La salud mental como prioridad: el valor de los hábitos terapéuticos en la vida cotidiana
Opinión domingo 12, Oct 2025REGINA
Cada 10 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Salud Mental, una fecha que nos invita a mirar hacia adentro y reconocer una verdad cada vez más evidente: cuidar la mente es tan vital como cuidar el cuerpo. En un mundo acelerado, hiperconectado y saturado de estímulos, la salud mental se ha convertido en un pilar esencial del bienestar integral, y los hábitos terapéuticos son una de las herramientas más efectivas para sostenerla.
Más allá de los diagnósticos o las crisis, la salud mental es una práctica diaria, una forma de estar en equilibrio con uno mismo, con las emociones y con el entorno. Incluir en nuestra rutina espacios de autocuidado, reflexión y descanso emocional puede marcar una gran diferencia en la manera en que enfrentamos los desafíos de la vida.
Los hábitos terapéuticos no necesariamente implican acudir a terapia —aunque hacerlo es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar—, sino también cultivar prácticas que nutran la mente y el espíritu. La meditación, la respiración consciente, la escritura emocional, el arte, la conexión con la naturaleza o el simple acto de detenerse a escuchar el propio cuerpo son formas de restaurar la armonía interior.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el bienestar mental no es solo la ausencia de trastornos, sino un estado de equilibrio en el que la persona puede desarrollar sus capacidades, afrontar las tensiones de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad. Alcanzar ese estado requiere constancia, conciencia y, sobre todo, un cambio cultural: normalizar el cuidado de la salud mental tanto como el físico.
Incluir un hábito terapéutico en la vida diaria no solo fortalece la resiliencia emocional, sino que también fomenta la empatía, la claridad y la autocompasión, cualidades fundamentales en una sociedad que muchas veces olvida la importancia de la pausa y la presencia.
Hoy más que nunca, hablar de salud mental es un acto de amor y responsabilidad colectiva. Recordar que cada mente necesita cuidado, descanso y escucha es reconocer que la verdadera sanación empieza desde adentro.
Cuidar la mente no es un lujo, es una necesidad.
Y cada hábito terapéutico que elegimos cultivar es una forma de decirle a la vida: “Estoy presente, y merezco estar bien”.
C O M U N I C A T E












