La sombra de “Manuel”
Ramón Zurita Sahagún jueves 19, Sep 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La tragedia es el signo de identificación que se encuentra detrás de la carrera política de Ángel Heladio Aguirre Rivero y sus administraciones estatales en Guerrero y “Manuel”, un nombre que le presagia problemas.
El agua en abundancia y sus consecuencias de muerte y devastación marcan sus gobiernos (el de interino y el de electo), al que arribó por vez primera producto de otra tragedia, ocurrida en Aguas Blancas y que obligó a solicitar licencia al gobernador en turno, Rubén Figueroa Alcocer.
La muerte a mansalva de dos docenas de campesinos en el vado de Aguas Blancas, por parte de agentes de seguridad estatal, provocó la salida del gobernador electo en las urnas y el arribo de un interino que entonces ocupaba una curul en el Congreso federal: Ángel Aguirre Rivero.
Para entonces, Aguirre Rivero era un político sumamente local, que pasaba inadvertido en la Cámara de Diputados, cuyo liderazgo priísta era encabezado por Humberto Roque Villanueva.
Ahora, es un político sumamente polémico, del que alguna vez preguntó Manlio Fabio Beltrones si se encontraba en su juicio cuando realizó una serie de declaraciones. Es que el gobernador de Guerrero está identificado como un político amigo de la juerga y el despilfarro, que gusta además de pregonarlo. Tal vez sea por eso que al gobernante le estalla todo, sin que encuentre los mecanismos de solución de los problemas y todavía peor, hasta la naturaleza le juega malas pasadas.
Aguirre Rivero tenía poco más de un año de sustituto de Figueroa Alcocer, cuando arribó con gran fuerza el huracán “Paulina” al territorio que gobernaba.
La falta de previsión ante el fenómeno natural que llegó con una fuerza inusitada provocó graves daños en la entidad, afectando en gran forma a las zonas turísticas.
Sin embargo, en aquella ocasión (como ahora) se dio atención preferencial a las áreas turísticas de esas poblaciones, dejando las otras en segundo término.
“Paulina” (huracán), primero y “Manuel” (tormenta tropical), después, con un lapso de 16 años de diferencia, son, en parte, los responsables de cuantiosos daños y víctimas mortales en esa entidad, en la que la prevención y la rápida respuesta a los damnificados, son palabras inexistentes en el diccionario del dos veces gobernador.
El primero de los fenómenos naturales dejó también daños considerables en Oaxaca y Chiapas, pero se ensañó con Guerrero, donde los decesos fueron cuantificados en cifras que variaron de 230 a 400 personas, según algunos recuentos.
Este huracán tomó fuerza con vientos de 215 kilómetros por hora y rachas de hasta 240, provocando que cerca de 3 mil personas quedaran sin hogar. La tormenta tropical “Manuel” dejó un panorama similar al del huracán “Paulina”, aunque (hasta el momento) la cifra de víctimas mortales no parece ser tan alta como en 1997.
Sin embargo, en ambas ocasiones quedó en claro que Aguirre Rivero es un gobernante clasista y que las primeras ayudas son para aquellos que llegan a aprovechar las bondades de los paradisíacos lugares que existen en el estado.
Las zonas marginadas no requieren de tanta ayuda, como los turistas, según se dejó ver en las primeras respuestas gubernamentales. Para Aguirre Rivero el nombre de “Manuel” parece seguirlo como un sino trágico, ya que la tormenta tropical de ese nombre mostró la desorganización de su gobierno y fue el mismo quien propició el crecimiento político de un personaje del mismo nombre, Manuel Añorve Baños.
Hace 16 años, Añorve Baños fue enviado como alcalde sustituto en Acapulco, para paliar el pésimo desempeño del presidente municipal, Juan Salgado Tenorio, petrificado en la tragedia del huracán “Paulina”. Fue el inicio del crecimiento político de Añorve Baños, llevado de la mano por su primo Ángel Aguirre, quien lo quería impulsar a la candidatura priísta al gobierno estatal, situación que no consiguió, ya que René Juárez Cisneros le ganó la postulación del tricolor.
Años después, los primos Ángel y Manuel disputaron la candidatura del mismo PRI al gobierno estatal, ganándola Manuel, lo que obligó a Aguirre Rivero a buscar cobijo en otras siglas, las del PRD.
Las urnas determinaron el triunfo del hoy gobernador sobre su primo, aunque el resentimiento de Manuel quedó insertado en el alma. Hoy que la devastación, la desolación y la muerte provocadas por “Manuel” marcan nuevamente la administración estatal de Ángel Heladio, el otro Manuel busca mostrar el desgobierno de su primo, donde la falta de respuesta a los damnificados de las zonas deprimidas, los frecuentes enfrentamientos con los maestros de la CNTE, el dominio de amplios territorios de los grupos delincuenciales y la presencia de los guardias y policías comunitarios, son parte de un cuadro dantesco en la entidad.
CUATRO AÑOS
El pasado domingo, Fernando Ortega Bernés, gobernador de Campeche, cumplió cuatro años al frente del gobierno estatal, logrando buenos resultados durante esos 48 meses de trabajo. Con un perfil bajo ante la comunidad nacional, Ortega logró encarrilar la administración estatal, destacando el apoyo al campo en los 11 municipios por igual.
En ese tiempo se consolidó el cultivo de arroz, la producción de miel, azúcar y se puso especial atención en el turismo, retomando el rumbo de los años pasados.
Los 11 alcaldes del estado rendirán en los próximos días su primer Informe de Gobierno, siendo el viernes el de Víctor Hugo Baltasar Rodríguez en Calkiní, el viernes 27 el de Enrique Iván González López, alcalde del ayuntamiento petrolero de Ciudad del Carmen y el sábado 28 el de Ana Martha Escalante, presidenta municipal de Campeche.