Obesidad, una enfermedad crónica compleja influenciada por muchos y diversos factores
Salud martes 11, Nov 2025- No una simple falta de voluntad

La supuesta falta de fuerza de voluntad es solo uno de los mitos sobre el manejo del peso que, según la investigación, pueden llevar a consecuencias negativas para la salud.
La obesidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), es una enfermedad crónica compleja influenciada por muchos factores. Sí, la falta de actividad física y los malos hábitos alimenticios cuentan, pero también lo hacen la genética (que se cree representa más del 50% de los casos), la falta de sueño, el estrés, el acceso a comida saludable y a atención médica accesible, e incluso las decisiones políticas.
La supuesta falta de fuerza de voluntad es solo una de varias ideas preconcebidas sobre el manejo del peso que, según la investigación, pueden llevar a consecuencias negativas para la salud, como una atención médica de menor calidad, retraso en recibir ayuda médica e incluso aumento adicional de peso.
Hablamos con Kimberly Gallien, trabajadora social en el Centro de Pérdida de Peso y Cirugía Bariátrica del Hospital Houston Methodist, sobre cómo ha evolucionado nuestra comprensión colectiva de la obesidad —de ser vista como una falta de fuerza de voluntad a entenderse como una enfermedad compleja y multifactorial— y cómo podemos empezar a reconocer y desmantelar creencias dañinas.
Mito 1: La obesidad se debe principalmente a la falta de fuerza de voluntad y autocontrol.
“Cuando hablamos de pérdida y manejo de peso en personas con obesidad, lo que hemos aprendido es que no siempre se trata de falta de educación nutricional, falta de fuerza de voluntad, comer en exceso o flojera”, dice Gallien. “Les recuerdo a las personas todos los días, cuando hago evaluaciones psiquiátricas, que también puede ser que no estén recibiendo una buena nutrición”.
Además del acceso a alimentos saludables, hay otros factores que, según los CDC, se sabe que influyen en la probabilidad de desarrollar obesidad.
El estrés crónico puede afectar cómo tu cuerpo regula y equilibra el apetito, explica la agencia. El cortisol es una hormona que puede aumentar el hambre y
Mito 2: Las personas con obesidad son menos activas.
Es común pensar que las personas con obesidad son “flojas” y que deberían “levantarse del sillón”.
En realidad, sin importar el peso que tengan, la gran mayoría no cumple con las recomendaciones de actividad física. Por ejemplo, el Departamento de Salud de EU dicta que para mantener una buena salud únicamente el 26% de los hombres, el 19% de las mujeres y el 20% de los adolescentes estadounidenses alcanzan un buen estándar de ejercicio.
Mito 3: El IMC es una buena forma de determinar si estás en un peso saludable
El IMC, o índice de masa corporal, es un valor basado en la altura y el peso, creado originalmente para hombres europeos entre 1830 y 1850. Uno de los grandes problemas con el IMC es que no distingue entre masa muscular y masa grasa. Por eso muchos atletas —que tienen mucha masa muscular— son clasificados como con sobrepeso u obesidad según esta escala.
Mito 4: La obesidad es una enfermedad bien comprendida.
Recién en 2013 la Asociación Médica Estadounidense reconoció oficialmente la obesidad como una enfermedad —y no sin controversia. La decisión se tomó incluso en contra de las recomendaciones de su comité de salud pública y ciencia, que cuestionaba las limitaciones del IMC y si la obesidad realmente encajaba en la definición de enfermedad o condición.
Dado que la obesidad tiene múltiples causas, factores e influencias, aún no hay consenso sobre qué la origina exactamente. Sí, la nutrición y el ejercicio influyen, pero también lo hace la genética, que abarca el apetito, almacenamiento de grasa y metabolismo. Además, el peso no es el único indicador de salud.
Mito 5: Bajar de peso se trata principalmente de perder kilos.
Para muchas personas con obesidad, bajar de peso forma parte de su camino hacia la salud, pero no lo es todo, dice Kimberly Gallien.
“Piensa en una vez que hayas intentado mejorar tu salud o hacer algún cambio en tu vida, y empezaste haciendo lo mismo todos los días, pero cada día los resultados fueron diferentes”, comenta. “Así es la pérdida de peso”.
“Podría comer ensalada todos los días, y aun así ver un número distinto en la báscula, ya sea hacia arriba o hacia abajo”, continúa. “Es porque la pérdida de peso no es lineal, y el proceso no se trata solo de calorías que entran y calorías que salen”.











