Desinformación
Freddy Sánchez martes 18, Abr 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Todo lo que brilla algún día tendrá que oscurecer.
Algo que llega a ocurrir en el espacio sideral con las estrellas milenarias y con mayor razón con tantas otras cosas.
Así entonces, el trayecto de vida y el “funeral” de Notimex habría que verlo con claroscuros.
En memoria de sus mejores años cuando en los principales medios de comunicación se contaba con una máquina procesadora de reportes informativos que la agencia oficial de noticias transmitía gracias al trabajo de sus reporteros en México y fuera del país.
Hubo, sin duda, colaboradores de excelencia con un toque especial para detectar y transmitir información de interés para la gente. Y su tarea llegó a gozar de gran libertad de expresión (salvo en aquello que normalmente se requiere extrema cautela para “tocarlo” si es que se puede llegar a difundir), que en el caso de Notimex como en los medios de información privados inevitablemente estaba sujeto a políticas de autocensura.
La misma que suele regular el qué decir o no decir, en relación con determinados hechos de la cotidianidad de la vida. Y es que suponer que todo está permitido informar sin una directriz emanada desde la esfera del poder central en cada medio sería una ingenuidad.
Porque es de imaginarse que aun los más liberales de la información están sometidos a una u otra forma de limitación que los obliga a no difundir aquello que afecte el interés empresarial.
Y eso es obvio porque en los negocios (que lo son sin duda los medios de información privados), no hay quien se distinga por su “vocación suicida”.
Lo más común es que algunos empresarios de la comunicación estén dispuestos a “bailar al son que les toquen” en el gobierno y, particularmente, si sus anunciantes no suman suficiente apoyo económico para el sano y próspero desarrollo de una empresa dedicada a la información.
En ese sentido, se puede considerar que ciertos intereses influyen en el manejo de la información hacia el público y más tratándose de una agencia oficial de noticias.
Unas más y otras menos, por lógica sus políticas de regulación informativa son determinadas desde el círculo del poder en turno en donde lo mismo se pueden encontrar criterios abiertos o muy obtusos.
O sea los que facilitan una operación medianamente creíble de un medio institucional dedicado a difundir noticias cuando no es el caso de quienes definitivamente “callan todo”, tratándose de lo que no conviene al gobierno y por eso lo censuran.
En tales circunstancias, las apariencias indican que los tiempos de Notimex dejaron de ser propicios, si como algunos lo dicen la única información que le apetece difundir al gobierno de Andrés Manuel es la que considera solidaria y no crítica para su gobierno.
Así que independientemente de la “grilla”, choques sindicales, criterios editoriales opuestos, afanes de manipulación y demás diferencias suscitadas en torno a la agencia oficial de noticias antes mencionada, es de suponer que dos canales de información para lo mismo en tiempos de “austeridad republicana” ciertamente resultaban excesivos.
Y como “la mañanera” para lo que fue creada ha probado de sobra su alto beneficio político para el gobierno, bien podría pensarse que Notimex como difusora de lo que dice todos los días el Presidente de plano sería un exceso y dedicarse a contradecirlo algo absolutamente inaceptable desde la probable óptima institucional.
Sobre el particular podría añadirse que de hecho Notimex estaba “desaparecida” casi desde que comenzó el sexenio mientras que en el entorno de las noticias dos grandes cuestiones parecen estar a la vista: La información y la desinformación.