Democracia falaz
Freddy Sánchez martes 20, Feb 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Después de la marcha en defensa de la democracia y sus reacciones conocidas una cosa falta por saber.
Cuál será el paso de la democracia electoral a la democracia representativa conforme al veredicto de las urnas.
Lo que a juicio de algunos será la “prueba de fuego” para la democracia en México.
Porque dependiendo de lo que decida la mayoría electoral el 2 de junio, la representación popular quedará en las manos de una sola fuerza política o de varias.
De tal suerte, que si Morena y sus aliados resultan los grandes triunfadores consiguiendo más éxito electoral que hace seis años y haciendo prosperar el “plan C” de Andrés Manuel es de suponer que un sólo criterio prevalecerá en los trabajos legislativos.
A diferencia de lo que muy probablemente ocurriría con un avance del bloque opositor que imponga la superioridad del PRI, PAN y PRD en las dos cámaras legislativas federales.
Algo que, evidentemente, ameritaría mantener la alianza de estos tres partidos políticos para dar paso o frenar cualquier propósito de reformas legales en materia constitucional como el equivalente al último paquete enviado por Andrés Manuel.
Tal cuestión naturalmente si la Presidencia queda en manos de Claudia Sheinbaum y como muchos esperan habrá de refrendar los afanes legislativos del Presidente en turno.
De ahí entonces lo indispensable que es para el partido en el poder y sus adversarios políticos dedicarse en “cuerpo y alma” en las semanas previas a las elecciones a tratar de convencer a los electores para que confíen en sus respectivas aseveraciones.
Una de estas en cuanto a que la democracia corre el riesgo de quedar sepultada para dar vida a un autoritarismo jamás padecido en México que es lo que se propone Morena, a decir de los representantes del bloque opositor.
Y en contra parte convencer a la mayoría electoral de que Movimiento de Regeneración Nacional defenderá y fortalecerá la democracia, según la promesa de los promotores de un segundo piso de la 4T.
Así las cosas, de lo que se tratará necesariamente el discurso proselitista a escuchar de ambos lados tiene que ver con dos versiones contrarias y una de las dos menos veraz o más mentirosa como suele ocurrir cuando los políticos ofrecen su palabra y al paso del tiempo llega a confirmarse que unos u otros mintieron poco o mintieron mucho.
En este contexto, hay que decir que los electores decidirán a qué postura electoral considerar la más creíble y confiable en aras de preservar la democracia del mismo modo que es de desear que se escuchen nuevos compromisos en contra de la inseguridad y corrupción para que la gente respalde electoralmente lo que le convenza más.
Partidarios o críticos del gobierno en turno, (unos más otros menos), es prácticamente imposible negar que en ambos lados existen deseos de que se adopten cambios y se consigan mejores resultados en el combate a las organizaciones del crimen organizado que actualmente tienen bajo el amago de sus fechoría a empresarios, trabajadores y campesinos.
Del combate de la corrupción pasada y presente algo parecido se podría quizás decir porque no son pocos los que piensan que se ha quedado a deber y en el caso de la democracia es de suponer que sus auténticos defensores quieren un sufragio efectivo y no una democracia falaz.