La palabra terrorismo provoca pavor en altas esferas del gobierno nacional
Miguel Ángel Rivera, Opinión lunes 8, Dic 2025CLASE POLITICA Miguel Ángel Rivera
El Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, define terrorismo de la siguiente manera:
Dominación por el terror.
Sinónimos: terror, violencia, intimidación.
- Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
- Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
A su vez, la enciclopedia electrónica Wikipedia agrega:
El terrorismo es el uso sistemático del terror, utilizado por una amplia gama de organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos, tanto por organizaciones políticas de todas las ideologías, así como también por grupos nacionalistas (separatistas, irredentistas), grupos religiosos (p. ej., yihadismo, terrorismo cristiano, terrorismo judío), revolucionarios, gobiernos en el poder y grupos patrocinados por estos.
El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se distingue del terrorismo de Estado por el hecho de que en este último caso sus autores pertenecen a entidades gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de guerra en que se produce en ausencia de guerra. La presencia de actores no estatales en conflictos armados ha creado controversia con respecto a la aplicación de las leyes de guerra.
La palabra ”terrorismo” tiene fuertes connotaciones políticas y posee elevada carga emocional y esto dificulta consensuar una definición precisa.
Por si hiciera falta, aquí está la definición de esa conducta por parte de Interpol, la policía mundial:
“El terrorismo abarca toda una serie de complejas amenazas: el terrorismo organizado en zonas de conflicto, los combatientes terroristas extranjeros, los “lobos solitarios” radicalizados y los atentados con materiales químicos, biológicos, radiactivos, nucleares y explosivos.
“Redes terroristas
“Los grupos terroristas incitan a personas de todo el mundo, a menudo jóvenes, a dejar sus comunidades y viajar a zonas de conflicto. La manera de captar nuevos adeptos y radicalizarlos ha cambiado, prestándose mayor atención a los medios sociales y a otros canales digitales.
“Los datos biométricos son cada vez más importantes para identificar a los combatientes terroristas extranjeros y evitar que crucen fronteras. A este respecto, también fomentamos el intercambio entre el ejército y la policía de datos procedentes de los campos de batalla.
“A través de Interpol, los organismos policiales de todo el mundo pueden intercambiar información policial y avisos sobre redes terroristas transnacionales, a fin de comprender mejor sus métodos, móviles y medios de financiación, y, en última instancia, descubrir y detener a los sospechosos”.
“Interpol ayuda a sus países miembros a prevenir este tipo de atentados, prepararse ante su posible comisión y darles respuesta. Esto supone instaurar mecanismos de prevención y respuesta coordinados conjuntamente por los organismos implicados, entre ellos la policía, los servicios de aduanas y control fronterizo, los profesionales de la salud pública, el ejército, los servicios de inteligencia y los encargados de la gestión del medio ambiente.
Todas estas consultas resultan más que necesarias por la detonación de un coche-bomba en la población de Coahuayana, Michoacán, cerca del mediodía del reciente sábado 6 de diciembre, atentado a consecuencia del cual han muerto hasta la fecha seis personas, además de considerables daños materiales.
Se trata de un crimen muy grave, por fortuna poco frecuente en nuestro país, pero que tiene antecedentes igualmente graves, como el estallido de dos granadas de fragmentación el 15 de septiembre de 2008 en Morelia, también Michoacán, lanzadas contra la población civil que celebraba el Grito de Independencia en la plaza principal. En esa ocasión el atentado provocó 8 muertos y un centenar de heridos. Ningún grupo se adjudicó la autoría de este ataque, el primero de su tipo contra civiles en la historia moderna del país.
Otro antecedente data de julio de 2023, fecha en que un ataque con explosivos en Jalisco mató a seis personas, incluidos tres policías. En esa ocasión los autores del ataque recurrieron a una trampa con un señuelo de una fosa clandestina para atraer a los agentes.
También se tiene el registro, de 1952, cuando ocurrió la explosión de un vuelo comercial. Las autoridades determinaron que fue un atentado con explosivo. Afortunadamente no hubo víctimas mortales.
Los acusados fueron Paco Sierra (cantante de ópera, casado con la más famosa actriz Esperanza Iris) y Emilio Arellano Schetelige, quienes planearon cobrar un millonario seguro de vida. Sierra fue encarcelado y cumplió una condena de 20 años de cárcel. Posteriormente, reinició su carrera artística.
Fuera de ese crimen generado por la ambición personal, se sabe poco de los presuntos responsables en otros atentados y lo mismo ocurre con el más reciente ataque, en Coahuauyana, en donde las investigaciones han sido asumidas por la Fiscalía General de la República, cuyo especialistas se han limitado a expresar que el ataque estuvo a cargo de la “delincuencia organizada”, pero sin señalar a un cártel en particular. Coahuayana está en la región costera, cerca de Colima, una región en donde se cultivan enervantes y que es paso de otros que arriban al país por el puerto de Manzanillo y sus alrededores. Por lo mismo, es escenario de disputas entre grupos criminales.
El problema central de este atentado no está sólo determinar quiénes son los autores, sino en la clasificación misma del delito.
En primer término la Fiscalía General de la República (FGR) emitió un comunicado, en el cual catalogó el artero crimen como terrorismo. De allí la conveniencia de definir bien a bien esa clase de acciones ilegales.
Pero fue un mal debut de la nueva titular de la FGR, la “fiscal carnal” Ernestina Godoy Ramos, que apenas había sido elegida el pasado 3 de diciembre en un desaseado proceso por el cual fue cesado su antecesor Alejandro Gertz Manero, sin que a la fecha se conozcan las causas del despido.
Pero ese es otro tema. Lo que importa en este caso es que la “fiscal carnal” cometió un error garrafal al aceptar que el atentado fuese clasificado como un acto terrorista.
La primera en enmendarle la plana fue su jefa de larga data, la presidenta (con A), Claudia Sheinbaum Pardo, a quien la palabra “terrorismo” le causa pavor, pues la deja inerme ante las presiones del autoritario presidente de los Estados Unidos, quien ha promovido que su Congreso declare terroristas a los cárteles de la droga mexicanos, lo cual de conformidad con las mismas leyes de su nación les “autoriza” a intervenir con sus fuerzas armadas en otros países, sin pedir permiso.
A duras penas, la mandataria mexicana ha logrado contener los ímpetus del magnate que gobierna la vecina potencia en aras de hacer valer la independencia de México.
Todavía ayer, en su mañanera, al comentar los resultados de su primera entrevista cara a cara con su imperioso homólogo, el pasado viernes 5 con motivo del sorteo de los grupos para el mundial de fútbol del año venidero, la mandataria mexicana aseguró que durante su encuentro con Trump acordaron mantener los trabajos en conjunto siempre y cuando se respete la soberanía de México.
“No es que hayamos avanzado mucho en una reunión privada, quedamos en seguir trabajando. Fue una reunión cordial y de mucho respeto hacia México del presidente Trump y eso siempre lo vamos a agradecer”, declaró la mandataria federal.
Sheinbaum sostuvo que la FGR debería explicar por qué inicialmente clasificó como “terrorismo” el ataque con un coche bomba ocurrido el sábado en Coahuayana.
La inmediata reacción de la Fiscalía, en ese afán de satisfacer cualquier demanda proveniente de Palacio Nacional, reclasificó el terrorífico ataque como consecuencia de la acción de la delincuencia organizada.
La “fiscal carnal” publicó un mensaje en el que aclaró que se “inició una carpeta de investigación por el delito de delincuencia organizada”, en coordinación con todo el Gabinete de Seguridad.
De cualquier forma, prevalece una duda: si oficialmente no existe terrorismo en México ¿porqué la FGR tiene a
Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas (UEITATA)?











