QRoo es segundo lugar nacional en prevalencia de obesidad infantil
Quintana Roo domingo 10, Ago 2025- Alerta sobre crisis de salud pública
- Resultados preliminares del programa “Vive Saludable, Vive Feliz” implementado por IMSS y SEP

Quintana Roo se ha posicionado como el segundo estado con mayor prevalencia de obesidad infantil en México.
Por redacción DIARIOIMAGEN
Chetumal.- Quintana Roo se ha posicionado como el segundo estado con mayor prevalencia de obesidad infantil en México, según los resultados preliminares del programa “Vive Saludable, Vive Feliz” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El estudio, que evaluó a casi cuatro millones de estudiantes en más de 27 mil escuelas primarias del país, reveló que el 52% de las niñas y niños evaluados en Quintana Roo presentan exceso de peso, solo por debajo de Campeche (56%).
El informe del IMSS indica que la Península de Yucatán —integrada por Campeche, Yucatán y Quintana Roo— concentra los niveles más altos de obesidad infantil en el país.
En Quintana Roo:
– 52% de los menores tienen sobrepeso u obesidad.
– Solo 49.7% presenta un peso normal.
– El 13.5% muestra bajo peso, lo que también representa un riesgo.
Estas cifras reflejan una crisis de salud pública, ya que los menores con exceso de peso tienen mayor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares desde edades tempranas.
Aunque desde marzo de 2025 se prohibió oficialmente la venta de comida chatarra en escuelas del Sistema Educativo Nacional, el cumplimiento en Quintana Roo ha sido limitado: 65% de los planteles aún venden refrescos y el 82.7% ofrece productos ultraprocesados. Solo 20.7% cuenta con acceso a agua potable, lo que obliga a estudiantes a consumir bebidas azucaradas.
Además, más de la mitad de las escuelas no ofrece frutas ni verduras, lo que contradice los lineamientos oficiales y debilita los esfuerzos por fomentar hábitos saludables.
Autoridades educativas reconocen que el avance ha sido gradual pero firme. El diputado local Saulo Aguilar Barnes señaló que algunas cooperativas escolares ya han comenzado a ofrecer frutas y opciones más saludables, aunque el proceso de socialización del cambio es lento.
Por su parte, Rafael Pantoja Sánchez, titular de la Oficina de Enlace Educativo en el estado, destacó que se están capacitando concesionarios en municipios como Othón P. Blanco, y que el trabajo debe ser conjunto entre docentes, madres y padres de familia.
El programa “Vive Saludable, Vive Feliz” es el primero en implementar un sistema de registro nominal, lo que permite dar seguimiento personalizado a cada niña y niño, y establecer un canal directo con la unidad médica más cercana para atención oportuna.
La obesidad infantil en Quintana Roo no solo es una estadística preocupante, sino un llamado urgente a rediseñar políticas públicas, transformar entornos escolares y reforzar la educación alimentaria desde casa.
Una epidemia silenciosa que exige acción urgente
La obesidad infantil se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. En México, al igual que en muchos países del mundo, el número de niños con sobrepeso y obesidad ha aumentado de forma alarmante, generando consecuencias físicas, emocionales y sociales que pueden extenderse hasta la edad adulta.
La obesidad infantil no es solo una cuestión estética. Sus implicaciones son profundas y multifactoriales:
– Problemas de salud física: Aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol alto, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
– Impacto psicológico: Los niños con obesidad pueden sufrir baja autoestima, ansiedad y depresión, además de ser víctimas de bullying o exclusión social.
– Ciclo de enfermedades crónicas: Un niño obeso tiene mayor probabilidad de convertirse en un adulto obeso, perpetuando el riesgo de enfermedades graves.
La obesidad infantil surge de un desequilibrio entre las calorías consumidas y las gastadas. Entre los factores más comunes están:
– Dietas ricas en azúcares, grasas saturadas y alimentos ultraprocesados.
– Sedentarismo, especialmente por el uso excesivo de pantallas.
– Entornos familiares con hábitos alimenticios poco saludables.
– Factores genéticos y socioeconómicos que limitan el acceso a alimentos sanos y espacios seguros para la actividad física.
Combatir la obesidad infantil requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a familias, escuelas, comunidades y gobiernos. Algunas estrategias clave incluyen:
– Fomentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y granos integrales.
– Evitar bebidas azucaradas, comida rápida y productos ultraprocesados.
– Promover desayunos y meriendas nutritivas, evitando bollería industrial.
– Al menos 60 minutos diarios de ejercicio moderado a intenso.
– Sustituir tiempo frente a pantallas por juegos dinámicos al aire libre.
– Incentivar deportes grupales que también fomenten habilidades sociales.
La obesidad infantil no se resuelve con dietas temporales ni con culpabilización. Se combate con educación, empatía y políticas públicas que garanticen entornos saludables para todos los niños.











