Teatro de la política
Freddy Sánchez jueves 7, Dic 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué pasó en Nuevo León. La sensación de que algo no se ha dicho sobre la crisis política que llevó a quitar y después reponer, en el gobierno estatal, a Samuel García quedó en el ambiente.
Qué pensar entonces de lo sucedido: Primero la firme determinación del Congreso estatal para nombrar a un gobernador interino y no permitir que el mandatario con licencia pudiera cancelar sus planes sólo para reasumir el mando gubernamental mediante un acto de carácter personal sin más trámite legal.
Lo que se dijo al respecto es que el señor García ya gozaba de la licencia de seis meses que había solicitado y le aprobó el Congreso del estado, razón por la cual era menester formalizar una solicitud diferente para que el mismo órgano legislativo local conforme a la ley le permitiera reasumir el cargo de gobernador.
Y en ese aspecto, es lógicamente correcto que se haya hecho respetar el Estado de Derecho y no permitir que quien gozaba de licencia simple y llanamente “por sus pistolas” volviera a despachar como mandatario del estado.
Mucho menos, mediante lo que algunos aseguraron que fue una treta dolosa para aparentar que su regreso había ocurrido antes de que comenzara a estar vigente la licencia. Se habló, en ese sentido, que Samuel había falseado la fecha en la que dio a conocer su decisión de reasumir el mando en Nuevo León.
Y durante varias horas antes y después del 2 de diciembre se suscitaron declaraciones atronadoras contra el gobernador con licencia, al advertirle que estaría actuando ilegalmente de proseguir en su empeño de volver al gobierno a pesar de estar vigente la licencia solicitada de un semestre.
Como se recuerda, el aludido pretendía ser candidato presidencial de Movimiento Ciudadano e incluso, antes de que tomara la determinación de renunciar a ese propósito, se divulgó una encuesta en que Samuel supuestamente, (se dijo así), cambió el “tablero electoral”. En el periódico Publimetro se le ubicó en segundo lugar de las preferencias arriba de Xóchitl y por debajo de Claudia y ante esa información se comenzó a hablar de que la candidatura en proceso en Movimiento Ciudadano había resultado un “éxito exponencial” entre los jóvenes.
Así y todo, Samuel García echó por la borda el aparentemente colosal posicionamiento electoral que se le atribuía y como no logró imponer a quien él quería que se quedara en su lugar como gobernador interino y perdió en la Suprema Corte de Justicia lo que se había propuesto, surgió el repentino cambio de no querer la presidencia sino volver al gobierno.
Así la cosas, después de un primer fracaso cuando ya estaba en funciones el nuevo mandatario interino y se habían denunciado presuntas irregularidades en el gobierno de Samuel, como la supuesta implicación de su padre en un caso de corrupción, el panorama político cambió a su favor.
El interino renunció y el Congreso del estado aceptó que García reasumiera el cargo como él quería.
Queda entonces la duda sobre qué pudo cambiar la postura de los que le quitaron el manda Samuel y después se lo devolvieron. Se asegura que este asunto se procesó con absoluta escrupulosidad legal y no hay porque dudarlo, aunque en la percepción de algunos observadores existe la suspicacia de que algo se está ocultando sobre los motivos políticos que en un santiamén cambiaron el escenario en la crisis de Nuevo León. Será que, como algunos creen, todo es parte del teatro de la política.