Ardid electoral
Freddy Sánchez jueves 5, Oct 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“Intocables”, pero con retoques.
Acaso no es eso lo mejor que se podría pensar y decir de los programas sociales.
“La obra maestra” de Andrés Manuel para fortuna de Morena y la Cuarta Transformación.
Porque con ideas ajenas o propias, el Presidente logró hacer lo que algunos, (con razón o sin ésta), se han dado en llamarle “el monumento a la adoración de un hombre”, creado con el sacrificio económico de muchos hombres y mujeres en México.
Y es que los que aportan los impuestos que se usan para el pago de los programas sociales de la 4T son los verdaderos benefactores de una parte de la sociedad y el que recibe los aplausos y agradecimientos es el jefe del Ejecutivo.
Más brillante no podía haber sido la actual estrategia electoral del gobierno en turno que podrá equivocarse una y mil veces, recibir infinidad de críticas por errores y actos irregulares, sin que eso disminuya en gran medida la aprobación presidencial en las encuestas.
Es de señalar, naturalmente, que falta esperar lo que digan las urnas cuando se procese la elección del próximo año con la renovación del cargo en la Presidencia, gubernaturas estatales que habrán de cambiar de titulares, los escaños y curules a nivel federal y local, además de presidencias municipales y demás puestos de representación popular.
El cálculo que algunos hacen desde el gobierno en turno, visualiza que los programas sociales serán el principal sustento del apoyo de la gente beneficiaria de dichas acciones institucionales, ofreciendo a cambio su respaldo a los candidatos de Morena.
Y para darle fuerza a ese recurso oficial en sus afanes de triunfo electoral, por medio del Presidente y otros actores de alto nivel en el gobierno se invita a los electores a defender la permanencia de los programas sociales evitando que la oposición regrese al poder presidencial y los elimine.
Algo que Xóchitl Gálvez, la más viable candidata de la oposición a la presidencia ha dicho y reiterado que no haría.
Lo cual es de elemental sentido común, puesto que los apoyos creados por el gobierno no sólo se han hecho indispensables, sino merecedores de una “larga vida” en beneficio de quienes reciben los aportes económicos que les otorga el gobierno federal gracias al fondeo de los impuestos.
Y ese justamente parece el gran tema a debatir con respecto a la continuidad de dichos programas, que tanto Claudia Sheinbaum como Xóchitl Gálvez han coincidido en conservar.
De tal suerte que lo apropiado sería que ambas dijeran qué exactamente proponen para garantizar que la gente no pierda esos beneficios económicos sin que se llegue a tener una crisis de liquidez por insuficiencia presupuestal para mantenerlos.
O sea que hay que cambiar los criterios sobre cómo financiar el apoyo social, a fin de conservarlo y mejorarlo y al mismo tiempo darle la transparencia que hasta ahora no ha tenido y, naturalmente, hacer que estas acciones ayuden a los beneficiarios a obtener ingresos económicos propios mediante actividades productivas que en verdad eleven la calidad de vida de la gente y no solamente se les dé un escueto apoyo económico.
Que los programas sociales sean pues un primer paso hacia un mejoramiento real en el bienestar de la población general sin que se presten a la manipulación de la gente que necesita el apoyo público y debe recibirlo sin que esto pueda usarlo como un ardid electoral.