Ya valieron…
Roberto Vizcaíno martes 19, Ene 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
PAN: sí a las coaliciones con el PRD, PT y Convergencia, bajo la única condición de “que reconozcan pública y plenamente a Felipe Calderón como presidente constitucional de México”
Gabino Cué, Xóchitl Gálvez y más de cuatro amanecieron ayer rete contentos.
Ahora sí van a ver esos gobernadores jijos del PRI en Oaxaca, Hidalgo, Durango, Sinaloa, Puebla, podrían haber dicho al levantarse en medio del canto de pajaritos que les hablaban de alianzas electorales.
En días, semanas anteriores dirigentes estatales, nacionales, como personajes y comisionados como Manuel Camacho, conversaron entre sí y dieron ruedas de prensa para anunciar acuerdos electorales en media decena de estados.
El esfuerzo incluía por supuesto al PAN, PRD, PT, Convergencia y hasta el Panal de La Maestra Elba Esther.
El PVEM quedaba fuera de todo este jaleo porque ya anunció que donde no vaya con el PRI, irá con candidatos propios.
Ni qué decir que los analistas, politólogos, columnistas y no pocos perredistas, petistas, convergencistas, aliancistas y priístas, veían con mucho escepticismo estos anuncios.
La obviedad dice que simplemente no tiene ningún futuro cualquier alianza entre ellos en esos estados o a nivel nacional. Son lo opuesto y además están muy confrontados.
Las ofensas vertidas de uno y otro lados son inaceptables para los cualquiera de las dos orillas políticas. Vaya, los agravios ni siquiera tienen que ver con la ideología, sino con la praxis y ética política.
Pero en fin, Xóchitl y Gabino –y el titiritero de éste, el ex gobernador Diódoro Carrasco-, pensaban que podían salvar los obstáculos y navegar juntos en las elecciones del 4 de julio de este año bajo los dos logotipos: PAN-PRD.
Y ahí iban con el canto de los pajaritos en sus orejas.
Pero -vaya, siempre hay un pero- llegó Andrés Manuel López Obrador y se lanzó contra todo eso.
Anteayer sentenció: “la única diferencia entre tricolor (PRI) y blanquiazul (PAN) es que unos son ladrones y los otros rateros”.
En un recorrido por la Huasteca hidalguense se pronunció en contra de estas alianzas.
“No es quítate tú para ponerme yo… no sólo es buscar cargos públicos sino la transformación del país.
“El cambio no se va a dar de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba… sólo el pueblo puede salvar al pueblo”, sentenció al sepultar cualquier intento de alianza de los suyos con el PAN.
Quizá por eso es que el duranguense Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo del gobierno de Felipe Calderón sugirió ayer también que PAN y PRD fuesen a una tregua nacional.
Les pidió a ambos partidos que, en beneficio de las alianzas para el siguiente proceso electoral, dejen por el momento de lado sus agravios y diferencias.
“Si no hay un ambiente de respeto a la propia ideología, a la forma de pensar de cada partido será muy difícil establecer las alianzas”, sentenció.
Hace 18 años Elizondo fue el primer candidato de unidad de PRD y PAN para aquella elección a gobernador. Elizondo perdió.
En fin, todo iba por ahí hasta que durante la tarde de ayer el dirigente nacional del PAN, el diputado César Nava, dio una entrevista a un noticiario de radio donde dijo:
“Alianzas con el PRD sí, pero sin lopezobradoristas…exploraremos acuerdos en Hidalgo, Oaxaca y Durang, pero no aceptaremos candidatos que simpaticen o sigan los dictados de Andrés Manuel López Obrador, ni iremos con quienes apoyen el aborto, las uniones gay o la adopción de niños”, aclaró.
Y agregó:
“El PAN no estaría dispuesto a llevar como compañero de viaje a ningún personaje, a ningún actor, a nadie que no acepte la posibilidad y no reconozca expresamente el compromiso de trabajar con las instituciones del país y, expresamente, con el Presidente de la República”.
Consideró que esta última es una condición esencial, un compromiso mínimo entre compañeros de alianza y eso, cualquier acuerdo que se haga con el PRD u otros partidos excluye a López Obrador.
“No será, por supuesto, nuestro aliado en estas coaliciones. No tiene un compromiso básico de respeto a las instituciones del país ni al Presidente Constitucional electo”, insistió y aclaró:
“No se trata de un apetito voraz, glotonería (política) o de ganar por ganar”, sino de integrar un proyecto que, por sobre los partidos, sea capaz de transformar la realidad de la población de esas entidades.
Nava adelantó que en Hidalgo él y la dirigencia nacional blanquiazul quisieran que la alianza diera la candidatura a la foxista Xóchitl Gálvez, mientras que Jesús Ortega y la dirigencia nacional del PRD la quieren para el senador José Guadarrama Márquez, quien de lograrla, se postularía por tercera ocasión para competir por la gubernatura de su estado.
Nava explicó que Gálvez encarna un proyecto ciudadano que va más allá de los partidos, que no plantearía temas que dividan y por el contrario “pondría por encima de cualquier interés personal o partidista el ánimo de cambiar Hidalgo”.
El choque y virtual expedición del acta de defunción de las alianzas entre el PRD y PAN para la siguiente elección del 4 de julio, se dio cuando casi todos dentro de esos partidos andaban ya poniéndose los gorritos y soplándole a los espantasuegras de la fiesta.
La primera advertencia de la inviabilidad de esta coalición la había dado sin embargo el senador José González Morfín, secretario general del PAN, quien indicó que cualquier acuerdo de entrada debía tener el reconocimiento expreso de la Presidencia de Felipe Calderón.
A partir de eso se establecerían los acuerdos y candidatos comunes. Y aclaró: “Aún no tenemos ninguna coalición amarrada; sólo hay pláticas en Oaxaca, Puebla e Hidalgo”.
El tema lo reiteró luego Carlos Moreno Alcántara, líder del PAN en Oaxaca, quien dijo que sí habría una coalición -PAN, PRD, PT y Panal-, en Oaxaca, tanto para la gubernatura, diputaciones locales y alcaldías.
Y propuso como posibles candidatos al ex alcalde Pablo Arnaud, al delegado de Sedesol en Oaxaca, Humberto Aldaz o al diputado local Gerardo Henestrosa.
La única condición, insistió: “es que el PRD y sus aliados -los de la Sección 22 del SNTE y la APPO-, reconozcan pública y plenamente a Felipe Calderón como presidente constitucional de México”.
El asunto agarró vuelo porque el diputado panista chihuahuense Javier Corral Jurado indicó que las coaliciones eran necesarias para “construir un dique” que impida el regreso del PRI a Los Pinos en el 2012.
“Un esfuerzo por detener la regresión a la que nos puede someter la vuelta del PRI a la Presidencia de la República. Hay que conformar un dique mayor para recuperar la democracia en varios estados de la República”.
Aquí, la pregunta a Corral sería: ¿ha habido un avance de la democracia con el PAN en el poder, en Los Pinos, y los gobiernos de los estados?
Así, mientras unos le echan flores y apoyos a las alianzas, otros simplemente no creen en ellas.
Por ejemplo, el ex dirigente nacional perredista, Leonel Cota Montaño, dijo que, de concretarse, “la alianza sería sólo un pacto de membrete que en nada ayudará al desarrollo democrático del país”.
Hortensia Aragón, secretaria general del PRD, consideró por su parte que “hay una opinión favorable de los perredistas (para ir en alianza con el PAN), pero no tengo la decisión todavía de los órganos (internos de dirección), aun cuando estamos trabajando en ello. Con prudencia esperaré a que nuestros órganos lo resuelvan y creo que será positivo”, agregó.
En medio de todo esto, personajes como Manuel Camacho trabajan por establecer alianzas entre el PRD y PAN para lanzar candidatos únicos en Durango -donde quieren impulsar al priísta José Reyes Aizpuru-; en Hidalgo -donde unos buscan colocar a Xóchitl Gálvez y otros a José Guadarrama-; en Oaxaca, donde el puntero es el ex priísta Gabino Cué; en Puebla quieren colocar al ex priísta Rafael Moreno Valle; en Sinaloa quieren que el candidato sea el hijo de J. Manuel Clouthier, y en Veracruz, donde podrían estar impulsando a Gerardo Buganza.
Muy bien, pero…