Violencia
Ramón Zurita Sahagún jueves 16, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acerca el término de la gestión presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, se incrementa la violencia en el país, como si se pusiese a prueba al actual y al futuro gobierno federal. Los crímenes se multiplican en diversas regiones del país y asuelan a estados que parecían alejados de la espiral de violencia que se vive en otras entidades,
Y es que la violencia dejó de producirse, desde hace mucho, entre los grupos delincuenciales, como aseguran las autoridades, para descender hacia la población en general.
Empresarios, comerciantes, profesionistas, periodistas y políticos son atacados en diversas formas por los grupos del crimen organizado y la vinculación de estos grupos con personajes pertenecientes a otros gremios es cada día algo más natural.
Veracruz se significa como la entidad con mayor número de crímenes a periodistas, situación que se trata de justificar -por parte del gobierno- como ajuste de cuentas entre los propios grupos delincuenciales.
Sin embargo, conforme pasa el tiempo y no se aclaran la mayoría de esos asesinatos, crece la inconformidad en contra de las autoridades que se muestran con alto grado de incapacidad para proteger a los ciudadanos y, en su caso, resolver los crímenes.
Pero en esa entidad no solamente se producen esos asesinatos, sino que también la ola de violencia se presenta en diferentes facetas, con grandes muestras de impunidad hacia los delincuentes.
La violencia se desata en todas las zonas del estado y cada uno de esos crímenes genera mayores sorpresas.
En Boca del Río aparecieron una cuarentena de cuerpos aventados en una camioneta, más adelante fueron asesinados dos periodistas del mismo diario, luego otros más de otros medios de comunicación y apenas hace unos días cuatro menores formaron parte de un asesinato masivo de siete personas.
El descontrol en materia de seguridad es mayúsculo en Veracruz, tanto que las autoridades se muestran incapaces de detenerlo.
Michoacán es una entidad en franca descomposición, donde además se inició el programa gubernamental de combate a la delincuencia organizada, que cada vez más muestra su fracaso.
Gobernado por el perredista Leonel Godoy Rangel fue usado como laboratorio del proyecto presidencial, sin resultados aparentes.
Fue ahí donde se detuvieron a varios alcaldes y otras autoridades, vinculados, supuestamente a los grupos delincuenciales.
Las acusaciones se establecieron sin fundamentos legales y todos salieron absueltos, luego de un escándalo, en donde los personajes en cuestión fueron expuestos a los medios de comunicación y se establecieron una serie de operativos con la fuerza pública.
El cambio de gobierno no pareció favorecer a la lucha contra la inseguridad, ya que a la salida del perredista Godoy Rangel arribó el priísta Fausto Vallejo Figueroa y la situación sigue igual.
La semana pasada se generó un enfrentamiento en la zona caliente del estado, con un saldo alto de muertos y heridos.
San Luis Potosí es una entidad que parecía lejano de los grandes acontecimientos violentos, aunque la semana pasada ocurrió uno que se había presentado en distintos estados del país.
El asesinato del alcalde electo de Matehuala y de su asesor, heló la sangre de la clase política del estado y de la sociedad en general.
Apenas había sido electo el 1 de julio y ni siquiera le dieron tiempo de tomar posesión.
Los crímenes de alcaldes y políticos en general se volvieron una constante en diversos estados del país, Michoacán, Guerrero, Tabasco, Oaxaca y otros dejan constancia de ello.
Por lo demás, nada parece cambiar en este estallido de violencia, donde los reflectores no han dejado de estar encima de entidades como Sinaloa, Guerrero, Zacatecas, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua y otros más.
El Distrito Federal es otra entidad que se sentía a salvo de la violencia, pero en días recientes se incrementaron los hechos violentos, con muertos por doquier.
Uno de los principales respaldos para el triunfo de Miguel Ángel Mancera Espinosa, como candidato del PRD, fue que la capital del país era una de las entidades con menores índices de inseguridad.
Sin embargo, la percepción cambió y en semanas pasadas la violencia se enseñoreó.
Eso sí, el secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, ya anunció que desea continuar como titular de esa dependencia y que estaría dispuesto a seguir en el cargo con el nuevo jefe de gobierno.
Y es que a Mondragón se le escapó la oportunidad de ascender en el escalafón, ya que Andrés Manuel López Obrador le tenía ofrecida la Secretaría de Seguridad Pública federal, en caso de ganar la Presidencia de la República.
La oportunidad se le cebó y ahora Mondragón busca asegurar el cargo, bajo el lema de César Garizurieta de estar fuera del presupuesto es vivir en el error.
CAMBIOS EN CAMPECHE
Se avecinan cambios en el gabinete del gobernador Fernando Ortega, donde la designación del nuevo secretario de Gobierno se presenta como la oportunidad de crecimiento de algunos políticos locales.
Víctor Salinas, presidente estatal del PRI, dejó un grato sabor de boca como tal, ya que rescató cinco municipios gobernados por la oposición y sus candidatos ganaron 20 de 21 distritos locales.
En el ámbito federal, los candidatos del PRI ganaron las dos senadurías de mayoría y las dos diputaciones federales y no lograron el carro completo, porque la senadora Guadalupe Fonz perdió el único distrito local en que fue derrotado el partido tricolor.
Otra de las piezas disponibles es la alcaldesa de Ciudad del Carmen, Aracely Escalante, quien también es considerada como opción para la posición acéfala, ya que en unos días más llegará al término de su gestión.
Escalante es una priísta experimentada que ya fue hasta en dos ocasiones diputada y otra más senadora y en 2003 disputó la candidatura de su partido al gobierno del estado.