Arde Guerrero y la agenda de TV
¬ Juan Manuel Magaña viernes 26, Abr 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
En los extraños hechos de violencia en Guerrero llama mucho la atención la forma en que el monopolio de televisión incorporó con ganas su agenda.
De inmediato endilgó en sus espacios “informativos” el calificativo de “vándalos” a todos los maestros disidentes de la región y azuzó al gobierno del estado para que pusiera en marcha, a la voz de ya, la represión. En Guerrero reina la ingobernabilidad, se dijo en tono provocador.
Y no sólo eso, hasta pusieron a declarar como si fuera un gran especialista en el asunto (o más bien parte beligerante) a Claudio X. González, presidente de la derechista organización Mexicanos Primero, el mismo que junto con Televisa se la ha pasado bolseando por años a cuanto tarjetahabiente se deje para adornarse con su programa Bécalos.
¿Se nota el interés de golpear lo que pudiera resistir a sus intereses no declarados?
Y hasta el gobierno guerrerense pidió ya a la Procuraduría local órdenes de aprehensión contra los presuntos responsables de actos violentos cometidos por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) y del Movimiento Popular Guerrerense contra las sedes partidistas del PRI, el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano en Chilpancingo, así como contra un edificio de la Secretaría de Educación estatal.
Lo raro fue que el día anterior, ese mismo gobierno diferenciaba entre posibles guerrilleros y maestros disidentes, porque para variar no está claro de qué se trata cuando aparecen las capuchas y lo que sigue es la violencia.
La situación es delicada. Las expresiones de inconformidad como las que se contaminan de violencia pueden resultar contraproducentes para el magisterio inconforme y sus reivindicaciones, pues luego dan argumentos a los interesados en la represión de las disidencias y la criminalización de los movimientos sociales.
Hay que recordar que el conflicto viene de la reforma educativa que incubaron las cúpulas de los partidos, que actuaron con distancia hasta de sus propios legisladores. Y de acuerdo, eso se puede reparar, como también lo de Guerrero si todo se manejan con calma.
Por eso, en los hechos de Guerrero hay descontentos reales con los partidos, como se mostró con la reprobable agresión a sus sedes locales, que se junta con el descontento real con la situación social y económica de gente que habita en los lugares donde la pobreza es de lo más cruel.
Y así hasta formar algo potencialmente explosivo. Por eso, cuidado.
Lo que cabe en este momento es que las partes involucradas en esta situación riesgosa muestren sensibilidad, contención y disposición a hacer política para encontrar soluciones de fondo, pacíficas y legales.
La represión, como quiere la tele, sólo tiende a agravar un conflicto, que en Guerrero puede ser de aquellos según enseña la historia, esa que seguramente no leen o no han aprendido en Mexicanos Primero.