La economía mexicana, casi paralizada, pero no todo es culpa de Donald Trump
Miguel Ángel Rivera, Opinión jueves 29, May 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
De acuerdo con la encuesta sobre las expectativas de especialistas en economía, hecha por el Banco de México, el motivo más señalado como obstáculo al crecimiento económico es la inseguridad.
Este antecedente resulta muy actual y realista, pues ayer, el mismo Banco de México (Banxico) ajustó los pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México a una tasa de variación de 0.1 por ciento en 2025 y para 2026 la expectativa puntual es de 0.9 por ciento, lo que representa una revisión a la baja respecto del crecimiento de 1.8 por ciento.
Esta reducción en las previsiones acerca del crecimiento económico de nuestro país se hizo a pesar de que, oficialmente, la inflación general se redujo entre el último trimestre de 2024 y el primero de 2025, al ubicarse en 4.22 por ciento en la primera quincena de mayo, según el Informe Trimestral enero-marzo 2025 presentado por la Junta de Gobierno del mencionado banco central.
Los especialistas de Banxico han demostrado su capacidad profesional, pero es de esperar que en este pronóstico no se hayan dejado influir por el temor que prevalece en medios gubernamentales a declarar que nuestra economía cayó en plena recesión, es decir, que no tiene crecimiento y que, probablemente vaya de caída.
Lo peor es que no hay perspectivas de que la situación mejore a mediano plazo. De acuerdo con el mismo reporte, se espera que la economía nacional se mantenga con atonía.
Ante esta situación, lo indicado es encontrar las causas de ese freno a la economía nacional y, claro, corregirlas y buscar otras vías para cambiar la tendencia y lograr una tasa de crecimiento superior a la velocidad con la que crece la población nacional, pues de lo contrario, lo menos que tendremos será un crecimiento del desempleo
Como una de las principales causas de ese descenso económico se mencionan con mayor insistencia los efectos negativos derivados de los cambios en la política comercial de nuestro vecino y principal cliente, los Estados Unidos, a partir del retorno de su presidente, el magnate Donald Trump.
En efecto, los informes de Banxico destacan que los cambios en la política comercial de Estados Unidos, los cuales podrían implicar afectaciones profundas en los flujos comerciales y en la economía mundial, representan un importante riesgo a la baja para la economía nacional.
Pero ese no es el único factor negativo, es necesario reconocer que dentro de nuestro país hay otras razones, aunque en medios oficiales se trata de disfrazarlos o mantenerlos ocultos.
Uno de esos, es la inseguridad, como menciono al inicio de esta columna a partir de los resultados de la encuesta que periódicamente realiza el Banco Central entre los especialistas de los bancos privados.
Por cierto, la advertencia acerca del efecto negativo de la inseguridad no es nueva. Desde 2019, cuando apenas se iniciaba el gobierno del caudillo de la llamada Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador, ya se escucharon advertencias, que no fueron atendidas, tal vez porque provienen de uno de los medios de comunicación aborrecidos por el político tabasqueño, el diario The New York Times.
En su edición en español, el diario neoyorquino publicó un análisis firmado por Viridiana Ríos, a quien se presenta como analista política.
La especialista escribió desde entonces:
“México no crece. Si bien hay factores domésticos y globales que han afectado el desempeño de la economía mexicana, todo parece indicar que el elemento más determinante del estancamiento productivo es la falta de seguridad y la presencia abrumadora del crimen organizado.
“El problema de la violencia brutal en México y el de su pobre crecimiento económico están íntimamente relacionados. Se trata de dos desafíos que el presidente Andrés Manuel López Obrador debe considerar prioritarios en su sexenio. De otro modo, tendrá en sus manos a un México sin estabilidad económica ni social. Hay mucho en juego.
“Durante los primeros nueve meses de 2019, la economía mexicana ha crecido al 0 por ciento y ha creado tan solo 488,000 empleos formales. Esto representa solo el 63 por ciento de los empleos generados durante el mismo periodo de 2018 y la mitad de los necesarios para emplear a la población joven que entra a la fuerza productiva.
“El gobierno mexicano ha argumentado que el problema se debe a un entorno económico global poco dinámico, a intereses privados que han interpuesto cientos de amparos que impiden iniciar las principales obras de infraestructura pública y a falta de inversión privada motivada por un disgusto con las políticas implementadas por López Obrador.
“Por su parte, analistas de la iniciativa privada lo contradicen. Atribuyen el estancamiento mexicano a decisiones de López Obrador, que, a su juicio, han creado falta de confianza: la cancelación de inversiones públicas y la inexistencia de una política energética viable, así como a la preferencia del gobierno de AMLO por un Estado fuerte con “desprecio […] del gran potencial de la iniciativa de los individuos”, sostuvo la analista, quien advirtió:
“Si México quiere crecer, empresarios y gobierno deberán dejar de echarse la culpa unos a otros de las causas del bajo crecimiento, pero, sobre todo, deberán trabajar juntos en crear un país más seguro.
“Y es que la falta de seguridad pública parece ser un factor aún más determinante que los mencionados y posiblemente el lastre más evidente de la economía mexicana”.
Como se aprecia, desde hace seis años ya se escuchaban voces de advertencia en el sentido de que de prevalecer la violencia y la inseguridad no se realizarían las promesas de López Obrador en el sentido de que llevaría a la economía nacional a crecer al seis por ciento anual o, por lo menos, al cuatro.
Por el contrario, en 2024, el crecimiento económico de México fue del 1.2%, lo que representa el peor desempeño desde 2020. Este crecimiento fue inferior al 3.3% de 2023.
Si la inseguridad no fuera suficiente para limitar el crecimiento económico, dentro de México, se escucharon otras voces que advirtieron acerca de otra lacra: la corrupción.
El caudillo de la 4T también presumió haber erradicado ese fenómeno negativo, pero los resultados no lo avalan.
Al respecto, el entonces presidente del Comité de Difusión de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Luis Durán, publicó en el diario El Universal el 6 de mayo de 2023:
“México es la segunda economía más grande de América Latina y, desde hace décadas, los economistas del mundo le ven un potencial de crecimiento significativo debido a nuestra población joven, nuestros abundantes recursos naturales y nuestra proximidad a los Estados Unidos, la economía más grande del planeta. Sin embargo, a pesar de nuestro potencial, no hemos logrado tener crecimiento como otros países a los que México se ha comparado en potencial, como Corea del Sur y Singapur en la década de los 80s. Por tanto tiempo se ha hablado del potencial de nuestro país, que vale la pena analizar las razones por la cual permanentemente nos quedamos cortos.
“Una de las principales razones por las que nuestro país no ha logrado tanto crecimiento como su potencial, se debe a nuestros desafíos políticos e institucionales. Más allá de muchos años de demagogia, la triste realidad es que México tiene una larga historia de corrupción, lo que claramente ha obstaculizado el crecimiento económico.
“Otro factor que ha contribuido al crecimiento más lento de nuestro país es la falta de inversión en infraestructura y educación, lo que ha limitado nuestra competitividad en la economía mundial. Según el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, México ocupa el puesto 56 de 137 países en infraestructura, lo que incluye factores como la calidad de las carreteras, los puertos y los aeropuertos. Además, ocupamos el puesto 87 en educación, donde se miden factores como la calidad de la educación primaria y secundaria y la disponibilidad de formación profesional”.
Como se aprecia, las presiones del magnate que gobierna los Estados Unidos afectan la vida nacional e influyen en la desaceleración de nuestra economía, pero existen otros factores que afectan igualmente o más, cuyo control depende únicamente de nosotros, tarea en la que seguramente el gobierno federal tendrá el respaldo general.











