Teatro Callejero de Coyoacán, de Moisés y Pedro Miranda, cumple 40 años
* Destacadas, Espectáculos lunes 25, Ago 2025
- Resistencia y arte popular en el andador de la Fuente de los Coyotes
- A costos muy accesibles, llevan risas, alegría y entretenimiento de calidad a las familias

El emblemático Teatro Callejero de Coyoacán, fundado por los hermanos Moisés y Pedro Miranda, celebra cuatro décadas de presentaciones ininterrumpidas.
Este 2025, el emblemático Teatro Callejero de Coyoacán, fundado por los hermanos Moisés y Pedro Miranda, celebra cuatro décadas de presentaciones ininterrumpidas en el andador de la Fuente de los Coyotes, corazón cultural de la plaza Hidalgo. Con maquillaje blanco, humor afilado y una vocación profundamente social, los Miranda han convertido el espacio público en escenario de alegría, crítica y comunidad.
Moisés Miranda Román, mimo y activista cultural, comenzó su carrera en el Bosque de Chapultepec, donde organizó a artistas callejeros frente a los abusos policiales. En 1985, se trasladó a Coyoacán, donde junto a su hermano Pedro consolidó una propuesta escénica que mezcla pantomima, sátira política, improvisación y participación ciudadana.
Ambos fundaron la Coordinadora Cultural de Artistas a Cielo Abierto de Coyoacán, una asociación civil que defiende el derecho al trabajo artístico en espacios públicos. Su labor ha sido reconocida por miles de espectadores y respaldada por más de 3,000 firmas de apoyo cuando enfrentaron intentos de desalojo por parte de autoridades locales.
Teatro para todos: accesible, crítico y entrañable
Durante 40 años, los Miranda han ofrecido funciones a precios simbólicos, permitiendo que familias enteras disfruten de espectáculos de calidad sin barreras económicas. Su repertorio incluye parodias, cuentos clásicos, crítica social y homenajes a figuras como Cantinflas y Marcel Marceau, quien en su visita a México expresó su deseo de conocer a los mimos de Coyoacán.
Cada función es una celebración del arte vivo: niños que ríen, adultos que reflexionan, turistas que se detienen y vecinos que los consideran parte del paisaje afectivo de la colonia.
Se trata de un trabajo titánico que han enfrentado estos grandes artistas, al enfrentarse a cada administración para mantener el espacio, en este andador que representa un hito en la cultura de nuestro país. Cabe destacar que no se cobra un solo peso de entrada para ver las diferentes propuestas artísticas que se presentan en esta plaza, entre ellos un talentoso joven que lleva 5 años interpretando al icono musical Michael Jackson, que ha ganado muchos seguidores gracias a su gran talento bailando. Otra que destaca es una joven en el papel de Blancanieves, quien tiene muchas facultades artísticas, con las que sorprende a propios y extraños.
Del mismo modo se presentan rutinas creadas e interpretadas por Moisés y Pedro Miranda, que se vienen a complementar con otro mimo que se llama Ramón, llevando a los grises días de los espectadores, verdaderos momentos de luz y de color, pero también de reflexión, ya que cada montaje va cargado de fuertes mensajes sociales.
Ramón es también un excelente mimo, quien lleva en la compañía poco más de 30 años, es decir, que se ha vuelto un pilar en el teatro callejero de Coyoacán, destacando que ha recibido múltiples premios por su gran trabajo histriónico.
Entre aplausos y amenazas
A pesar de su legado, los hermanos Miranda han enfrentado obstáculos. En 2023, fueron expulsados temporalmente de la plaza por personal de la alcaldía, bajo el argumento de que “los vecinos no quieren artistas callejeros”. La respuesta ciudadana fue contundente: firmas, protestas y llamados al Congreso de la Ciudad de México para garantizar su derecho al trabajo y a la libre expresión artística.
Cabe destacar que esta gran iniciativa artística y cultural se mantiene únicamente de los donativos de los espectadores, quienes cooperan al final de cada función con uno o dos pesos, y hasta billetes de 100 o 200 pesos, puesto que el público reconoce que el de Moisés, Pedro y Ramón, se trata de un trabajo digno de cualquier escenario, a la altura de los grandes mimos e intérpretes del clown en el mundo, quienes llegan a cobrar hasta mil pesos por localidad, pero que en el caso de los mexicanos, ponen su trabajo al alcance de cualquiera, porque así debe ser, el arte para todos.
La tradición del arte callejero de Coyoacán se mantiene gracias al trabajo de más de doce horas por domingo de estos grandes artistas, quienes han llegado a diferentes partes del país, presentándose incluso, en el festival Cervantino. Pedro por su parte, trabajó en la Fiscalía General de la República, recorriendo la mayoría de los estados con un mensaje de prevención de las drogas, dirigido especialmente a niños y jóvenes.
40 años, y contando…
Este aniversario no solo celebra la permanencia de un proyecto artístico, sino la resistencia de una forma de teatro que interpela, transforma y construye comunidad. El Teatro Callejero de Coyoacán es testimonio de que el arte, cuando nace del pueblo y para el pueblo, no necesita telones ni reflectores: basta una plaza, una fuente, y el compromiso de quienes creen que hacer reír también es hacer pensar.
Podemos asegurar que el teatro callejero es muy difícil, incluso más complicado que el convencional, pues en el asfalto, hay espectadores de paso, eventuales y otros que se suman al nicho que ya conoce el concepto, sin embargo, ninguno se tentará el corazón para dar una opinión, buena o mala sobre los espectáculos, asimismo, el precio de cada trabajo lo pone el público, de tal manera que, los artistas deben entregarlo todo y no tienen ninguna garantía.
Es así, que el Teatro Callejero de Coyoacán no es solo un espectáculo: es una tradición que ha tejido vínculos comunitarios, sembrado conciencia social y regalado sonrisas durante cuatro décadas. Cada domingo, el andador de la Fuente de los Coyotes se convierte en escenario de lo posible, donde el arte se comparte sin barreras y la risa es patrimonio común.
Hoy más que nunca, es vital que el público siga acudiendo, apoyando y defendiendo este espacio. Que no se pierda lo que ha costado tanto construir. Que la plaza siga siendo plaza, y el teatro siga siendo del pueblo. Este domingo, y todos los que vienen, hazte presente. Lleva a tu familia, invita a tus amigos, y no permitas que esta tradición muera. Porque cuando el arte callejero se apaga, también se apaga una parte de nuestra voz colectiva.
Hoy más que nunca, es vital que el público siga acudiendo, apoyando y defendiendo este espacio. Que no se pierda lo que ha costado tanto construir. Que la plaza siga siendo plaza, y el teatro siga siendo del pueblo.











