Culpas del Ejecutivo
Freddy Sánchez martes 29, Nov 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Bribones en las calles y las cárceles llenas de inocentes.
Y eso obedece a fallas del poder Ejecutivo o poder Judicial. O de ambos en distinta medida.
Porque como podría decirse: “Que arroje la primera piedra el que se sienta libre de culpa”.
Algo que por cierto hizo la semana Andrés Manuel acusando a los jueces de no tener vergüenza al ponerse del lado de “los machuchones”, aclarando que se refería a los delincuentes de “cuello blanco”.
Y es que la SCJN con una votación de nueve contra dos ministros, aprobó un cambio de criterio para aplicar la “prisión preventiva oficiosa” en delitos fiscales.
Acción carcelaria que no desaparece, pero que dejará de aplicarse en forma automática, obligando a los juzgadores judiciales a revisar cada caso y no como ha venido sucediendo al aplicar la pena privativa de libertad al presunto responsable de un delito, sin mayores pruebas e incluso sin ninguna que demuestre indubitablemente su conducta delictiva.
El razonamiento de los señores ministros, incluido el del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, coincidió en que es una aberración el uso de la prisión preventiva oficiosa conforme a los criterios que se modificaron como condición para que prosiga su aplicación.
Y eso dio lugar a la molestia presidencial afirmando Andrés Manuel que los jueces dejaron constancia de estar a favor de los delincuentes. Pero, qué tan cierto es lo que el Presidente manifestó. En ese aspecto, hay quienes no dudan en darle la razón rotundamente.
En contraparte, existe criterios que justifican e incluso apoyan a cabalidad la actuación de la SCJN que al deliberar el asunto y resolverlo conforme a criterios de legalidad sustentados en la independencia e imparcialidad de los ministros, es de aplaudir que tal cosa haya sucedido y venga a tranquilizar diversas inquietudes.
En particular de quienes ven en la actuación de esos altos funcionarios de la justicia una especie de temores, afanes de quedar bien o “quién sabe que cosa”, que los hace resolver asuntos legales bajo su responsabilidad procurando habitualmente atender lo que el presidente les pareciera ordenar que hicieran.
En ese sentido se antoja excesivo de parte del jefe del Ejecutivo, no sólo censurar abiertamente la función de los juzgadores sino inclusive señalarlos de virtuales cómplices de los delincuentes “de cuello blanco”.
O sea, pudientes de negocios corruptos, “celebridades” del empresariado nacional e incluso de la política o la sociedad civil bajo protección de la justicia, cual si los jueces, magistrados y ministros en México, (salvo honrosas excepciones), se comportan como “lacras” al servicio del mejor postor.
El caso es que presuntos delincuentes hay en las calles, no porque los jueces (todos y cada uno de los que ejercen la profesión), los hayan puesto libres a cambio de alguna dádiva o algo parecido, sino que en muchos casos los que supuestamente ha delinquido gozan de impunidad y están lejos de una cárcel por dos motivos regularmente: Los policías no los detienen o lo hacen sin pruebas suficientes para encarcelarlos. Así que la pena de la prisión preventiva oficiosa evitó a fiscales y elementos de la policía, darse la molestia de investigar a fondo antes de detener y consignar, puesto que les bastaba señalar a los presuntos culpables de haber participado en “delitos de catálogo” para que el juez lo metiera presos.
Los tres años de lucha legal de Rosario Robles para gozar del derecho a llevar su proceso en libertad y quitarse la monserga de la prisión preventiva oficiosa, (asunto que resolvió la corte a su favor), debió ser un factor de influencia en la decisión de la SCJN para cambiar los criterios para el uso de dicha figura legal. Y como se trata del máximo tribunal de justicia que hay en el país, lo acordado se acata y no se discute. Así las cosas en cuanto a la evasión de la justicia de criminales hay que separar las fallas o corruptelas del poder Judicial y las culpas del Ejecutivo.