Tráfico de mercurio, nuevo negocio millonario del CJNG
Nacional lunes 4, Ago 2025- Diversificación de actividades ilícitas
- Controla minas en Querétaro para trasladarlo hacia Sudamérica, según la Agencia de Investigación Ambiental de EU

La Agencia de Investigación Ambiental (EIA), a través del reciente estudio “Traficantes no dejan piedra sin levantar”, reveló que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también controla las minas de Querétaro donde extraen ilícitamente al menos 40 toneladas mercurio al año para la minería ilegal de oro en Sudamérica.
La organización criminal más poderosa de México ha extendido sus tentáculos en países como Bolivia, Perú y Colombia para seguir incrementando sus ganancias multimillonarias, las cuales financian sus actividades dentro y fuera del país.
Según la EIA estadounidense, desde 2019 hasta el año en curso se estima que la ganancia del grupo delictivo asciende a alrededor de 8,000 millones de dólares por el trasiego de mercurio.
Los investigadores detallan que parte del mercurio se extrae en minas ubicadas en la Sierra Gorda, a partir de la piedra cinabrio -principal fuente de mercurio-, usando métodos rudimentarios que ya han contaminado el río Extoraz y afectado la salud de comunidades locales. Varias de estas minas estarían actualmente bajo control del CJNG.
Este “nuevo método” de tráfico comenzó desde abril de 2019 y continúa hasta la fecha, según la investigación, que añadió que la presencia de este grupo delictivo en la zona ha incrementado la violencia, provocando que los mineros abandonen o no puedan laborar con normalidad en ocasiones.
La gran mayoría de los mineros de oro artesanales y a pequeña escala, frecuentemente ilegales, dependen del uso cotidiano de mercurio. Lo utilizan para facilitar la separación y captura de partículas de este metal precioso de la arena y otros sustratos de los que se extrae.
Posteriormente, el oro se separa del mercurio mediante un proceso de combustión durante el cual el mercurio se evapora. Esta práctica representa, aproximadamente, el 40% de todas las emisiones atmosféricas por mercurio causadas por la mano humana.
Según testimonios de fuentes que trabajan en las minas en Querétaro, la demanda de mercurio para la minería del oro ha impulsado la sofisticada operación y la ha vuelto rentable. Estos mismos han señalado que una nueva “fiebre del mercurio” azota la región desde principios de este año. Detonada, en gran parte, por los precios récord ofrecidos por los traficantes (330 dólares por kilogramo), como consecuencia del alza en los precios del metal dorado.
Más de 10 años de contrabando
Como consecuencia de la prohibición de exportación implementada en la Unión Europea en 2011 y en Estados Unidos en 2013, México se convirtió rápidamente en uno de los principales proveedores mundiales de mercurio, junto con China, Indonesia y Kirguistán.
En Querétaro, la segunda reserva más grande del mundo de este elemento, estaban en operación en 2020 al menos 19 minas, donde se produjo anualmente hasta 100 toneladas. La producción en zonas como La Plazuela ha alcanzado niveles “casi industriales” bajo la sombra del CJNG.
A la cabeza de esta operación, según señala el reporte, está presuntamente el mexicano Juan José Zamorano, quien lleva más de una década involucrado en el contrabando. Éste supervisa la compra de mercurio líquido a mineros, el camuflaje del metal en bolsas llenas de grava, su transporte ilegal a puertos marítimos y su envío fraudulento.
Desde los puertos de Manzanillo y Veracruz prepara los contenedores, cada uno de aproximadamente 20 toneladas, con destino a Panamá, parada que le sirve a los contrabandistas como centro de transbordo hacia la India, Bolivia, Colombia, Perú o Ecuador.
El pasado 7 de junio, las autoridades aduaneras de Perú confirmaron la incautación en el puerto del Callao de un contenedor con mercurio de contrabando por un valor aproximado de 500,000 dólares con procedencia de México hacia Bolivia.
La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria de ese país detectó la carga adherida a un envío de 20 toneladas de “piedra chancada” (gravilla), transportada en bolsas de 25 kilos que, según las estimaciones especializadas, tras ser procesada podría rendir unas cuatro toneladas de mercurio líquido.
¿Cómo funciona el negocio del tráfico de mercurio?
Las minas controladas por el crimen organizado extraen cinabrio, una roca que contiene mercurio. Sin embargo, no procesan la roca para obtener el metal líquido, sino que transportan el cinabrio en sacos.
La EIA detalló que las rocas se mezclan con grava para facilitar su paso por las aduanas de Colombia y Perú, países donde está prohibida la importación de mercurio. Además de camuflar el contenido, las declaraciones ante las autoridades aduaneras ocultan el verdadero material para evitar decomisos o retenciones.
En caso de una revisión, funcionarios corruptos permiten la salida del embarque hacia su destino final, donde el cinabrio sí será procesado para extraer el mercurio líquido.
Para evadir controles aduaneros, el mercurio se oculta en sacos de grava mal etiquetados o se disfraza como material de construcción y piedras decorativas. También se transporta en botes de pintura, como el caso reportado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en abril de 2025, cuando se inmovilizó un cargamento de cinco toneladas de mercurio líquido en Manzanillo, Colima, con destino a Bolivia.
Cabe recordar que este metal es una de las 10 sustancias más letales que hay en el mundo que, una vez extraída y refinada, es imposible destruirla, por lo que puede impactar negativamente en la vida de los seres humanos.











