Salir perdiendo
¬ Juan Manuel Magaña jueves 18, Jul 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Datos para documentar la realidad: en los seis años de Felipe Calderón, el ingreso que percibieron los hogares mexicanos padeció severas pérdidas.
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares elaborada por el Inegi (el Instituto Nacional de Estadística y Geografía) el ingreso en los hogares mexicanos se redujo 12.75 por ciento durante el sexenio pasado y el de cada persona disminuyó 7.12 por ciento.
Los datos oficiales muestran una caída en la capacidad de compra de bienes y servicios durante ese periodo en el que se presentó una de las mayores crisis económicas a escala mundial en ocho décadas y frente a la cual no se hizo lo necesario para evitar el castigo a la gente.
Así, por ejemplo, el ingreso de los hogares más pobres se contrajo 10.4 por ciento entre 2006 y 2012.
Ahora se sabe que en 2012, la percepción promedio trimestral en los hogares mexicanos fue de 38 mil 125 pesos, mientras en 2006 fue de 43 mil 698 pesos, según la mencionada encuesta que ofrece el más amplio panorama sobre la fuente de ingreso y el destino del gasto de las familias del país.
Es más, tan solo en dos años, entre 2006 y 2008 —antes del estallido de la crisis que provocó en 2009 una recesión en México—, las remuneraciones de los trabajadores con salario fijo crecieron 0.1 por ciento, pero en los siguientes dos bienios se contrajeron 7.9 y 4.9 por ciento.
La encuesta es interesante porque nos dice en qué gastan los hogares mexicanos. La mayor parte del ingreso se va a la compra de alimentos, bebidas y tabaco, transporte, educación y esparcimiento.
Y ese gasto entre 2006 y 2008 se contrajo 0.2 por ciento, y para el periodo 2008-2010 el deterioro en el gasto para alimentos fue de 3 por ciento. También se muestran las grandes diferencias por deciles de hogares, ya que el 10 por ciento de los de menores ingresos dedican 46.4 por ciento de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco, mientras que el decil más alto dedica sólo 14.4 por ciento.
Asimismo, en los hogares con más ingresos se destina 19.9 por ciento a educación y esparcimiento, y en los más pobres 5.2 por ciento.
Pero lo cierto es que durante el sexenio pasado todos los hogares mexicanos perdieron, sufrieron una contracción en su ingreso: los del primer decil pasaron de percibir 7 mil 796 pesos en 2006 a 6 mil 997 en 2012, y los del decil más alto redujeron su ingreso de 155 mil 715 pesos trimestrales a 133 mil 300, aproximadamente 14.5 por ciento.
Eso sólo le puede pasar a una sociedad a la que el poder y la televisión la tienen tan atolondrada que no puede distinguir quién es quién cuando se habla de un peligro para México.
Y para ser justos, esa pérdida colectiva del bienestar no se limita a un sexenio, sino que abarca ya seis.