Los sucios de la guerra
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 13, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Al día siguiente del debate habló la voz de la experiencia, el que se aventó como el borras contra el narcotráfico:
-No basta la buena fe, no basta la rectitud de intención de hacer cosas buenas que a la hora de evaluarlas son francamente ineficaces, o incluso, que pueden exacerbar las distorsiones que tiene la desigualdad social y económica en México.
Como siempre, con su voz destemplada y parado muy orondo ante el micrófono, Felipe Calderón, el de los 60 mil muertos, el de los 12 millones más de pobres, el de los siete millones de “ninis”, declaró que el diseño de una política pública “requiere de pertinentes fundamentos y precisión técnica”. Seguramente así diseñó su guerra. Y así prepara todo lo que hace. Pero más bien parecía que le urgía meterse a la campaña y confrontar a López Obrador como lo ha hecho durante años.
Tanto que no se aguantó las ganas de meter su cuchara justo en el debate cuando el tabasqueño proponía ahorrar 300 mil millones de pesos mediante un plan de austeridad en el gobierno y con el combate a la corrupción.
Me imagino que fue justo ahí cuando Calderón brincó del sillón y agarró su celular para tuitear:
-Si el gobierno despidiera a todos los altos funcionarios, de director a Presidente, ahorraría 2 000 mdp, no 300 000 mdp. ½ sueldo: 1 000 m.” (sic).
La cosa podría no tener la menor importancia, como prácticamente todo lo que ha dicho en seis años, salvo que Calderón volvió a violar la ley dos días seguiditos.
Qué tiene que meterse en las campañas. Con qué derecho pretende debatir con alguno de los candidatos como si él fuera uno de ellos. ¿No que la ley es la ley? Y no sólo está el problema de violar la ley.
Está también el de la actitud sucia en contra de un candidato.
Calderón ya lo había hecho contra Peña Nieto cuando mandó recordarle con Bruno Ferrari, secretario de Economía, la corrupción de los ex presidentes de México emanados del PRI.
Y esta vez lanzó al de Hacienda, José Antonio Meade, a que le diera a AMLO un golpe bajo: “Un programa económico que descansa en ficción o en engaño es el principal ingrediente de la tragedia griega que hoy estamos viviendo”.
Y ahí están de nuevo Calderón, Cordero, Meade, Ferrari y Josefina, todos con la misma sucia mentalidad: el Peje es tragedia, por el Peje el peso se devalúa, con López Obrador la quiebra del país. Todos y cada uno, provistos de su cubeta de lodo y con la misma desesperación.
No son capaces de evitar que la delincuencia incendie trasnacionales como Sabritas ni de que los narcos sigan sembrando de cadáveres descuartizados el país, como los 14 muertos de ayer en Veracruz. No, para eso no está el gobierno.
Para eso no tiene tiempo ni políticas públicas.
Los que están en el gobierno están nomás al pendiente de a qué hora hay que golpear al peligro para México. Y si se descuida Peña Nieto, a él también.
Otra vez. Y hasta con la misma complacencia de un árbitro que dice: pero cómo voy a ver la falta, si nadie se queja. Lo verdaderamente curioso es el efecto bumerang de todo esto: lo que todos ellos hacen es confirmar que AMLO ya es el enemigo a vencer. Y de pasada exhiben lo incapaz que fue su candidata.