El sueño dorado de la 4T: la CDMX vuelve a ser Tenochtitlan
Miguel Ángel Rivera, Opinión lunes 11, Ago 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
Una sugerencia al gobierno de la llamada Cuarta Transformación, en vez de afrontar problemas por las inundaciones (que no encharcamientos) ocurridas en la Ciudad de México, en particular en los alrededores del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, deben dejar anegadas las calles e inclusive darles mayor profundidad para recuperar los canales que cruzaban gran parte del Valle de México.
Volver a la etapa histórica previa a la llegada de los conquistadores españoles tiene varias ventajas, primero ofrecer un atractivo al turismo internacional, al que se le ofrecería en el Nuevo Mundo un sustituto para la decadente Venecia, cuyos vecinos están en un proceso en sentido contrario, pues buscan la manera de alejar a las oleadas de visitantes extranjeros que, para ellos, se han convertido de una plaga.
La extensa zona metropolitana de la Ciudad de México ofrece mucho más espacio para que circulen las trajineras (en vez de las góndolas) y no estaría limitado a los cada vez más mermados canales de Xochimilco.
Además, revivir la metrópoli de los aztecas va en consonancia con las inclinaciones “históricas” de la llamada Cuarta Transformación, que trata de borrar toda herencia de los explotadores que vinieron después del desterrado Cristóbal Colón y del repudiado conquistador Hernán Cortés. Por ejemplo, la renombrada calle que antes llevó hacía honor al sanguinario Pedro de Alvarado (ahora avenida México-Tenochtitlan) retomaría sus orígenes al convertirse en canal que comunicaría el centro de la ciudad con el antiguo reino de Tlacopan (Tacuba) y, tal vez, hasta los límites con el estado de México. Para hace canales más hondos, se puede aprovechar lo ya excavado para la Línea 2 del Metro, sistema de transporte que puede ser sustituido por convoyes de trajineras que no requerirán costosas instalaciones eléctricas, pues serían movidas con fuerza humana, con lo cual se solucionaría también el problema del desempleo, mismo que se agravará en breve por el regreso de miles, tal vez millones, de migrantes expulsados de los Estados Unidos.
En cuanto al aeropuerto, tampoco será problema dejarlo cerrado e inundado para que vuelva a ser parte del Lago de Texcoco.
Para ventaja de la llamada Cuarta Transformación, clausurar definitivamente la terminal aérea que lleva el nombre del patricio de la “justa medianía”, Benito Juárez, implicaría dejar únicamente en operación una de las obras más preciadas del caudillo Andrés Manuel López Obrador, el llamado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. El gobierno mexicano evitaría ser acusado de imponer medidas arbitrarias, pues al no haber otro aeródromo en la capital del país, todas las aeronaves, de carga o de pasajeros, tendrían que aterrizar y despegar de lo que antes fue la base militar de Santa Lucía.
Hasta allí, los delirios.
Vueltos a la realidad, el problema de las inundaciones, justificadas por los gobiernos de la llamada Cuarta Transformación por supuestas lluvias “atípicas”, pone de manifiesto la falta de trabajos de mantenimiento para asegurar que el agua sea desalojada rápidamente, en vez de acumularse en las calles.
Por ejemplo, luego de las inundaciones del pasado día 10, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, aseguró que cada día la capital rompe récord.
“Empezaremos diciendo que ayer tuvimos la lluvia más intensa. Cada día rompemos récord. Siempre pensamos que ésta es la lluvia más fuerte, y al otro día sale otra peor. Tuvimos ayer 84.5 milímetros, en el pluviómetro del Zócalo, que afectó principalmente al Centro de la Ciudad de México”, dijo el lunes en conferencia de prensa sobre el recuento de las afectaciones.
Al recordar que desde 1952, la lluvia más grande fue de 67 milímetros en la zona del Zócalo, la mandataria capitalina sostuvo que, además de la precipitación pluvial que hubo, se tuvo una intensidad de prácticamente 20 minutos.
Vale insistir que, si el agua inunda las calles porque el drenaje no trabaja a toda su capacidad, por estar obstruido por la basura, es porque el servicio de recolección no funciona con eficiencia. En muchos rumbos de la metrópoli se escuchan cotidianamente protestas y quejas porque los vehículos recolectores no se aparecen en varios días.
Si, por otro lado, la basura se acumula por descuido o por negligencia de los vecinos, también es culpa de las autoridades, por no obligar a esas personas a recoger y colocar en su sitio la basura. Esto no es represión, es hacer que se cumplan las normas más elementales de convivencia.
Hace años, un presidente municipal me contó que era relativamente fácil descubrir a los infractores por no procesar debidamente sus desperdicios, bastaba revisar los restos desperdigados por la calles para encontrar algún recibo o una nota con el nombre y la dirección de los incumplidos, para que se les aplicara alguna multa u otra sanción.
Por desgracia, a la vista de los resultados, el ejemplo no cundió, ni se ha encontrado otro medio para compelir a los ciudadanos a colaborar en el esfuerzo por dejar las calles libres de basura.
La maestra veracruzana fue víctima de los secuestradores
Si algunas autoridades son omisas en el cumplimiento de sus responsabilidades, otras pecan por entrometerse en áreas para las que no tienen la capacitación previa.
Un ejemplo de lo anterior, lo dio la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, quien probablemente es una buena ingeniera -aunque no dejó constancia a su paso por la Secretaría de Energía- pero que definitivamente carece de una adecuada capacitación en materia de derecho penal.
Esto viene a raíz del secuestro, extorsión, tortura y, finalmente, homicidio de la profesora veracruzana Irma Hernández Cruz, quien ya jubilada operaba un taxi para poder hacer frente a las necesidades familiares.
En el poblado donde residía la maestra y taxista, Álamo Temapache, opera una banda de delincuentes que, entre otras actividades ilegales se dedica a lo que se conoce como “cobro de piso”, que no es otra cosa que simple extorsión. Exigen una parte de los ingresos de los propietarios de comercios y de otras actividades económicas, como el transporte.
La profesora Hernández Cruz se resistió a la extorsión, por lo cual fue secuestrada y torturada. Al cabo de varios días de haber sido retenida, apareció en un video grabado por los propios delincuentes, atada de manos, hincada y rodeada de una docena de individuos con los rostros cubiertos que portaban armas largas. Esos valentones la obligaron a mandar un mensaje a sus colegas taxistas, a quienes les pidió que pagaran sus “cuotas” para que no terminaran como ella.
En efecto, días después se descubrió su cadáver.
Fue aquí donde apareció la gobernadora Nahle, quien asumió el papel de agente del Ministerio Público, pero en vez de condenar a los delincuentes, intentó disminuir el efecto de indignación y de espanto de la sociedad veracruzana, por lo cual lo que destacó en su mensaje fue la aclaración de que la profesora había fallecido a consecuencia de un paro cardiaco.
Cabe señalar que el caso de la profesora no es el único. Al menos siete taxistas han sido asesinados este año en Veracruz.
Según cifras oficiales, la extorsión ha aumentado 6% este año, con un registro de casi 6,000 denuncias de un delito que, en general, la gente teme denunciar ante las autoridades por el riesgo que eso implica.
Por eso se desató la indignación por las declaraciones de la gobernadora, pues como mencionamos omitió condenar a los delincuentes, a pesar de que los médicos legisltas advirtieron que el secuestro y el maltrato fueron los factores que desataron la afección cardíaca.
Esto se confirmó ayer, cuando la Procuraduría de Justicia de Veracruz -ya sin que apareciera la gobernadora Nahle- confirmó que Hernández Cruz murió bajo tortura.
“La privación de la libertad de la víctima quien era mayor de 62 años fue llevada a cabo por dos o más personas, de manera violenta y con el propósito de obtener un beneficio, alterando su salud por la agresión, tortura y violencia ejercida durante su cautiverio, lo cual ocasionó su muerte”, señaló la fiscal Verónica Hernández Giadáns.
La funcionaria reveló asimismo que ya se ejecutó una orden de aprehensión en contra de Octavio N., Jeana Paola N, Víctor Manuel N y José Eduardo N, por su probable responsabilidad en el delito de secuestro de la maestra jubilada.











