Fuerza y pasión gitana desbordadas
* Especiales, Espectáculos lunes 29, Oct 2012- Joaquín Cortés dedicó a su mamá el espectáculo Calé Tour 2012 que presentó en el Auditorio BlackBerry, donde estuvo su amiga Rebecca de Alba
Gloria Carpio

La intensidad de su baile emocionó a una selecta audiencia que le demostró su admiración y le gritó piropos.
Joaquín Cortés demostró por qué en el Distrito Federal existe un público no sólo fiel, sino exigente y conocedor, que sabe aquilatar la fuerza y la pasión gitana que ofrece este primer bailarín español.
Su espectáculo Calé Tour 2012 tiene una duración de una hora con 45 minutos, pero la totalidad es arte dancístico puro, inmensidad de su pasión y amor a su oficio en el tablao, donde se produce una comunión con el público a través de los golpes de punta y talón que no sólo toman ritmo, compás y exactitud, sino convierten el flamenco en un himno.
El cumplimiento de una promesa de honor se produjo en el Auditorio BlackBerry, donde el pasado 19 de octubre se suspendió este mismo espectáculo por causas ajenas al artista y fue este sábado 27 del mes en curso que Joaquín cumplió con creces, vistiendo su espectáculo con ocho músicos, nueve bailarinas y bellas voces, que hacen conversiones con una exactitud de computadora, al convertir su danza en figuras geométricas de distintos colores y culminar con el nombre de Joaquín Cortés en la superficie de una luna llena roja con un fondo negro.
No fue sorpresa que Joaquín saliera al tablao vistiendo prendas oscuras, cubierto con una gabardina, pero proyectando fuerza, seguridad y contundencia. Cabe destacar que todo el vestuario de Calé Tour 2012 fue confeccionado nada más y nada menos que por el gran diseñador Giorgio Armani.
En esta ocasión no lució su abdomen desnudo como en años anteriores tenía acostumbrado a su público, pues para ser bailarín luce un ligero sobrepeso, lo cual también se refleja cuando conjuga el movimiento de todo su cuerpo pues la fuerza de sus brazos es un poco débil al igual que las piruetas, pero eso pasa desapercibido gracias al gran espectáculo que ahora presenta el artista de 43 años de edad, quien hiciera movimientos rectos, circulares y casi flotantes (que parecieran fáciles), sin dejar de zapatear el entarimado a los compases de las guitarras flamencas, las trompetas, los tambores y timbales, que por su parte ofrecieron una obertura musical mística.
El gitano y su ballet nunca dejaron de revolotear las manos, pues con ellas marcan los compases, nunca bajaron los brazos y presentaron una escenografía totalmente nueva, que semejó el firmamento de las estrellas y del oleaje del mar, para dar paso a nueve sirenas que mostraban sus senos desnudos y se contorsionaban al ritmo de la música flamenca, simulando nadar entre lo azul turquesa del mar.
El bailaor demostró que no todas las funciones son iguales y la del noche del sábado estaba marcada por una espinita que debía sacarse el artista con los capitalinos y tuvo una carga enorme de emotividad, pues Cortés pidió hablar con la audiencia, entre la que se encontraba la conductora Rebecca de Alba, para recordar que hace 20 años tuvo la ilusión de abrazar la carrera de la danza y contó que érase un niño que soñaba con volar y que desde muy pequeño se enamoró de la danza, gracias a cuya disciplina pudo descubrir el mundo y hoy gracias a públicos como éste ha recorrido los cinco continentes.
Dijo que nada es igual al público mexicano que lo ha recibido más de seis veces y aclaró que sin ser diplomático, México es un país que quiere mucho, que lo conquistó desde la primera vez que se presentó en Bellas Artes y que había llegado el momento de compensar a una sociedad que ha visto cómo este niño vuela. “toda esta obra y toda esta historia de este niño que soñaba con volar se la debo a la mujer más maravillosa que vieron mis ojos: mi madre”, dijo y apareció la foto de su mamá a través de la pantalla y el público le rindió un emotivo aplauso.











