La temible lepra
Alberto Vieyra G. miércoles 9, Ago 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Desde el año 600 a.C, el mundo árabe era azotado por la temible lepra que por aquellos tiempos no tenía cura y los leprosos eran segregados a las orillas e incluso a las montañas cercanas a pueblos y ciudades.
Científicamente se consideraba a los leprosos como “personas impuras”. Cuando Jesucristo estuvo entre nosotros, curó a cientos de leprosos que se acercaban a él y con sólo tocarlos sanaban.
En nuestros días, la temible lepra vuelve a sentar sus reales en buena parte del mundo, sobre todo en países que viven un desastre de salud pública como España, Estados Unidos y México, donde la autoridad sanitaria ha encendido los focos rojos toda vez que ya son 28 estados de la República en los que la lepra avanza vertiginosamente y hasta el momento se habla de 300 casos, aunque podrían ser más, pues mucha gente, por miedo o vergüenza, no se atiende en el sector salud, menos a sabiendas de la catástrofe de salud pública a la que AMLO ha llevado a la nación azteca.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de casos está bajo control si se atiende a tiempo, ya que en caso contrario la temible lepra será tratada de por vida. De acuerdo con las profecías bíblicas, en los últimos días del actual sistema de cosas la humanidad será azotada por epidemias como el Sida, el ébola, el coronavirus y ahora la lepra.
La OMS nos dice que el tratamiento contra la lepra, si se atiende a tiempo, es curable antes de que cause estragos en la voz, la vista y en la mayor parte de los tejidos que conforman las 5 capas de la piel. Hay una vacuna contra la temible lepra, pero ¿usted ha sabido en el actual sexenio de la 4T de alguna campaña oficial para vacunar contra la lepra? No que yo sepa, a pesar de que México es pionero en cuestión de vacunas, pues gracias a ellas el médico de la realeza española Francisco Javier de Balmis y Berenguer erradicó en México, y en prácticamente en la faz de la tierra, la viruela, que hoy por cierto comienza a aparecer en África.
Desde los años sesenta del siglo pasado, la lepra comenzaría a tener cura, merced al descubrimiento de un milagroso fármaco llamado dapsona y en años posteriores, se descubrieron otros dos fármacos que han evitado muertes dolorosisimas por la temible lepra, la rifampicina y la clofazimina, los otros dos componentes del tratamiento multimedicamentoso.
Lógicamente, que cuando se registra un caso de lepra, lo mejor es acudir a la ciencia médica y no estar esperanzados a que AMLO solucione el desabasto de medicamentos en México con el cuento de un bancototote de medicamentos de todo el mundo. Creer en ese cuento es como creer en los Reyes Magos o en los huevos de gallo.
Aunque la lepra se puede curar desde el siglo pasado, los leprosos no sufren ya las deformaciones de antaño, la sociedad no ha despojado todavía a esta enfermedad de su estigma repulsivo y morboso. “Somos capaces de dar 500 pesetas por los leprosos, pero no de darles la mano”, dice sor Montserrat, una religiosa que lleva 30 años en la leprosería de Fontilles (Alicante).
Así que cuando se trate del coronavirus, la influenza, la viruela o la lepra, lo mejor es no saludar de mano, pero de preferencia procurar que nuestro sistema inmunológico esté siempre fuerte para que no lo zarandeen bacterias y mortíferos virus.