucho”.