Apagar un fuego
¬ Juan Manuel Magaña lunes 8, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Eso es siempre importante en casa: apagar el fuego, no exponerse a un incendio, no acabar con la casa. Es cosa de sentido común.
Pero el fuego también arde en manos de pirómanos, de descuidados o de imbéciles. Y esto último pasó con Calderón y su conflicto, ya de 46 meses que heredó al país, con el SME.
El nuevo gobierno parece comprenderlo bien -insisto, no se necesita mucho- y alcanzó con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) un acuerdo para la jubilación de trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC) que hayan acumulado al menos 23 años de antigüedad, alternativa para quienes forman parte del grupo en resistencia desde octubre de 2009, cuando por decreto presidencial fue cerrada LFC.
Se trata, ni más ni menos, de la jubilación de mil 300 ex electricistas, mil 300 familias que todos los días consumen leche, pan, huevos.
Y esa respuesta ya significó el levantamiento del plantón que el SME mantenía desde el 28 de mayo pasado frente al edificio de la Secretaría de Gobernación y la vuelta a la mesa de negociaciones, porque todavía falta.
Cosa saludable, mientras no pocos medios de comunicación y “líderes de opinión” apostaron siempre a la represión.
Me acuerdo cómo, cuando Calderón dio el golpe -de golpismo- contra el SME, hasta al noticiario de la mañana de Televisa fue convertido en sucursal de la CFE en apoyo de ese golpe y dizque para atender las necesidades de la gente.
Anyway, dirían del otro lado del río. Los electricistas resistieron y es hora que empiezan a ver que las cosas caminan a su favor.
El acuerdo, dicen los especialistas, no tiene precedente en casi cuatro años del movimiento, toda vez que en el sexenio de Calderón se ofrecieron algunas alternativas para la reinserción laboral, pero bajo la condición de que los electricistas debían primero aceptar su liquidación.
El SME consideró que el tema de las jubilaciones es un avance importante, pero que el fondo del conflicto no está resuelto pues se trata de la reinserción laboral de los electricistas.
Son 16 mil 599 trabajadores de la extinta LFC los que no han aceptado su finiquito; y de este bloque son alrededor de mil 300 los que podrían cubrir los requisitos para obtener su jubilación.
Lo importante es que el diálogo se reanudará, con ganas de avanzar, en las semanas siguientes. Incluso se habla de la posibilidad de que el gobierno promueva una filial de la CFE que atienda a la capital del país; ahí podría emplearse a varios miles de electricistas del SME.
Cualquiera de estas soluciones muestran el grado de estupidez a que llegó la administración anterior, que ahora hay que corregir para poder volver a caminar con ganas de avanzar.
En este país miles de trabajadores fueron arrojados masivamente al desempleo masivo, y contra ellos hubo una campaña de calumnias e insidias, demás de amagos represivos.
Y todo para empezar a reconocer ahora la utilidad pública que, más allá de consideraciones políticas y gremiales, los electricistas pertenecientes al SME tienen, puesto que representan un capital humano invaluable que debe ser aprovechado.