La camioneta de la muerte
Augusto Corro martes 8, Oct 2013Punto por punto
Augusto Corro
Ocurre que los mexicanos vamos de desgracia en desgracia debido a la falta de medidas preventivas contra accidentes. La última tragedia se registró el sábado pasado en el Parque El Rejón, en Chihuahua, la capital del estado del mismo nombre.
Las autoridades de aquella entidad permitieron la exhibición del denominado Extremo Aeroshow de Chihuahua. En él participan camionetas con llantas hasta de dos metros de altura denominadas “monster truck”.
Uno de estos automotores sin control alguno se fue sobre los espectadores y provocó la muerte de trece personas según los últimos reportes.
Como ocurre en este tipo de tragedias los organizadores y las autoridades tendrán que responder a la falta total de previsiones en ese tipo de espectáculos.
El gobernador de Chihuahua César Duarte una vez que le informaron de la tragedia decretó tres días de luto en el estado. ¿Con esto se cerrará el caso? De ninguna manera. Suponemos que habrá algunas autoridades que investiguen qué fue lo ocurrido en el espectáculo de la muerte y castigar a los responsables de la tragedia.
Desde luego, no hubo medidas preventivas que salvaguardaran la integridad física de las personas. Esto lo demuestra el número de muertos y heridos.
El piloto de la “monster truck”, Alfredo Velázquez, presunto responsable de la tragedia, ya declaró que se desmayó al golpear su cabeza con el volante del vehículo.
El propio mandatario estatal declaró que el mencionado conductor habría bebido alcohol antes de su presentación, de acuerdo con los exámenes toxicológicos.
Por lo pronto Alfredo Velázquez está detenido bajo los cargos de homicidio imprudencial.
La historia de muertos y heridos se vuelve a repetir en una entidad marcada por la violencia.
Es de esperarse que las autoridades, incluido el gobernador César Duarte, eviten tragedias sangrientas como la ocurrida con la presentación del Extremo Aeroshow de Chihuahua.
En aquella entidad, la población ha vivido años de terror provocados por la delincuencia organizada. Es hora de ponerle fin a tantas muertes. Familiares y amigos de las víctimas denunciaron que en el espectáculo no había seguridad ni muros o barreras de contención que protegieran al público. Se confirmó así, que el espectáculo se realizó sin ninguna medida para evitar alguna desgracia.
Un conductor ebrio y la irresponsabilidad de las autoridades son los elementos esenciales que coincidieron para que nueve personas perdieran la vida y decenas resultaran lesionadas.
En las redes sociales, los chihuahuenses exigen justicia y una investigación a fondo del accidente, pues consideran que hubo sobrecupo y descontrol en la entrada al espectáculo. Así pues, alguien tendrá que investigar que provocó realmente la tragedia y castigar con todo el rigor de la ley a los responsables.
CUÉ NO PUEDE
El gobierno oaxaqueño de Gabino Cué no puede con el paquete. Sobran los ejemplos de su incapacidad para gobernar. El más representativo de esa ineptitud es el conflicto con el magisterio oaxaqueño que no puede resolver, porque fueron sus aliados para ascender al poder. Claro, poco le interesa la suerte de más de millón y medio de niños que no reciben clases en lo que va del periodo escolar.
Se nota la ausencia de autoridad en dicho gobierno, donde todos los funcionarios hacen lo que les viene en gana. Uno de los hechos más recientes fue el de la joven mazateca, Irma López Aurelio, quien dio a luz en el jardín de un nosocomio, pues los directivos le negaron el servicio.
El hecho ocurrió en el Centro de Salud de Jalapa de Díaz. De plano, los médicos del sanatorio asumieron una actitud reprobable. ¿Qué sigue? Pues nada. Si hay desgobierno en Oaxaca, quien les llamará la atención a esas personas que no tienen ningún sentido de lo que representa su profesión.
La foto de Irma en el acto de alumbramiento es impactante. Con rictus de dolor, casi en cuclillas, la joven tiene al recién nacido, debajo de ella, con el cordón umbilical. Una imagen desgarradora que habla de lo mal que marcha el mal gobierno de Gabino Cué.