Una reforma integral
Alberto Vieyra G. lunes 16, Sep 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Los Judas traidores con los que AMLO le dio el tiro de gracia a la República son un ejemplo viviente para que la ciudadanía acabe en México con esas lacras sociales llamadas partidos políticos y se implante una nueva cultura política en México basada en la ética y todo género de principios morales.
No estoy hablando de dioses falsos, mucho menos de corruptos disfrazados que solamente lucran con el poder y que solamente utilizan a los partidos políticos como instrumento para conseguir impunidad y fuero constitucional que les permita seguir conformando cárteles criminales.
Para lavarse la cara, el PAN ya mandó a la rechintola al Judas Iscariote llamado Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre, del mismo nombre, que se prestaron para que AMLO, Morena y la nueva mafia del poder cuatroteísta pudiese aprobar en un auténtico estiércolero la demencial reforma al Poder Judicial de México, que por cierto, la científica Claudia se comprometió y firmó el documento “Por la Paz”, que impulsó el clero católico de México en el que en el punto número cinco se habla de una reforma integral.
¿Qué entendemos por integral? Es decir, que deben ser reformadas las infames fiscalías en cada estado de la República al servicio de los virreyes gobernadores; reformar todo el sistema carcelario de México para que no haya presos con hasta 20 años en la cárcel sin sentencias y sin faltar una capacitación de los ministerios públicos, que en su gran mayoría no saben fundamentar las denuncias o lo hacen de manera torcida para que luego AMLO culpe de corrupción no a los ministerios públicos sino a los jueces, magistrados y ministros.
Por ello, desde su creación en 1900, a cargo de Porfirio de la Cruz Díaz Mori, la PGR, a la cual se le revolcó la gata y hoy la conocemos como Fiscalía General de la República, la mayoría de los casos, sobre todo de peces gordos los fundamenta mal para que no prosperen o para que la justicia sea usada como moneda de cambio contra politicastros delincuentes como los Yunes de Veracruz o los Barreda de Campeche y tantos con los que se hace mucho ruido y al final no se les prueba absolutamente nada y solamente se usan a las fiscalías como instrumentos de venganza política al servicio de los gobernantes en turno.
Yo no voy a defender a jueces, magistrados ni ministros, que son también seres humanos defectuosos y probablemente algunos incurren efectivamente en cuestiones de corrupción, pero la gran mayoría de juzgadores que he conocido a lo largo de mi carrera periodística me han merecido mucho respeto y vaya que me han tocado casos trepidantes como el caso de Arturo Durazo Moreno.
No hace mucho que murió un amigo magistrado de Veracruz que fue castigado durante muchos años por la infame Judicatura Federal porque no se plegó a las órdenes de quienes en la Corte pretendían desviar y negociar la justicia. Ese ilustre abogado, que acaba de fallecer, me contó lo podrido que está la Judicatura Federal, en la que últimamente el achichincle de AMLO, Arturo Zaldívar ha dejado en claro que cuando él fue “papas fritas” en la Suprema Corte usó a la Judicatura para hacer tropelías jurídicas, quedando al descubierto que al Poder Judicial no entra nadie sino tiene arriba algún familiar que lo apoye y responda por él y a eso se le llama nepotismo puro. Mi amigo abogado preparaba un libro negro sobre la podredumbre en la Judicatura Federal, pero la muerte lo sorprendió después de haber estado casi 10 años congelado y en un estado depresivo horrible, que seguramente contribuyó a su desenlace fatal.
Así que doña Claudia empieza mal porque ante los curas de México se comprometió a una reforma integral al Poder Judicial de México y solamente se queda con lo que AMLO le deja de herencia maldita.