2018
Ramón Zurita Sahagún lunes 16, Jul 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Ni siquiera culmina el proceso electoral y mucho menos se han declarado validados los comicios del pasado 1 de julio y ya hay apuntados para las campañas presidenciales del 2018.
Resulta curioso que cuando se espera todavía la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el que puede alargarse hasta el 6 de septiembre, existan ya algunos nombres que manifiestan sus deseos de disputar la Presidencia de la República.
Por supuesto, los primeros en apuntarse son militantes de los partidos que no obtuvieron la mayoría de los votos ciudadanos, los que ven con optimismo el futuro, por lo que madrugan ante el arduo trabajo que requieren para posicionarse en el sentir ciudadano.
Los dos que dejaron abierta esa posibilidad tuvieron su oportunidad en el proceso electoral del 2012, cuando se encontraban con un gran posicionamiento. Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de gobierno del Distrito Federal, desistió de participar cuando las encuestas levantadas por su partido lo situaron en segundo lugar de las preferencias ciudadanas y de los militantes y simpatizantes del organismo político (PRD) en que milita.
Marcelo fue desplazado de esa posibilidad y Andrés Manuel López Obrador resultó beneficiado con una segunda oportunidad de disputar la Presidencia de la República.
Sin embargo, ahora Marcelo se muestra dispuesto a iniciar su recorrido en busca de la candidatura presidencial desde el mismo 6 de diciembre, fecha en que termina su mandato como jefe de gobierno.
Está consciente de que la búsqueda no será sencilla, pero aplicará el método López Obrador de recorrer todo el país para conseguir los respaldos necesarios que lo sitúen, primero dentro de su partido, y al mismo tiempo que los electores tengan conocimiento y acercamiento de y con su persona.
La segunda, en manifestar la posibilidad de competir por la Presidencia de la República, es Josefina Vázquez Mota, quien de esa manera busca la segunda oportunidad, ya que compitió en el 2012 y planea repetirlo en 2018.
Jose sabe que no es tarea fácil y que si le costó trabajo ser elegida candidata por su partido (PAN), el tercer lugar obtenido se encuentra lejano de ser una garantía para ir por la revancha.
En principio, los panistas no repiten candidato presidencial y dentro del reajuste del partido que habrán de realizar en próximas fechas, se encuentra el de buscar nuevos liderazgos, rostros frescos, que permitan al organismo salir del atolladero en que se encuentra.
Pero ante la revelación de uno y otro, comienza a surgir la danza de nombres de personajes de los tres principales partidos políticos que, supuestamente, se encontrarán bien posicionados para cuando llegue el momento de disputar la siguiente elección presidencial.
La catarata de nombres menciona a muchos que en este momento se encuentran en buen momento político, pero que no se sabe si en seis años lo estarán también. Otros, sin duda que por los cargos de elección popular que ocuparán en las próximas semanas tendrán, sin duda alguna, la posibilidad de crecimiento político y enraizamiento entre los electores. Uno de ellos es Miguel Ángel Mancera Espinosa, próximo jefe de gobierno del Distrito Federal y cuyo ascenso al poder está previsto para el 5 de diciembre próximo.
La posibilidad de gobernar el Distrito Federal lo convierte en el candidato idóneo de los partidos de izquierda, considerando que en los comicios en que resultó ganador (1 de julio) obtuvo hasta un 63 por ciento de las preferencias electorales. Otros prospectos serían, en su caso, los senadores panistas electos por la vía de la representación proporcional, que asumirán funciones el 1 de septiembre.
Dos nombres resaltan de este compacto grupo, el “milusos” Roberto Gil Zuarth, que deberá navegar con la bandera de ser uno de los causantes del desastre de la campaña de Josefina Vázquez Mota, ya que lo responsabilizan de los errores cometidos en la fallida campaña, por lo que tendrá que mostrar que cuenta con las aptitudes suficientes para intentar resurgir, y Ernesto Cordero Arroyo, quien se quedó en la orilla de la candidatura presidencial blanquiazul en 2012.
Ninguno de los dos tendrá las oportunidades de que gozaron en la presente administración en que formaron parte del compacto grupo del presidente Calderón. Los dos recorrieron varios tramos que los situaron en las alturas políticas. Gil recorrió varios cargos que fueron desde la secretaría particular del Ejecutivo, pasando por la Subsecretaría de Gobernación, una diputación federal, su frustrado intento de presidir el partido en que milita, la coordinación de la campaña presidencial y culminar con una senaduría, entre otros.
Cordero pasó por la Subsecretaría de Hacienda, la titularidad de las secretarías de Desarrollo Social y de Hacienda, el intento por ser candidato presidencial del PAN y una senaduría.
Se duda que surjan otros liderazgos panistas, ya que los espacios para ellos serán acotados, luego de 12 años de mantenerse en el poder.
Los priístas, de refrendar el Tribunal Electoral los votos obtenidos en las urnas, tendrán una amplia baraja de posibilidades para competir en 2018, aunque ellos serían más cautelosos en revelar sus ambiciones personales.
Dos nombres encabezarían esta lejana sucesión, ya que se trata de personajes vinculados estrechamente con Enrique Peña Nieto. Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong encabezarían esta lista de prospectos de los tricolores, a los que se sumarían otros nombres, conforme marche la administración, que estaría integrada principalmente por militantes de ese partido.
Beltrones y González Morfín
El pasado jueves desayunaron en forma amena los dos coordinadores senatoriales del PAN y PRI, José González Morfín y Manlio Fabio Beltrones, respectivamente. La duda es si lo hicieron solamente como despedida de los trabajos de la LXI Legislatura o para planificar los trabajos de la LXII, en la que ambos serán diputados federales y pretenden coordinar a sus bancadas en San Lázaro.











