“El orgullo de mi nepotismo”
Luis Ángel García miércoles 11, Sep 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Todos los Presidentes han sido proclives a favorecer económicamente a sus familias, parientes, amigos y colaboradores o asegurar su futuro a través de interpósitas personas. Y el actual mandatario no es la excepción. Investigaciones periodísticas y filtraciones de documentos de agencias americanas, publicitación de grabaciones telefónicas, difusión de videos dan cuenta de la corrupción de la 4T, pero no se mueve la maquinaria de la procuración de justicia para confirmar esas denuncias. Basta la voz omnipotente del inquilino de Palacio Nacional para mantener la imagen impoluta de sus descendientes y colaboradores, como el caso de Segalmex, donde el director general, Ignacio Ovalle, fue exonerado por el manto protector de su jefe y sólo quedó como un bobo que se dejó engañar por perversos y corruptos priistas en un peculado que hasta se redujo el monto de lo robado para no equipararse con la “estafa maestra”.
Tampoco se quiso investigar el cash que recibían emisarios presidenciales para mantener el movimiento o el tráfico de influencias en las obras faraónicas de este régimen.
Pero también se regresó a las viejas prácticas del nepotismo, el cual ya es delito grave, pero no para los próceres de la 4T como sucede con los familiares de la presidente del INE, cuya parentela está en el gobierno de Sonora y en posiciones federales, o los familiares del clan Monreal -aquí aplica la frase del otrora cacique Terrazas, dueño de un estado norteño: Terrazas es de Chihuahua, no Chihuahua es de los Terrazas; ahora se dice Monreal es de Zacatecas, no Zacatecas es de los Monreal-, que se aferran a controlar la alcaldía de Cuauhtémoc y tienen incrustados a familiares en la mismísima y atacada Suprema Corte de Justicia de la Nación, o el otrora líder estudiantil del 68 y titular de la Unidad de Inteligencia Financiera que tiene a toda su parentela diseminada por las esferas gubernamentales. Todos ellos hacen recordar la frase del populista ex presidente José López Portillo, quien se ufanaba de haber nombrado subsecretario a su hijo José Ramón: “el orgullo de mi nepotismo”. Para no quedarse atrás y emular a uno de sus ídolos -el otro es Luis Echeverría-, el inquilino de Palacio Nacional anunció la incursión de su vástago en la política, además de aprovechar la ocasión para exaltar el comportamiento impoluto de sus herederos y que es pura difamación política lo denunciado.
Todo mundo sabe que Morena es propiedad del tabasqueño, donde se simula que el instituto político es el más demócrata en la historia de México, por lo que anuncian una convocatoria con planilla única -hace recordar las encuestas donde nunca se conocen metodologías o los resultados-, donde se “elegirá” al hijo del Presidente, ¿a mano alzada?, como el segundo de abordo del partido, con lo que la todavía secretaria de Gobernación y futura líder solo será comparsa de las órdenes dictadas desde Palenque. Así se instaura un Maximato que posibilita la continuidad del proyecto político de la 4T y forma los cuadros para una sucesión adelantada en el 2030, donde el candidato que se perfila es el orgullo de su nepotismo.
El famoso segundo piso de la 4T sólo es una estrategia que garantiza el uso electorero de los programas sociales para mantener y acrecentar la fidelidad del pueblo “bueno y sabio”, utilizado sólo como carne de cañón en los comicios. Su voto a cambio de becas o pensiones para sobrevivir, sin salir de la pobreza.
Nada ha cambiado desde que se instauró el presidencialismo omnipresente, omnipotente y omnímodo en México.