Crecimiento explosivo en secuestro
¬ Juan Manuel Magaña viernes 11, Oct 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
En sus comparecencias ante senadores y diputados, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se encargó de llevar la buena nueva, la de que han disminuido las tendencias en criminalidad, pero junto con la mala noticia de que el delito de secuestro va en aumento.
Una buena y una mala. Ésta última la achacó a una mayor denuncia de la ciudadanía y a la “mutación” de grupos del crimen que al ser “reprimidos” buscan otras opciones. Apenas el día anterior comentamos aquí la terrible noticia de que los policías federales forman parte de bandas de secuestradores y de toda la pus que segregan las policías de todo el país.
Y parece ser que este asunto del secuestro se ha agravado tan vertiginosamente que “el Ejército y la Armada de México crearán grupos especiales antisecuestro y antiextorsión para enfrentar estos delitos que se han incrementado sustancialmente en el último año”.
Un diario publicó un reportaje al respecto, basado en fuentes castrenses. Se habla de que ésta sería una “intervención inédita” de elementos de las fuerzas armadas, debido a la preocupante falta de capacidad de los gobiernos locales y federal para combatir el creciente problema. Ayer, Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana, confirmó la especie, aunque sin ofrecer detalles.
Los grupos especiales antisecuestro y antiextorsión estarían en fase de reclutamiento de sus elementos. Esos grupos de élite trabajarían en conjunto con células especializadas de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
En el material del diario se desliza una fuerte observación: que los altos mandos de las fuerzas armadas aceptaron crear este nuevo frente de lucha contra la delincuencia, con la condición de que los agentes con los que colaboren sean designados directamente por el procurador de la República, Jesús Murillo Karam y por el titular de la CNS, Manuel Mondragón.
El trabajo se respalda también en cifras recientes del INEGI que hablan de que en 2012 -el último de Felipe Calderón- hubo ni más ni menos que 105 mil 682 plagios (incluidos los exprés), mientras que autoridades estatales y federales reportaron para ese mismo periodo tan sólo mil 317 casos, como consta en el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Es obvio que no sólo hay desconfianza hacia las policías que no han salido de su estado de descomposición, sino también hacia la calidad de la información oficial cuando por un simple contraste se le hace ver defectuosa. Según los datos, estamos ante un crecimiento explosivo del problema, con información con la que sencillamente no se puede trabajar.
Ayer mismo, en la comparecencia de Osorio Chong ante el Senado, el diputado panista Javier Corral, criticó que las campañas de comunicación gubernamental eclipsen el problema, junto con “el silencio cómplice de algunos medios” que oculta el número de muertos y el aumento de los delitos de extorsión y secuestro.
Otra vez, el problema parece ganarle a la depuración de las policías, a la formación de nuevos elementos, a la información que reciben los ciudadanos que, cuando comienzan a darse cuenta, la opción militar aparece como emergencia porque la civil se quedó atrás.