Las cuentas alegres
Luis Ángel García lunes 2, Ene 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El Presidente cerró el año con un balance digno de “Alicia en el país de las maravillas”. Para la 4T, 2022 fue de excepción, no hubo crisis económica ni inseguridad, la pandemia se manejó “correctamente” y augura un crecimiento del tres por ciento en lo que resta del sexenio; anunció la recuperación del empleo y prometió para fines de 2023 -porque ya no hay corrupción-, un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. Vivimos ya en un Estado de bienestar escandinavo. Nada más alejado de la realidad.
La pandemia dejó más de medio millón de compatriotas muertos -superior a la mitad del millón que hubo en toda la Revolución Mexicana-, por la ignorancia y soberbia de las autoridades sanitarias que pronosticaban como peor escenario catastrófico 60 mil vidas perdidas. Además, el coronavirus acentuó el nulo crecimiento de 2019 y en 2020 decrecimos -8%. En el 2022, el PIB se incrementó solo en 0.9%. El propio mandatario prevé para el resto de su administración un pobre uno por ciento, aunque los analistas dudan que se cumpla. En el sexenio, el crecimiento será de cero.
El 2022 también agudizó el índice de pobreza nacional, al incrementarse en más de cuatro millones los mexicanos cercanos a la miseria. Por eso buscan cambiar los indicadores que miden el desarrollo de un país, ya que las variables que manejan el Inegi y la OCDE no nos favorecen.
Con bombo y platillo anunció la recuperación del empleo, aunque aceptó que en diciembre hubo un alto porcentaje de despidos, por lo que la cifra oficial se redujo a 700 mil nuevos puestos de trabajo, muy por debajo de los millones que se perdieron durante la pandemia. Peor aún, si bien es cierto que la desocupación disminuyó, cabe señalar que no todas las fuentes de trabajo son formales, por lo contrario, la gente emigró al autoempleo o al comercio informal, el que no paga impuestos ni da prestaciones a los contratados.
También presentó como un logro, casi el nuevo “milagro mexicano”, el envío de remesas e incluso vaticinó un récord histórico: 60 mil millones de dólares en diciembre. Ese no es un acierto del gobierno federal, es una vergüenza que no se cuente con una política pública que garantice el empleo y la educación para retener a millones de connacionales que tienen que migrar en busca de mejores oportunidades de vida. Las remesas son dinero que no se genera en México, pero las autoridades las presentan como resultado de una estrategia económica nacional, aunque Hacienda no ve ese numerario ni puede disponer de él, mucho menos gravarlo. Más aún, para el segundo semestre de este año, la inminente recesión en los Estados Unidos y su alta inflación harán que disminuya el envío de dólares de los paisanos a sus familias en México.
El alza en las tasas de referencia continuará, al menos durante la primera mitad de este año, lo que encarecerá el crédito, ¿quién se atreverá a buscar un financiamiento? 2023 arrancó con un aumento fiscal a la gasolina, los refrescos y los cigarros, y aunque malabarean con las cifras para argumentar que no han subido los combustibles, el bolsillo de los mexicanos dice otra cosa; el aumento a las gasolinas no sólo afecta a los propietarios de automóviles, repercute en el alza al transporte público y en el precio de los perecederos, por su traslado.
Si la economía no pinta bien, la seguridad menos. En términos reales, este será el sexenio más sangriento de los tiempos modernos, el crimen organizado es cada día más violento y, eso sí, tenemos el récord de más homicidios dolosos en el siglo XXI. La delincuencia se ha apoderado de un tercio del territorio nacional y desplazado a las autoridades formales, además de imponer candidatos y financiar campañas políticas; la gobernanza se ha desfigurado. Nada de qué presumir.