De la rebeldía a la historia
Armando Ríos Ruiz viernes 21, Jun 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Ya podemos olvidar la solución de los crímenes cometidos durante el presente sexenio. Quedarán impunes. No solamente los perpetrados por las bandas criminales que operan en todo el país, envueltas en abrazos presidenciales y, por lo tanto, exoneradas de antemano. También los cometidos por el mismo Primer Mandatario, quien supuestamente se va, envuelto en una risa de satisfacción por haber llevado las elecciones completamente a su gusto.
El comentario viene al caso porque, de hecho, se va a su rancho de Chiapas, según su propio dicho, pero también bajo el manto protector que fabricó durante años, con la decisión de fomentar cada día la candidatura de Claudia Sheinbaum, con todo el aparato del Estado y con los miles de millones que invirtió en hacerla conocida a lo largo y ancho del país, que finalmente culminaron con un triunfo arrollador, como quiera que haya sido. El asunto está concluido con los elementos que haya empleado y ya no hay nada qué reclamar.
Ayer comenzó a tomar las primeras decisiones como virtual Presidente electa, al nombrar a políticos en cargos de importancia, entre quienes figuran expertos tanto por su formación académica, como por su paso en la ocupación de otros quehaceres a lo largo de muchos años. A diferencia de su maestro y guía, tuvo mejor cuidado en hacer designaciones a probados políticos, como Marcelo Ebrard, Alicia Bárcena, Juan Ramón de la Fuente, Rosaura Ruiz y Julio Berdegué.
Para un servidor, sólo desentona Ernestina Godoy. Pero se ganó el nombramiento de Consejera Jurídica de la Presidencia a pulso, por haber servido a la ex jefa de Gobierno bajo un conocido servilismo, que valió que la oposición rechazara su ratificación en la Fiscalía General de Justicia de la capital. Esto motivó el comentario de la hoy Presidente de México de que le hicieron un favor. La ayudó a obtener una senaduría y ahora fungirá como ya se conoce.
En el caso de los demás, los puestos que desempeñarán corresponden a sus estudios universitarios y a sus maestrías y doctorados en temas de sus nuevas competencias. Gracias a estas observaciones, obviamente podrán tener un mejor desempeño. Esto hace una diferencia con el presente, en el que fueron designados servidores públicos a capricho, que coadyuvaron descuidada e incompetentemente a dejar un país en llamas en diferentes renglones.
Pero iniciamos con un borrón y cuenta nueva a los crímenes. Los cometidos se quedarán como están y los nuevos, tal vez sigan los mismos pasos si como se ha visto, la nueva mandataria remeda a su mentor y permite su influencia. De veras, quisiéramos estar equivocados y presenciar un divorcio definitivo. Un rompimiento, como el que en su momento ejerció Lázaro Cárdenas.
¿Será posible? La inmensa mayoría de los analistas apuestan a que no. A que continuará con su actitud sumisa, porque es la que le redituó nada menos que llegar a la Presidencia y porque repetir el esquema obradorista, aunque se trate de otro personaje, podría darle buenos resultados.
Mentir con el tema de amor a los pobres y continuar con las dádivas pecuniarias reditúa en votos agradecidos mientras el numerario sea suficiente. A los mexicanos no les importa ni a los mismos acapulqueños, que Acapulco haya sido devastado por un ciclón de dimensiones descomunales. No les importó que el Primer Mandatario no los haya visitado.
Importó mucho que haya destinado una millonada incalculable de pesos que se repartieron sin control. Hubo quienes cobraron hasta seis veces y el resultado fue el que ordenó don dinero: ganó Claudia. Cosas como estas incidirán en la conducta de la nueva mandataria, sin duda. Además, hasta el momento no hemos visto que pudiera revelarse. Ni siquiera cuando sienta el peso de las órdenes de quien seguramente continuará igual que hoy.
Aunque un acto de rebeldía sería sin lugar a ninguna duda, el pase sin discusión y directo, a las páginas doradas de la historia.