Agresiones a activistas
Augusto Corro viernes 5, Jul 2013Punto por punto
Augusto Corro
Durante el sexenio de Calderón el respeto a los derechos humanos fue letra muerta. Lo anterior se desprende de un informe de la Oficina en México del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Hace notar que en dicho sexenato se cometieron 245 agresiones contra defensores de derechos humanos, 22 asesinatos de activistas y cinco integrantes de sus familias. Otros seis activistas fueron desaparecidos.
A la violencia contra los activistas debe sumarse la muerte de decenas de periodistas, cuyos casos siguen sin solucionarse. En la mayoría de los casos privó la impunidad total.
También es necesario tomar en cuenta que en la fallida guerra contra la delincuencia organizada, el número de personas asesinadas supera las ochenta mil, con más de 17 mil desaparecidas y el tejido social destrozado.
Concretamente, la ACNUDH señala que de noviembre de 2010 a diciembre del 2012, en los dos últimos años de gobierno de Calderón, se registraron 89 agresiones, de estas, el 38% fueron amenazas, 13% injerencias arbitrarias, 12% hostigamientos, 11% privación arbitraria de la vida, 11% detenciones arbitrarias, 6% atentados, 7 % uso arbitrario del sistema penal y 2% desaparición forzada.
En la lista agredidos se encuentran los defensores de los derechos de migrantes, civiles y políticos, económicos, sociales y culturales, de las mujeres y de los pueblos indígenas.
El informe se refiere a los casos ilustrativos del sacerdote Alejandro Solalinde, Bernardo Vázquez Sánchez, Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca y CODIGO-DH.
En fin, se aprueban leyes a diestra y siniestra, pero faltan aquellas que vayan directamente a proteger a las personas que corren peligro inminente por la labor que desempeñan, es decir, aquellos que se dedican a hacer valer los derechos humanos.
EVO MORALES
El presidente de Bolivia, Evo Morales, fue tratado como un vulgar delincuente por varios países europeos. Con el pretexto de que a bordo de su avión viajaba el perseguido Edward Snowden, ex empleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos.
Como se sabe, el tal Snowden informó del espionaje de Estados Unidos a todo el mundo. El estadounidense se encuentra en el aeropuerto de Moscú en espera de que algún país le dé asilo político.
Y como se decía que Snowden podría conseguir la protección de alguna nación sudamericana, Estados Unidos estrechó el cerco.
La penosa situación en la que se vio envuelto Evo empezó en Rusía, donde sostuvo un encuentro con Vladimir Putin. Hasta ahí, todo iba sin sobresaltos.
El problema surgió cuando el avión del mandatario boliviano sobrevolaba países europeos. Ante la necesidad de una escala técnica, era necesario que la nave aterrizara en Portugal, España o Francia.
Le negaron el descenso en Portugal y Francia. España permanecía en el limbo. Ni autorizó ni negó el aterrizaje.
La nave de Evo aterrizó de emergencia en Austria. Después llegó a Islas Canarias y ya sin sobresaltos se enfiló a América.
Cabe señalar que en Viena, con autorización del propio presidente, el avión fue revisado para confirmar que no se encontraba Snowden. En ningún momento ni Portugal, Francia y España respetaron la inmunidad diplomática de Evo.
Al cerrarle el espacio aéreo al mandatario boliviano se violaron leyes internacionales. Poco les preocupó a los serviles países europeos. Por supuesto, la condena contra la acción de Portugal y Francia fue condenada por los países iberoamericanos y por todo mundo.
Las consecuencias de esa actitud criminal de los europeas necesariamente traerá consecuencias negativas. Por el momento se citó a una reunión urgente de países sudamericanos para analizar el hecho reprobable. Desde luego, este hecho lamentable no debe terminar con una desangelada disculpa.
Feliz fin de semana