Gutiérrez Müller niega vivir en España, pero su hijo está inscrito en la Complutense
Miguel Ángel Rivera, Opinión lunes 18, Ago 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
Otra muestra del por qué el gobierno de la llamada Cuarta Transformación decidió desaparecer a un Poder Judicial independiente y autónomo por otro totalmente sometido.
La evidencia la dio, claro, sin proponérselo, la ex (no)primera dama Beatriz Gutiérrez Müller (Mueller, escribió ella), al refutar las revelaciones en el sentido de que será o es residente de La Moraleja, el barrio más exclusivo de la capital de España, Madrid, y probablemente de toda la repudiada por los “morenos” “Madre Patria”.
La esposa de López Obrador y azote de España se muda a Madrid, publicó el diario español, que aseguraba que la historiadora se habría mudado con su hijo Jesús Ernesto a la capital de España, ya que iba a estudiar Derecho en la Universidad Complutense de Madrid.
La información original acerca de las supuestas acciones de la ex (no)primera dama mexicana para instalarse en el exclusivo barrio madrileño la dio el diario español El País, el mismo que antes había dado cuenta de los trámites de Gutiérrez Müller (o Mueller) para adquirir la nacionalidad española, a la que tiene derecho por su abuelo que dejó el Viejo Continente para refugiarse en México.
La historiadora negó haberse mudado a España con el hijo que tiene en común con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Me dedico, desde hace décadas, a la docencia e investigación en una universidad pública de mi país, donde continúo trabajando, y desde luego no me he ido a vivir allí ni a ningún otro lado. Tampoco Jesús Ernesto”, ha escrito.
En respuesta, los chairos de las redes y los bots contratados por el ex vocero presidencial y ahora jefe de asesores de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, le preguntaron si demandaría al diario español -y, probablemente, también a los periodistas mexicanos que le dieron continuidad a la versión- la ex (no)primera dama dio una respuesta ambigua acerca de su situación personal y familiar, pero puso en evidencia el por qué la llamada Cuarta Transformación quiere tener el control de los jueces de todo el país.
“Una buena: entrará en funciones el nuevo Poder Judicial y está la opción real de denunciarlos y que se haga justicia”, escribió Gutiérrez Müller en sus redes sociales, en las que estuvo muy activa desde primera hora, pues su carta de desmentido a El País apareció desde las siete de la mañana, lo que evidencia que recibió inmediatos informes desde la Península, debido a la diferencia horaria.
“Estoy enamorada de ese hombre y de mi hijito. Somos una familia muy unida a la cual han vilipendiado por los ideales de ese loco hermoso llamado AMLO. Estamos siempre en resistencia”, escribió también la profesora universitaria, aunque no aclara cómo es posible que a pesar de sus estrechos vínculos se animaría a dejar sólo en la capital española a su entrañable hijo. ¿Si no es en La Moraleja, en dónde va a vivir Jesús Ernesto mientras estudia en la Complutense? ¿Lo acompañará en ese periodo su madre?
Esto también lleva a otras dudas. Durante sus estudios de nivel medio en Londres ¿dónde vivía Jesús Ernesto? ¿Tuvo la compañía de su madre? ¿Cómo se sufragaron sus gastos? El salario de un profesor universitario en México ni las regalías por la edición de sus libros, como lo declara su madre, no resulta suficiente para sostener esos gastos. Tampoco resulta probable que los pueda sostener su padre, que eliminó las pensiones a los ex presidentes y sólo lleva 200 pesos en su cartera, sin tener cuentas bancarias ni tarjetas de crédito, además de que tiene que afrontar los gastos de su finca de “La Chingada”.
¿La empresa familiar “Chocolates Rocío” dejará suficientes utilidades como para pagar los viajes, los lujos de sus hermanos mayores y, además, para cubrir los costos de colegiaturas y residencia en el extranjero?
Por lo demás, con esos estudios en el extranjero, alentado por su madre, contradice los comentarios de su padre, quien como Presidente de la República descalificó a todos los profesionales con grados académicos obtenidos en universidades de otros país, con lo cual afectó a sus propios colaboradores, incluida su heredera al frente del Ejecutivo federal, Claudia Sheinbaum Pardo, quien obtuvo un doctorado en Berkeley.
El 6 de agosto de 2021, al defender su iniciativa para la revocación mandato, el ex presidente López sostuvo que «los que van a estudiar a Harvard o en el extranjero aprenden a robar… es una mentalidad elitista, clasista, racista».
“Imagínense, los que han estudiado en Harvard o en otras universidades del extranjero y aprenden a robar, a eso van, o a ayudar a que roben otros y que ellos reciban migajas del botín. ¿Para qué entonces estudiar en esas circunstancias? Pero existe esa mentalidad, es una mentalidad elitista, clasista, racista”, dijo el mandatario que en breve, a partir del mes venidero tendrá a un hijo inscrito en una Universidad de un país al que, además, no disculpa por haber explotado a los pueblos originarios de América. Esto, además de que Jesús Ernesto estudió el bachillerato en otra de las capitales del imperialismo, Londres.
Por lo pronto, la presidenta (con A) Sheinbaum dejó a un lado cualquier resabio por las críticas a los graduados en el extranjero y se sumó a la defensa de la familia López Gutiérrez.
En su conferencia mañanera, al defender a Gutiérrez Müller destacó que “sale en el periódico español de derecha, el ABC, que se fue a vivir a España y todos los comentócratas criticando”, dijo, “ya respondió, ya me comentó hace rato, ella vive en México, ah, pero la mentira…”.
La jefa del Ejecutivo aprovechó para reavivar su campaña en contra de los periodistas no sometidos a los mandatos de la llamada Cuarta Transformación, lo que causó indignación entre los colegas, al grado que Joaquín López Dóriga expresó en su programa de mediodía estar dispuesto a refutar cualquier denuncia en su contra.
Otra demostración de lo que es y lo que se espera de la “nueva justicia” impulsada por la llamada Cuarta Transformación es la decisión del incondicional Instituto Nacional Electoral (INE), al entregar a sus constancias de mayoría a 45 candidatos a jueces a los que anteriormente había rechazado por no cumplir los requisitos mínimos en la convocatoria para renovar el Poder Judicial, como parte de la reforma impuesta por la mayoría oficialista en el Congreso de la Unión a petición del Ejecutivo federal, eso sí, “sin cambiarle ni una coma”.
A pesar de la trascendencia de tareas tan complejas como la administración de justicia y la aplicación de las leyes requiere de profesionales de alto nivel académico, en sus prisas por quedar bien con el caudillo, los comisionados de los poderes Ejecutivo y Legislativo no revisaron debidamente los expedientes de los candidatos a integrar el nuevo Poder Judicial y dejaron pasar a decenas que no cumplían con el requisito mínimo de haber alcanzado un promedio de calificaciones superior a ocho o nueve, según el cargo al que aspiran.
En un gesto de la perdida autonomía, los consejeros electorales decidieron negarles su constancia de mayoría a quienes no cumplían con esa cláusula elemental.
Tal decisión no se mantuvo vigente mucho tiempo, pues ante las prisas de completar el proceso para cumplirle a la llamada Cuarta Transformación, el también sometido Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF) determinó invalidar la decisión de los consejeros electorales y dar la razón a los futuros juzgadores privados de sus constancias.
Los magistrados sostuvieron que el INE carece de facultades para interpretar quienes cumplían con requisitos de elegibilidad, y sólo los comités de los tres poderes de la Unión tuvieron esa tarea. Es decir, reconocieron que los candidatos no cumplían los requisitos fijados en la convocatoria, pero dieron por válida la decisión de los comités de los podres Ejecutivo y Legislativo, a pesar de que evidentemente no cumplieron con su responsabilidad.
En esta circunstancia, además, resulta imposible cargar alguna culpa al Poder Judicial, pues los integrantes de su comité responsable de revisar expedientes renunciaron de manera anticipada por no estar de acuerdo con los procedimientos y, en sustitución, entró la comisión del Poder Legislativo que, las evidencias lo demuestran, no supo cumplir, por lo que en el futuro inmediato tendremos un cuadro de juzgadores mediocres.
“Con estas mulas tenemos que arar”, dirán los abogados.











