63 muertes y un grupo radical judío
¬ José Antonio López Sosa martes 25, Sep 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Las cifras oficiales dadas a conocer en diversos medios de comunicación a nivel mundial señalan 19 muertos y más de 100 heridos en Pakistán (diario La Tercera, Santiago de Chile); 12 muertos en Kabul, Afganistán (diario El País, España); 4 muertos y 20 heridos en Yemen (diario El Día, Argentina); 200 personas heridas en El Cairo, Egipto (diario El Día, Argentina); 5 heridos en Túnez (portal Noticias Hoy CC, Jerusalém); 3 muertos y 40 heridos en Sudán (portal de noticias Yahoo México); 1 muerto y 14 heridos en Trípoli, Líbano (portal Noticias Hoy CC, Jerusalém); 18 muertos (entre ellos el embajador de los Estados Unidos) y 14 heridos en Libia (diario The Guardian, Gran Bretaña), 6 muertos en Somalia (portal jihadwatch.org).
Todos por las protestas contra la producción audiovisual “Muhammad Movie”
Ello representa una cifra preliminar producto de una compilación periodística a través de internet.
El hecho es que, independientemente de la religiosidad (o falta de ella) que tenga cualquier ser humano en el mundo, resulta irresponsable poner en ridículo la creencia del otro, sobre todo en el entendido de convergencia entre política y religión que existe particularmente en el mundo musulmán. Quizá rayen en el fanatismo, quizá no, esas cuestiones han sido ampliamente analizadas por especialistas en el estudio antropológico de las religiones en el mundo.
No se puede justificar de ningún modo la muerte de una sola persona como consecuencia de una protesta, sin embargo, ¿qué necesidad hay pues de provocar a toda una etnia a partir de una producción filmográfica?, especialmente conociendo el profundo respeto que tienen por sus normas político-religiosas.
Sin lugar a duda quienes matan o hieren al otro deben ser enjuiciados en cualquier lugar del mundo, no hay hecho que justifique atacar a otro ser humano.
También debe quedar clara la profunda irresponsabilidad de la comunidad judía que apoyó financiera e ideológicamente la producción y difusión de esta película que dicho sea de paso, es además motor de discriminación contra un grupo de personas.
Todo parece indicar que fue Nakoula Basseley Nakoula, quien usa además varios pseudónimos como Sam Bossil/Bacile/Bassile/Basseley.
Nacido en Egipto, de origen judío emigró a los Estados Unidos al área de Cerritos, California.
Nakoula estuvo en prisión por cargos de fraude bancario en los Estados Unidos y al parecer en su reclusión, escribió el guión de la película.
Se ha presentado como judío-americano y tras el escándalo, argumenta pertenecer a la comunidad cristiana para evitar que se siga el rastro sobre los judíos estadounidenses implicados.
El periodista Justin Raymondo de la agencia Global Research, describe en sus investigaciones la relación y el financiamiento de grupos judíos en los Estados Unidos para la producción de la película http://www.globalresearch.ca/the-pro-israel-network-behind-the-innocence-of-muslims-video/ aunque la comunidad judía –incluyendo los señalados—insisten en no tener responsabilidad alguna.
Finalmente, a través de las investigaciones periodísticas en diversas latitudes se puede ver que la crítica sobre el extremismo islámico, hace praxis en el extremismo judío desde los Estados Unidos.
Es una vergüenza para el mundo que una comunidad cerrada como la judía, que tiene un dejo de superioridad inexistente, que fue victima de un ataque en los tiempos de la Alemania Nazi, que por razones históricas pelea por derechos, sea ahora promotora del sectarismo y la violencia ridiculizando a la comunidad musulmana.
No se justifica ni una muerte por una película, así como tampoco la estupidez de aquellos judíos que apoyaron esta producción desde la comodidad de sus casas en los Estados Unidos, poniendo de cabeza a toda una región del mundo.
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