Los #132 y la violencia
Elecciones 2012, ¬ Juan Manuel Magaña jueves 14, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Un hecho absolutamente menor de violencia como pueden ser algunos manotazos sobre el vehículo de la caravana del candidato Peña Nieto, ocurrido en Tepeaca, Puebla, ha metido a estas elecciones en la fase más preocupante.
Lo que preocupa es que, guardada toda proporción, con una chispa así se inició la primera gran guerra del siglo pasado.
Fue así porque la importancia de esa chispa era que en toda Europa olía a gas. Es decir, había condiciones para una gran explosión.
Y en una situación similar se encuentra hoy México cuando el poder está en disputa sin que nada esté decidido, o dicho de otra manera, porque la disputa es cada vez más encarnizada.
En el enrarecido ambiente nacional ya hay un largo rastro de lo que podrían ser antecedentes de un episodio de violencia indeseable, mayor y sumamente lamentable para casi todas la partes.
La sola aparición del movimiento estudiantil que rechaza a Peña Nieto (y de paso a Televisa) fue vista por algunos sectores del PRI como una agresión que había que enfrentar con dureza.
Esto último de Tepeaca ya había ocurrido también en Querétaro y han habido otros hechos de violencia igualmente menores entre bases priístas y manifestantes, principalmente jóvenes, tanto en Coahuila como en Veracruz, como en el Estadio Azteca. Los oaxaqueños simplemente esperaban órdenes.
Es decir, las calles parecen estar dispuestas. Este último domingo, día del segundo debate, salieron a manifestarse los jóvenes estudiantes y, en contrapartida, militantes del PRI movilizados en varios estados. ¿Qué puede indicar ese solo hecho? Que una cosa tendrá respuesta con otra. ¡Aguas¡
Cuando Enrique Krauze, un intelectual completamente identificado con Televisa, parecía dar buenos consejos a los estudiantes de que mejor se pusieran a crear un partido de jóvenes, les advertía veladamente que en lo que se estaban metiendo no sólo era un largo y aburrido camino sino que en el mismo había sacrificios y muertos.
Cuando los #132 fueron a manifestarse a Televisa, el día que AMLO fue a Tercer Grado, ¿no acaso se apareció Loret, el conductor de noticias, y se puso a grabarlos con su celular pese a que una y otra vez le gritaron “provocador”?
¿Por qué creen? Pues porque así iba a poder decir él que los jóvenes que lo repudian no son estudiantes sino meros simpatizantes de López Obrador.
Lo que quiero decir es que, por pacifista que sea, un movimiento como el #132 está expuesto a la violencia de dos formas: una para achacárselas y otra para terminar reprimiéndolos. Hay una tercera: asociar jóvenes estudiantes con violencia y con AMLO para así desprestigiar y enrevesarlo todo.