Se duplicó la población sin servicios de salud en el sexenio pasado
Nacional domingo 17, Ago 2025- El sector rural, el más afectado
- El 54%de la población en México acude a servicios médicos privados

El 54% de la población en México acude a servicios médicos privados, ya sea por la saturación del sector público o por la falta de acceso a éste, pese a que sus tarifas aumentan sin justificación clara, según los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
La población sin acceso a servicios de salud en México se duplicó durante el sexenio pasado, de acuerdo con datos del informe sobre Pobreza Multidimensional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), siendo la gente del campo la más afectada.
En 2018, 20.1 millones de personas no contaban con acceso a servicios de salud. En 2024, la cifra de personas con carencia a los accesos de salud fue de 44.5 millones, es decir, hay 24.4 millones de personas más que no están afiliadas, inscritas o tienen derecho a recibir servicios de salud en una institución pública o privada.
El aumento de población sin servicios de salud fue mayor en el ámbito rural, donde esta carencia subió de 13.7 % en 2018 (4.2 millones de personas) a 48.7 % (13.9 millones) en 2024. En tanto, en el ámbito urbano pasó de 17 % de la población (15.9 millones de personas) a 30.1% (30.6 millones).
De acuerdo con los datos del Inegi, en 2024, 30.6 millones de personas presentaron esta carencia en el ámbito urbano, mientras que en el ámbito rural, la cifra fue de 13.9 millones de personas.
En dicho periodo, la carencia por acceso a los servicios de salud se redujo en 27 entidades federativas. El estado con mayor reducción fue Oaxaca (de 65.7 a 43.9 %). Siguieron Guerrero (de 52.7 a 38.9 %), y Tabasco (de 44.8 a 35.1 %). Mientras que en cinco entidades aumentó la carencia en servicios de salud: las de mayor incremento fueron Baja California Sur (de 17.3 a 19.6 %) y Colima (de 21.9 a 24.0 %).
En la pasada administración se dejó sin consultas médicas a la mitad de los enfermos más pobres del país y se dejaron de hacer 20 millones de estudios de laboratorio, si se compara con el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El número de consultas en los servicios que ofreció el sector salud pasó de 95 millones en 2018 a 51 millones en 2022. Una caída de 44 millones, es decir, 46% menos consultas para quienes no tienen seguridad social, según cifras oficiales.
El gobierno de López Obrador dejó de surtir 15 millones de recetas de pacientes de los servicios médicos públicos, una cifra que representa 5 veces más que las recetas no surtidas en 2018, último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando fueron 3.1 millones.
La mayoría de la población en México acude a servicios médicos privados
Por otra parte, el 54% de la población en México acude a servicios médicos privados, ya sea por la saturación del sector público o por la falta de acceso a éste, pese a que sus tarifas aumentan sin justificación clara, según los resultados de la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
En promedio, una consulta con un médico general cuesta entre 300 y 800 pesos, mientras que una con un especialista puede alcanzar hasta los 5,000. El encarecimiento de la medicina privada no es nuevo, pero se ha acelerado en los últimos años, advierte Gustavo Leal Fernández, académico de la UAM-Xochimilco especializado en políticas de salud.
“El sector opera con una regulación mínima: no hay un sistema de monitoreo que permita identificar abusos o patrones sistemáticos. Esto deja al paciente en una posición de vulnerabilidad, sobre todo ante enfermedades crónicas o graves que requieren atención prolongada”, señala.
A ello se suman otras prácticas problemáticas. Algunas clínicas alargan innecesariamente los procesos de diagnóstico para aumentar el número de consultas, especialmente cuando el paciente cuenta con un seguro de gastos médicos mayores.
Por su parte, Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, explica que al operar sin topes de precios ni regulación, no es fácil calcular el aumento de las citas médicas.
“Ni la Secretaría de Salud ni el INEGI tienen una base de datos confiable sobre tarifas, mucho menos mecanismos para intervenir cuando los precios son desproporcionados. Y como una parte del sector funciona en la informalidad, no está claro el tamaño real del problema”, advierte Martínez.
Quienes no pueden acceder o esperar a una cita en el sector público se ven obligados a pagar de su bolsillo, incluso si eso significa endeudarse o agotar sus ahorros. Ese es el caso de Antonio Trejo, de 54 años, a quien le detectaron mieloma múltiple en un médico privado.
Aunque tiene derecho al ISSSTE, optó por atenderse fuera, porque las citas podían tardar hasta tres meses y los síntomas y la preocupación no podían esperar. La primera etapa de su tratamiento, que incluyó consultas semanales de 2,000 pesos, estudios, medicamentos y radiación en el Hospital Español, costó 400,000 pesos.
Oncología y estética, las más demandadas
La medicina oncológica es una de las más demandadas en el sector privado, junto con los procedimientos estéticos, la atención cardiológica y dental, de acuerdo con Leal. Derechohabientes coinciden en que la calidad no siempre es mejor en el sector privado. De hecho, creen que muchos de los mejores médicos están en el IMSS o el ISSSTE, aunque trabajan bajo condiciones de sobrecarga.
María de la Luz Rivera, pediatra con más de 30 años de experiencia en el sector público y privado, considera que los costos de consulta dependen en gran parte de la ubicación del hospital o consultorio. “No es lo mismo tener un consultorio en Iztapalapa que en el Hospital Ángeles de Las Lomas”, explica. Sin embargo, reconoce un alza de precios en general, motivada por el aumento en rentas, insumos médicos y servicios.
La presión económica también se refleja en el gasto familiar. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, de cada 100 pesos que se gastan en salud en México, 43 salen directamente del bolsillo de las familias. En los hospitales públicos los pacientes se enfrentan a la escasez de medicamentos, falta de equipo para ciertos estudios o listas de espera tan largas que incluso los propios médicos recomiendan a sus pacientes realizar estudios por fuera o acudir con especialistas privados.
Para enfermedades leves o malestares comunes, muchas personas acuden a consultorios de farmacias, donde el acceso es rápido y el costo mucho menor. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), el gasto promedio por hogar en salud pasó de 343 pesos en 2018 a 448 en 2022, un incremento del 30,9%. En zonas rurales, el panorama es muy distinto: la población depende casi por completo del sector público.
Los especialistas en economía de la salud consultados coinciden en que una posible vía para frenar los abusos es establecer un tabulador oficial de costos como referencia nacional. “Este tipo de regulación no solo es viable, sino urgente”, señala Leal. María de la Luz Rivera, por su parte, cree que muchos médicos privados estarían dispuestos a apegarse a tarifas justas si existiera un marco claro y consensuado











