Redes sociales influyen en desarrollo de trastornos de la alimentación
Nacional lunes 13, Oct 2025- Promoción de cánones de belleza equivocados
- Impacto en el desarrollo de patologías entre jóvenes como depresión, ansiedad, ideas suicidas, y baja autoestima

Redes sociales influyen en desarrollo de trastornos de la alimentación
La era digital ha propiciado que el uso de redes sociales se convierta en un grave factor de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios en adolescentes y jóvenes, ya que a través de diversas plataformas se difunden información y estereotipos basados en cánones de belleza erróneos e inalcanzables, los cuales influyen negativamente en los hábitos alimentarios y el bienestar psicológico.
La catedrática e investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Ana María Balboa Verduzco, explicó que el cambio en los hábitos alimentarios y la percepción distorsionada del cuerpo humano impactan en el desarrollo de patologías como depresión, ansiedad, ideas suicidas, pensamientos distorsionados y baja autoestima, entre otras.
La maestra en ciencias en Medicina Conductual precisó que los trastornos alimentarios son considerados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como desórdenes mentales y del comportamiento, caracterizados por un temor persistente a ganar peso y una conducta alimentaria descontrolada, tanto en mujeres como en hombres.
La especialista, adscrita a la Escuela Superior de Medicina (ESM),afirmó que la aplicación de diversas técnicas de Terapia Cognitivo-Conductual ha mostrado resultados exitosos en el tratamiento de estos padecimientos.
“La recuperación requiere trabajo constante, paciencia y un manejo adecuado de la narrativa personal, que favorezca pensamientos positivos en torno a los alimentos, así como el fortalecimiento del autoconcepto y la autoestima”, subrayó.
La especialista del IPN hizo un llamado a los padres de familia a detectar oportunamente estos trastornos mediante la observación de conductas atípicas —como aislamiento, depresión, pérdida repentina y constante de peso, o frustración—, además de fomentar la revisión médica periódica que incluya análisis clínicos.
Detalló que, cuando el problema ya está presente, es necesaria una atención integral que incluya la intervención de profesionales de la salud (psicólogo, pediatra, nutriólogo y paidopsiquiatra, en caso de menores de edad), así como la participación directa de la familia. Recomendó también mantener una alimentación balanceada, con base en verduras y agua natural, la práctica de ejercicio moderado y la convivencia familiar en espacios al aire libre, para favorecer un desarrollo armónico y saludable.
Subrayó que el origen de la bulimia es multidimensional, y que factores como el bullying relacionado con el sobrepeso desde la infancia pueden influir en su aparición. Recordó que la exposición constante a imágenes y mensajes distorsionados en redes sociales repercute significativamente en los hábitos alimentarios, el bienestar psicológico y el desarrollo emocional de niñas, niños y adolescentes.
Graves consecuencias
Con más de 30 años de experiencia en la intervención psicológica mediante la Terapia Cognitivo-Conductual, Balboa Verduzco advirtió que estos trastornos resultan preocupantes, ya que muchos usuarios carecen de la madurez suficiente para reconocer la confusión que generan los estándares de belleza extremos difundidos en plataformas digitales, a través de imágenes altamente filtradas y alejadas de la realidad.
Enfatizó que este entorno distorsionado puede tener consecuencias graves, al propiciar alimentación desordenada, dietas extremas, inanición y ejercicio excesivo, lo cual deriva en daño neurológico (disminución de la velocidad del habla), alteraciones hormonales (como la suspensión de la menstruación en mujeres jóvenes) y problemas cardiacos, digestivos y dentales -estos últimos ocasionados por los ácidos gástricos tras los vómitos recurrentes en casos de bulimia-.
La anorexia y la bulimia nerviosas
El atracón, la anorexia y la bulimia nerviosa son los principales trastornos alimentarios en México y el mundo; representan un problema de salud debido a que afectan mental y físicamente a quienes los padecen.
El especialista de la Clínica de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), Alejandro de Jesús Caballero Romo, señaló que los trastornos alimentarios pueden desarrollarse desde la adolescencia, independientemente del nivel educativo. Se estima que entre uno y dos por ciento de la población mexicana padece anorexia y bulimia nerviosa, y de 2.5 a tres por ciento, trastorno por atracón.
Precisó que el intento suicida, suicidio, depresión, ansiedad, desnutrición, esofagitis, reflujo, gastritis, alteraciones dentales, así como daño renal y cardiaco, son algunos problemas de salud que pueden presentarse en quienes sufren trastornos alimentarios.
La anorexia nerviosa se caracteriza porque la persona percibe una imagen corporal distorsionada de sí misma y un miedo injustificado a subir de peso; para mantener el peso por debajo de lo normal deja de comer y se somete a ejercicio excesivo.
En la bulimia nerviosa, las personas presentan episodios regulares de ingestión de una gran cantidad de alimentos y posteriormente aparece un sentimiento de culpa en el que, para evitar el aumento de peso, recurren a la práctica del vómito autoinducido y/o abuso de laxantes, diuréticos o enemas. Ocasionalmente, compensan con ejercicio excesivo o ayunos prolongados.
En el trastorno por atracón se consumen cantidades de comida inusualmente grandes en períodos de tiempo relativamente cortos, pero no recurre al vómito inducido; consisten en alimentos placenteros, principalmente de sabor dulce o con contenido graso, como frituras, galletas, chocolates y pasteles.
Detalló que generalmente los atracones son una vía para mitigar emociones adversas, es decir, tristeza, irritación, enojo o insatisfacción; por eso la persona come con desesperación, de forma impulsiva, compulsiva y repetitiva.
PATA
La especialista Ana María Balboa Verduzco, explicó que el cambio en los hábitos alimentarios y la percepción distorsionada del cuerpo humano impactan en el desarrollo de patologías como depresión, ansiedad, ideas suicidas, pensamientos distorsionados y baja autoestima.











