No hay descarrilamientos ni inundaciones, sostiene el gobierno
Miguel Ángel Rivera, Opinión miércoles 20, Ago 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
Si se acepta y se concede validez a la afirmación de la llamada Cuarta Transformación de que en la Ciudad de México no hay inundaciones, sólo “encharcamientos”, también se tendrá que admitir que el hecho de que un ferrocarril, completo o sólo algunos vagones, se salga de las vías no es descarrilar.
Claro esa versión resulta toda una creación o invento, pues cualquier diccionario consultado sostiene que descarrilar, en materia ferroviaria, significa salirse de las vías. Por ejemplo, el Diccionario de la Lengua Española define esa palabra de la siguiente manera: intr. Dicho de un tren, de un tranvía, etc.: Salir del carril.
Ahora bien, al darse a conocer el accidente registrado en una de las obras insignia de la llamada Cuarta Transformación, en Tren Maya (el ingenio popular lo empieza a llamar “tren faya” (con perdón de la falta de ortografía) se dijo que al menos uno de los vagones del convoy se salió de las vías, ergo, descarriló.
Por cierto, también casi de inmediato surgieron recuerdos en el sentido de que no se trata del primer accidente (no incidente, como se le menciona oficialmente) en la “flamante” ruta ferroviaria, pue con anterioridad, El pasado 25 marzo de 2024 se registró un incidente similar, también en territorio yucateco, cerca del poblado de Tixcocob.
En esa ocasión, si se mencionó el suceso como un descarrilamiento. El que salió a dar la cara directamente fue el secretario de la Defensa -pues la obra se les asignó a los militares-, Luis Cresencio Sandoval. Dijo que la falla pudo ocurrir en el sistema de cambio y sujeción de la vía.
“Este sistema es automatizado, pero todavía no está completo y se hace de manera manual, personal de garroteros son los que hacen esta operación, estos aparatos se llaman “clamps”, son fijadores del aparato de vía… esto fue lo que se encontró que la sujeción de este camp no era la adecuada, no estuvo sujeta para que pudiera realizar su operación normal”, añadió el secretario.
El titular de la Defensa estuvo en la mañanera de Palacio Nacional el 2 de abril, durante la cual dio a conocer algunos detalles de las averiguaciones todavía no concluidas.
Contra la prudencia mostrada por el titular de la Defensa, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador aprovechó para fustigar sus “enemigos” al denunciar un posible sabotaje.
Como en esas fechas estaba en pleno la lucha por la sucesión presidencial, la candidata de la alianza PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez, respondió a inmediato al caudillo de la llamada Cuarta Transformación.
Gálvez exigió un peritaje sobre seguridad del Tren Maya y demandó al gobierno federal asumir su responsabilidad en la construcción y fallas de esta obra, cuyo costo que se calculaba entonces en 500 mil millones de pesos.
Gálvez recordó que la corrupción descarrila trenes, colapsa metros y hunde países, por lo cual exigió al entonces mandatario dejar de mentir y asumir su responsabilidad en esta situación.
“Exijo un peritaje de seguridad a la brevedad, evitemos una tragedia”, agregó la candidata opositora, quien destacó que, afortunadamente, no hubo muertos ni heridos, pero recalcó que el accidente era una advertencia.
En particular, Gálvez rechazó los señalamientos que se le hacen en las redes sociales, donde se destacaba lo que resultaba una coincidencia, por la denuncia que interpuso contra los hijos de López Obrador y sus amigos por presunta corrupción en el Tren Maya.
Esas denuncias de corrupción también se actualizan ahora, pues no se pueden olvidar los audios divulgados en primer término por el portal Latinus, que conduce el periodista Carlos Loret de Mola, y continuados por lo organización no gubernamental Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), donde se escuchan las voces de presuntos empresarios beneficiados con contratos, concedidos sin concurso público, para proveer balastro para el tendido de las vías sobre las que circula el Tren Maya.
Para indignación general, en esos audios se escucha la voz atribuida al joven empresario tabasqueño Amílcar Olán Aparicio, empresario tabasqueño y amigo íntimo de Andrés López Beltrán (“no me digan Andy”), que admite haber sido favorecido por contratos en las obras realizadas durante el sexenio, en particular del Tren Maya.
Lo peor de esas revelaciones que resultan un augurio que está por cumplirse. La voz supuesta de Olán reconoce que, en las prisas por conseguir el balastro para el Tren Maya -y presuntamente para obtener mayores utilidades- había entregado material de menor calidad.
Lo peor, que está a punto de convertirse en profecía, es que esa voz advierte: “Ya si se descarrila es otro pedo”.
La vulgar expresión no es la única denuncia contra los hijos del ex presidente López. También alcanzan a Gonzalo López Beltrán, también conocido como “Bobby”.
El periodista Eduardo Buendía, de MCCI, dio a conocer otro audio en el que Almicar Olán presume que Gonzalo o “Bobby” le prometió la concesión de una mina en Oaxaca.
“Bobby me dijo que nos van a dar un frente en unas minas allá por Oaxaca. Me dijo ahí, pero él tampoco sabe bien. Que nosotros las explotemos. O sea que yo la explote, pues, porque yo soy el que seguro va a meter todo el dinero. Pero, me preguntó, me dijo: ‘Oye, Tigre, ¿y tú tienes el triturador y todo?’ Y ya le dije obviamente que sí. Así que a este Roberto échatelo a la bolsa”, le dice Jorge Amílcar a un interlocutor del que se desconoce su identidad.
No obstante los testimonios, en sus conferencias mañaneras, el ex presidente López insistió en sostener la “inocencia” de sus vástagos. Aseguró que sus hijos no tienen negocios en el Tren Maya.
Por cierto, cabe mencionar que el balastro o balasto es una capa de grava o piedra triturada que se utiliza para estabilizar vías férreas o carreteras. Sirve para distribuir el peso de las cargas, proporcionar estabilidad y permitir el drenaje del agua en la infraestructura. Es decir, resulta un elemento que contribuye a la estabilidad ee las vías férreas, por lo que, en sentido contrario, si no cumple las especificaciones, puede propiciar movimientos indeseados.
Esto no es suficiente para sostener denuncias, por lo que es necesario esperar a conocer los dictámenes de los especialistas.
Por lo pronto, los militares encargados de la construcción y operación del Tren Maya, demostraron gran capacidad e imaginación para evitar reconocer que ese ferrocarrill registró un descarrilamiento, lo cual en principio intenta desviar la atención respecto de la despectiva expresión de Amílcar Olán.
En la mañanera de ayer, la presidenta Sheinbaum presentó a el director general del Tren Maya, el general Óscar Lozano Águila, quien admitió que el segundo accidente de ese ferrocarril, ocurrido la mañana del pasado martes en la estación Izamal, no fue un descarrilamiento. Los ingenieros responsables encontraron otra forma de nombrarlo, fue un “percance de vía”, una expresión que no aparece al hacer una consulta en las redes.
El director general del Tren Maya, explicó que el choque entre dos vagones en Izamal, Yucatán, se debió a una “anomalía” en el diseño ferroviario que, aparentemente se activó por error y, por ello, será necesario llevar a cabo una revisión técnica.
“Cuando pasa el segundo convoy del coche número tres, el aparato cambia de posición completamente (…) ¿Qué es lo que sucedió? Es una anomalía que tenemos que analizar porque no debió haber pasado”, señaló el funcionario (¿será por la mala calidad del balasto o balastro).
“Es una anomalía que tenemos que analizar porque eso no debería haber pasado en el diseño del sistema ferroviario”.
Lozano Águila anunció que actuará una comision dictaminadora de accidentes ferroviarios del Tren Maya, así como peritos de la Fiscalía General de la República (FGR) los encargados de evaluar y determinar las causas del “percance de vía”.
En caso de que se llegara a recurrir a expertos extranjeros, lo que sí es seguro es que no será llamada la empresa noruega DNV (Det Norske Veritas) a pesar de ser considerada uno de los líderes mundiales en materia de gestión de riesgos.
Esa empresa fue contratada por la ahora presidenta Claudia Sheinbaum cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México, por considerarla de lo mejor en el ámbito mundial, pero fue despedida cuando entregó un dictamen que no fue del agrado de la mandataria.











