Pugnas internas
Augusto Corro martes 9, Jul 2013Punto por punto
Augusto Corro
Guerrero es una de las entidades donde el gobernador, Ángel Aguirre, no sabe si va o viene. Sumido en la crisis de la inseguridad, también enfrenta el caos en su sistema de gobierno.
El mandatario no encuentra al hombre que lo ayude a gobernar. Durante su administración ha nombrado a dos secretarios generales, mismos que le han renunciado. Quienes hacen las veces de secretarios generales se convierten, de hecho, en vicegobernadores, es decir, en la mano derecha del mandatario estatal, pero en Guerrero no han funcionado.
El mandatario no ha contado con el respaldo de su equipo de trabajo. Por ejemplo, el 19 de mayo pasado, Humberto Salgado Gómez renunció al cargo mencionado, acto que demostró cómo la incapacidad total del gabinete de Aguirre, para resolver los conflictos que tienen agobiada a esa entidad, como son los casos de violencia, en los que están implicados la delincuencia organizada, los grupos de autodefensa, los maestros, las escuelas normales rurales, con sus respectivos cierres a la Autopista del Sol, etc.
Aguirre, en términos reales, no ha podido con el paquete, como se dice coloquialmente.
Su equipo, en el que participan un buen número de familiares, no tiene la experiencia que exige un estado lleno de problemas. Todos los conflictos le han estallado en las manos y no hace más que dejar que el tiempo se encargue de solucionarlos.
Comentamos lo anterior, porque la semana pasada Florentino Cruz Ramírez, ex rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, renunció a la Secretaría General de Gobierno y con ello evidenció las pugnas que existen en el gabinete estatal. En ningún momento el gobernador y su subordinado pudieron trabajar de acuerdo.
Cruz Ramírez trataba de solucionar problemas y hacía promesas a las organizaciones sociales. Sin embargo, el gobernador se encargaba de incumplir los compromisos.
De esa manera se establecía un círculo vicioso que afectaba al buen gobierno. Gobernador y subalterno, cada quien por su lado, no pudieron acoplarse. Sin un programa para atender los reclamos de la sociedad guerrerense, no iban a llegar a ningún lado.
OAXACA
En Oaxaca, la situación es muy parecida a lo que ocurre en Guerrero. En esa entidad, también llevan tres secretarios generales en lo que va de la administración de Gabino Cué.
Jesús Martínez Álvarez llegó a la secretaría general tras el cese de Irma Piñero Arias. Esto ocurrió en agosto del 2011. Luego, en abril del 2013, Martínez Álvarez dejó el cargo. En su carta de renuncia especificó que se iba “debido a una serie de intereses internos que evitan la solución de conflictos”.
En el presente, Alfonso Gómez Sandoval es quien hace las veces de secretario general. Con los cambios políticos en Oaxaca no se logró avance alguno en la solución de conflictos, en los que aparecen los maestros y las organizaciones populares.
Cué, como Aguirre, no ha podido desempeñarse como gobernador. Tal vez su inexperiencia o grupos políticos poderosos no le han permitido ejercer el poder a plenitud.
Por ejemplo, su antecesor Ulises Ruiz Ortiz, un depredador del pueblo oaxaqueño, sigue sin rendir cuentas ante la justicia. El propio Cué se encargó de informar a la opinión pública, del mal uso de los recursos del erario en la administración de Ruiz Ortiz.
Extrañamente, las palabras del gobernador quedaron en el olvido. La sociedad oaxaqueña no tiene confianza en un gobernador que no sabe qué quiere la sociedad oaxaqueña. Sus errores lo tienen en constante protesta de inconformes en todos los renglones: seguridad, política, pobreza, etc.
Quizá por la incongruencia del gobierno de Cué, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), regresa ahora con el nuevo nombre de Frente Amplio de la Lucha Social de Oaxaca, con la idea de fortalecer el movimiento de organizaciones civiles populares, con una visión más amplia de sus metas.