El gobierno mexicano va en sentido inverso a los consejos de la OCDE
Miguel Ángel Rivera, Opinión viernes 20, Jun 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
Los gobiernos deben fortalecer la confianza pública mediante la mejora de la eficiencia, la participación ciudadana y el acceso a los servicios públicos
Este resumen de lo que internacionalmente se considera un buen gobierno exhibe las muchas deficiencias del gobierno de México, de la autodenominada Cuarta Transformación, pues a siete años de su arranque no ha mejorado la eficiencia, tampoco ha corregido el acceso a los servicios públicos y en vez de facilitar la participación ciudadana, la ha restringido.
Como acostumbra, seguramente en este caso, el gobierno mexicano encabezado por Morena no se dará por aludido o en caso de que se considere incluido, seguramente rechazará la fórmula, por provenir de un organismo internacional del que ha procurado distanciarse, cuando no se ha declarado totalmente opuesto, por considerarlo como inspirador de los repudiados gobiernos “conservadores” o “neoliberales”.
Esa organización presumiblemente satanizada es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cual hasta hace muy poco condujo un destacado economista mexicano, que intentó vanamente competir por la presidencia de la República en las pasadas elecciones de 2024, por lo que se inscribió entre los opositores y críticos de la actual presidenta (con A), Claudia Sheinbaum Pardo.
Con todo y que se tiene la seguridad de que esos consejos o recetas no serán acatados por la llamada Cuarta Transformación, vale la pena echa una ojeada a esas propuestas contenidas en un documento denominado Panorama de las Administraciones Públicas 2025 (Government at a Glance 2025, en inglés) dado a conocer ayer mismo en la sede de ese organismo internacional, París, Francia.
El resumen ejecutivo destaca que “los gobiernos pueden fortalecer la confianza pública al asegurar una participación ciudadana relevante en la toma de decisiones con el uso de herramientas como las revisiones del gasto y las tecnologías digitales para aumentar la eficiencia y mejorar el acceso a la justicia y los servicios públicos”.
Además, destaca las crecientes presiones fiscales en los países de la OCDE, donde la deuda pública subió del 73% en 2007 hasta el 112% del PIB en 2024, problema que sí afecta a nuestro país, pues está más endeudado que nunca. (“La deuda neta del Gobierno Federal se ubicó en 15 billones 521 mil millones de pesos en el primer trimestre de 2025. El 82.8% se mantuvo en el mercado interno, del cual, 78.9% se contrató a tasa fija y con vencimientos a largo plazo, revela el comunicado número 17 de la Secretaría de Hacienda, publicado el pasado 30 de abril).
“El informe muestra cómo estas presiones fiscales se producen ante la necesidad de responder a las transiciones demográfica, ecológica y digital, y a los bajos niveles de confianza pública, en un momento en el que, en los países de la OCDE, menos de cuatro de cada diez personas (39%) afirman confiar en su gobierno, y solo el 37% cree que el gobierno logra encontrar un equilibrio eficaz entre los intereses de las generaciones actuales y futuras. (En este caso la presidenta (con A) puede presumir su alto nivel de aceptación, que, según encuestas, como la de El Financiero dada a conocer el reciente cinco de mayo, alcanzó niveles de aprobación ciudadana del 81 por ciento en el mes de abril).
“En la actualidad, los gobiernos necesitan reforzar la confianza de la ciudadanía mientras gestionan las presiones fiscales inmediatas y dirigen las transformaciones estructurales a largo plazo, incluidos el cambio demográfico, la transición ecológica y la digitalización”, afirmó el actual secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
El resumen ejecutivo destaca que el informe bianual Panorama de las Administraciones Públicas es la principal publicación de la OCDE sobre gobernanza pública y ofrece una visión global de las actividades y el desempeño de las administraciones públicas y señala que, a partir de los datos que contiene el informe de este año, la OCDE destaca tres ámbitos clave en los que los gobiernos pueden trabajar para reforzar la confianza de la ciudadanía y promover la prosperidad.
“Una de las principales recomendaciones es mejorar la sensación de dignidad de la ciudadanía en sus interacciones con las administraciones públicas al fomentar una participación ciudadana relevante en la toma de decisiones. De media, solo el 30 % de las personas cree que el sistema político de su país tiene en cuenta la opinión de la ciudadanía a la hora de actuar, pero hay oportunidades para mejorar la calidad de la implicación de las partes interesadas en el proceso legislativo.
“Para impulsar la participación ciudadana, los gobiernos recurren cada vez más a prácticas democráticas deliberativas, como asambleas ciudadanas, jurados y diálogos públicos (todo lo contrario de lo que ocurre en México, donde las órdenes del Ejecutivo se cumplen “sin cambiarles ni una coma”.
Por el contrario, el documento de la OCDE menciona que, entre 1979 y 2023, la OCDE registró 716 procesos de este tipo, de consulta popular, de los cuales el 20% (148) tuvieron lugar entre 2021 y 2023.
“Para que sigan siendo efectivos, quienes participan deben recibir información sobre los procesos y sentir que sus aportaciones se concretan en acciones”, advierte el estudio, lo cual evidentemente no se cumple en México.
Por otra parte, “el informe también hace hincapié en la necesidad de reforzar los sistemas para responder a las expectativas de la ciudadanía ante los rápidos cambios sociales y económicos. En la mayoría de los países de la OCDE, las cuestiones económicas suponen las principales preocupaciones de la ciudadanía. La inflación encabeza la lista (59%), seguida de la pobreza y la desigualdad social (33%), y el desempleo y el trabajo (22%). El desempleo juvenil sigue siendo especialmente preocupante, y una media del 12,6% de la población joven no tenía empleo, educación ni formación en 2023”.
Recomienda que “las administraciones públicas deben seguir ofreciendo mayores oportunidades de educación y formación para ayudar a que la juventud participe y se beneficie del crecimiento económico y establecer trayectorias profesionales más seguras.
“El acceso a la justicia también es clave para que la ciudadanía tenga una mayor sensación de seguridad. Para ello, los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para garantizar que los sistemas judiciales sean asequibles, accesibles e independientes”, recomienda también el documento de la referida organización internacional, mientras que el gobierno mexicano parece ir en sentido contrario, pues, por ejemplo, la tan publicitada reforma al Poder Judicial en vez de robustecer su independencia, advierten todos los especialistas, concentra todo el poder en uno solo, el Ejecutivo.
“Aumentar la eficiencia y la eficacia de las administraciones públicas mejorará el bienestar de la ciudadanía y su confianza en ellas, dice también el informe que “muestra el gran potencial que tienen los gobiernos para aprovechar la tecnología y los datos con el fin de mejorar su desempeño.
“Actualmente, el 60% de los países de la OCDE utiliza análisis de datos, inteligencia artificial, aprendizaje automático y tecnologías móviles para aumentar la eficiencia de las contrataciones públicas, sin embargo, siguen existiendo deficiencias sustanciales en la accesibilidad de los datos. En promedio, sólo el 47% de los conjuntos de datos de alto valor de los gobiernos de la OCDE están disponibles como datos abiertos, y baja al 37% en el caso de la educación y al 42% para salud y bienestar social”.
¿Vale insistir que, en sentido inverso, el gobierno de la llamada Cuarta Transformación ha reformado leyes e instituciones para ocultar información acerca del costo y cómo se distribuye el dinero destinado a las obras públicas y que el sistema educativo, lejos de mejorar, va en declive, mientras que siguen sin cumplirse las reiteradas promesas de acabar con el desabasto de medicamentos y estamos todavía sin alcanzar un sistema de salud “como el de Dinamarca”?
Prueba de que México marcha por otra dirección, bastan las declaraciones de la presidenta (con A) al defender la tramposa reforma del Poder Judicial.
Sheinbaum aseguró que “el cambio en el Poder Judicial no es para manipular, sino para lograr una verdadera autonomía”.