Freno a reforma presidencial sobre nepotismo revive la pregunta: ¿Quién manda en México?
Miguel Ángel Rivera, Opinión jueves 27, Feb 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
En apariencia, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo padeció una derrota política propinada por los senadores de su corriente política, la llamada Cuarta Transformación, que le enmendaron su propuesta de reforma constitucional para acabar con el nepotismo en política.
No se trató de un cambio radical, apenas se modificó la fecha de entrada en vigor de los cambios que acabarían con la nociva práctica de heredar un cargo político a un pariente cercano, padre, hijo o esposa. La presidenta (con A) propuso que el cambio empezara a aplicarse en las elecciones intermedias de 2027, pero los senadores de Morena y sus rémoras del PT y PVEM (especialmente estos últimos) decidieron que se pospusiera para 2030.
Como apunté, aparentemente se trata de una revuelta contra una orden llegada “desde arriba”, algo inusitado desde el largo predominio del PNR-PRM-PRI y continuado por la llamada Cuarta Transformación, Morena, que consiste en aprobar sin discusión lo que ordena el patrón.
Todavía tiene mayor impacto la inconformidad si se tiene en cuenta que el coordinador de la mayoría en el Senado es el ex secretario de Gobernación (durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador) y ex gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, quien evidentemente trabaja para mantenerse como aspirante a la primera magistratura del país, precisamente para la mencionada fecha de 2030.
No obstante, los eficientes comunicadores al servicio de la presidenta (con A) tienen la oportunidad de demostrar su capacidad y cambiar esa aparente derrota en un triunfo.
¿Cómo?
Muy fácil, afirmar que la ex jefa de Gobierno decidió eliminar, por antidemocrática, su facultad metaconstitucional de imponer su voluntad a los integrantes de otro de los poderes fundamentales de la República, el Legislativo, senadores y diputados quienes desde ahora gozan de la libertad de decidir por cuenta propia acerca de los asuntos cardinales de nuestra nación.
Aunque hay posibilidades de enmendar el camino, en principio la primera mandataria dejó pasar la oportunidad de presentarse como transformadora de la política nacional y, a lo más que llegó, fue a refrendar que ella está decididamente contra el nepotismo, un atavismo de nuestra incipiente democracia.
Interrogada respecto al cambio impuesto por los senadores de su partido y satélites, durante la mañanera de ayer, Sheinbaum precisó que, efectivamente, su propuesta era que la reforma contra el nepotismo, “y mi posición sigue siendo, que debería aprobarse para el 2027.
“Entiendo que en el acuerdo para poder tener la mayoría de los partidos que son parte de la alianza, del movimiento, acordaron que fuera hasta el 2030, entonces ahí ya es una decisión de los senadores y los diputados.
“Lo que me importe a mí, yo creo que … No a la Presidenta. Lo que le importa a todas y a todos los mexicanos es que no haya nepotismo en estos procesos electorales.
“Entonces, esa es, digamos, la situación que prevaleció en el Senado y por eso, finalmente entiendo que tomaron la decisión de llevarla al 2030.
Pregunta: ¿Fue una promesa de campaña (Inaudible)
Respuesta: Sí, pues va a quedar en la Constitución, que es lo más importante, queda en la Constitución; no es al 2027, es al 2030, pero finalmente queda en la Constitución. Bueno, tiene que pasar por todos los gobiernos estatales, Cámara de Diputados y gobiernos estatales, pero queda en la Constitución que: a partir del 2030 ya no hay reelección y no puede haber familiares que hereden los cargos.
“Y aquel que lo haga en el 2027, pues se va a ver muy mal, ¿verdad?
Luego vino otra pregunta no registrada por la versión estenográfica de la Presidencia, a lo cual Sheinbaum respondió:
“Pues es el acuerdo que tomaron entre los partidos, digamos, que los partidos que acordaron aprobar la reforma plantearon que fuera al 2030, pero son los acuerdos que se toman en las Cámaras. Desde mi punto de vista…
Interrumpida por otro comentario, la primera mandataria prosiguió:
“No, ya no, porque tiene que aprobarse en Cámara de Senadores, Cámara de Diputados y la mayoría de los Congresos locales. Creo que lo importante es que quede en la Constitución. Y bueno, para el ´27 esperemos que, al menos del partido político del que yo provengo, no ponga ningún familiar, ¿verdad?, de uno y otro cargo”, dijo Sheinbaum, quien luego hizo una breve referencia a los estatutos de Morena que también en apariencia limitan el nepotismo y reiteró que lo importante es que, a partir de 2030 será constitucional “que no puede haber familiares que en el periodo inmediato tengan un cargo de elección popular.
“En el caso de reelección también, desde el 2030, pues ya no va a haber reelección ni para presidentes municipales ni para diputados ni para senadores ni tampoco en los diputados locales, en los Congresos locales, ni tampoco para senadores”, aseguró en referencia a su segunda reforma, esa sí aprobada sin cambios por los legisladores ofcialistas.
Las leyes deben ser de aplicación general
Por cierto, en caso de que todavía existiera un Poder Judicial autónomo, tal podrían prosperan juicios de amparo contra esas reformas, tal como las aprobaron los senadores de Morena y sus satélites, pues se viola el principio de Derecho que ordena que las leyes deben ser de aplicación general y no dedicadas a una personas o un sector de la sociedad.
Sucede que el cambio de fecha introducido por los legisladores oficialistas tiene dedicatoria para, por no decir otro adjetivo, “notorios” personajes de la llamada Cuarta Transformación: la senadora de San Luis Potosí, por el PVEM, Ruth Miriam González Silva, quien llegó a ese cargo con el respaldo de su esposo, el actual gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Corona.
La elección de nuevo gobernador en ese estado está programada para 2027 y, según cálculos de la dirigencia nacional del PVEM encabezada por el ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, tienen asegurada la victoria si llevan como candidata a la senadora González Silva.
Como parte de sus pactos para mantener el poder en la República, Morena ha dejado ese céntrico estado bajo el control de su rémora, el PVEM, la organización de las tres mentiras, pues dicen sus críticos, no es ni partido, ni verde, ni ecologista.
Aunque los “verdes” tienen la seguridad de continuar al frente del gobierno potosino, declaraciones de la aparente dirigente nacional de Morena, la ex secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, hacen suponer que el partido dominante, Morena, desea incorporar a ese estado en sus filas, no por intermedio de un satélite.
En reciente gira por San Luis Potosí, la aparente dirigente “morena” aseguró que, desde ahora, su organización “trabaja en estrategias para mantenerse como fuerza preponderante en San Luis y ganar las elecciones con un candidato propio”.
Por su parte, el dirigente estatal del PVEM, Ignacio Segura Morquecho, dijo que su partido está más fuerte que nunca y repetirá el triunfo en las próximas elecciones. “Hoy más que nunca, se fortalece la estructura interna y se suman diversos perfiles que quieren respaldar el proyecto de crecimiento que quiere el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, como líder del partido”, afirmó el pevemista, quien en relación con su aliado, Morena, sostuvo:
“Respetamos el trabajo que realizan otros partidos, pero está claro que en San Luis Potosí solo hay una fuerza política que sustenta lo que dice con base a lo que manifiestan las encuestas, donde Ricardo Gallardo es el mandatario mejor posicionado del país, pero no solamente por los números sino por las manifestaciones de la gente que confirma su confianza en el Partido Verde, porque aquí sí se cumple y ahí están los hechos”.
Otro caso que sustenta el cambio a la iniciativa presidencial es el de Guerrero, en donde el impresentable senador Félix Salgado Macedonio, él sí de Morena, se prepara para entrar al relevo de su hija Evelyn, pero muchos sostienen que será una reelección. El hecho es que ya declaró su intención de postularse, al sostener en redes sociales que “hay toro”, su lema de campaña.
Un tercer caso es el de Zacatecas, donde el ahora senador Saúl Monreal Ávila se prepara para suceder a su hermano David -cuyo mandato ha sido deficiente- y consolidar una dinastía iniciada por su otro hermano, Ricardo, actual coordinador de la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados.











