Maldita justicia
Freddy Sánchez jueves 21, Sep 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Un Poder Judicial que jamás se equivoca, obviamente no tenemos.
Lo habitual es que sus decisiones sean vistas con suspicacia porque jamás dejan satisfechas a todas las partes en una controversia.
Por el contrario, la molestia con los veredictos judiciales prácticamente es inherente a cada resolución que se conoce.
Así que es imposible afirmar que una instancia dedicada a la administración de la justicia es infalible en relación con aquellos que enfrentan sus decisiones en contra.
Y que comúnmente se dicen atropellados por jueces, magistrados y ministros que resuelven en sentido opuesto a sus deseos.
Eso no significa que las sentencias sean aberrantes, sino simplemente opuestas a lo que todo demandante de justicia espera recibir, que es el apoyo a sus alegatos de inocencia ante una acusación en su contra o lo contrario si lo que pretende es tener razón al acusar.
En resumidas cuentas, entonces es inevitable que en torno a la administración de la justicia siempre haya ganadores y perdedores.
Algo que no es una novedad es la búsqueda de justicia cuando dos partes se confrontan.
Y cuya voluntad debería ser la de acatar los fallos de juzgadores, reconociendo que resuelven conforme a las pruebas que tienen a la vista y no actuando sin ser imparciales, salvo prueba que lo demuestre.
Y en dicho caso en un juicio distinto ante una instancia competente en la que proceda presentar acciones legales que reclamen la revocación de sentencias dictadas por administradores de justicia comprobadamente “vendidos” para favorecer ciertos intereses en un juicio.
Eso justamente de lo que se acusa constantemente a los juzgadores cuando los demandantes de justicia son funcionarios públicos o políticos.
Ese sector de la sociedad que usa y a veces abusa de su libertad de expresión para desacreditar la labor de jueces, magistrados y ministros que no les dan la razón en un litigio.
La cuestión es que las más de las veces esas imputaciones provenientes por lo regular del gobierno carecen de las pruebas que las sustenten y las acciones pertinentes.
Todo suele quedar en ataques verbales de los inconformes, que cuando ganan una disputa legal parecieran renacer una bendita justicia en México y cuando no es así se quejan de lo que a su juicio es una maldita justicia.