Calderón, el desmemoriado
Augusto Corro martes 1, Oct 2013Punto por punto
Augusto Corro
En momentos aciagos que vive México por las lluvias, apareció el ex presidente Calderón con su discurso gastado y desmemoriado.
En una conferencia ante estudiantes y académicos del Tec de Monterrey, Campus Saltillo, el michoacano se autoelogió por la manera como gobernó a los mexicanos. Se quejó amargamente de los legisladores de oposición que “me batearon las reformas” y no se pudo beneficiar a Petróleos Mexicanos (Pemex). Luego hizo una relación de los obstáculos que enfrentó durante su mandato y que pese a las adversidades “se pudo librar la tormenta”.
Cuando llegó al tema de su fallida guerra contra la delincuencia organizada, trató de justificar sus acciones a todas luces improductivas. De lo que no habló Calderón fue de los 12 millones de personas que aumentaron el ejército de pobres en México. Tampoco se refirió al grave problema del desempleo que le heredó a la actual administración. Y menos habló del tejido social que quedó hecho trizas con su combate a la delincuencia organizada.
Por lo menos, 70 mil personas murieron violentamente en el sexenio calderonista, como resultado de los enfrentamientos entre las propias bandas de delincuentes y éstos contra las autoridades.
También se registraron miles de desaparecidos, así como gente que pereció y espera ser identificada.
El grave error de Calderón fue haberse lanzado a una guerra sin fusil. Esto provocó que nunca se vieran los resultados positivos de su lucha. Para empezar, no contaba con una policía preparada para enfrentar a los cárteles de la droga, siempre bien armados.
José Miguel Vivanco, director para América de Human Rights Watch (HRW), afirmó que la estrategia impulsada por Calderón, quien ordenó a las fuerzas militares ejecutar la política de guerra contra el narcotráfico, resultó “absurda” y “fracasada”. Calderón se fue por el camino de la oratoria agradable, esa que endulza los oídos. Su retorno a la plaza pública no tuvo el impacto deseado.
UN GOBERNADOR DEMAGOGO
No han tenido respuesta las marchas y las manifestaciones contra la violencia y la inseguridad que se vive en el estado de Morelos. Su gobernador, Graco Ramírez montado en la demagogia no ha podido contrarrestar las agresiones de la delincuencia.
Cuatro personas perecieron al ser alcanzadas por las balas. Lo anterior ocurrió el sábado en la noche, cuando un comando que se desplazaba en dos camionetas y una motocicleta abrió fuego contra un bar ubicado en la Unidad Morelos de Cuernavaca, en una zona controlada por bandas criminales.
Tres personas más resultaron lesionadas y fueron hospitalizadas.
De manera simultánea otro grupo de sujetos armados realizó un ataque en la colonia Alta Vista, de Cuernavaca, donde levantó a dos jóvenes, cuyo paradero se desconoce. Morelos seguirá sumido en la violencia, porque el gobernador Graco está empeñado en resolver los problemas con sus discursos llenos de promesas. Por el momento es ubicado como el primero entre los 32 estados de México por su cantidad de secuestros denunciados.
Por cierto, continúa en el misterio la desaparición de una familia de capitalinos ocurrida en Oaxtepec, en julio pasado.
OTRA DE CORRUPTOS
El fin de semana la clase política poblana se vistió de gala para la boda de Mario Marín García y la austriaca Nadja Ludmer. Claro, estuvo presente en la ceremonia “mi gober precioso”, Mario Marín Torres y su esposa. En las calles, la policía formó un cerco para evitar que los maestros que protestaban frente a la catedral intentaran interrumpir la boda. Las crónicas de “sociales” en Puebla se reseñó que el “junior” es el mayor beneficiario del mal gobierno de su padre, quien sirvió como prestanombres y accionista de negocios inmobiliarios, de taxis aéreos, gasolineras e inversiones en el mercado de valores; asimismo, gracias al erario público poblano adquirió residencias, palacios, chalets en Europa y Estados Unidos”.