Espionaje
Augusto Corro martes 22, Oct 2013Punto por punto
Augusto Corro
En los últimos tiempos se ha informado del intenso espionaje que realiza Estados Unidos en países socios y amigos.
Seguro que en todo el mundo teléfonos y computadoras y cualquier medio de comunicación es intervenido por los estadounidenses. Es la naturaleza de un país que tiene problemas hasta con los países más apartados de la geografía mundial.
Eso no ha evitado los atentados en el corazón de EU y en sus embajadas diseminadas en los cinco continentes.
En América el espionaje seguramente es una actividad cotidiana en la zona, que pocos son los que protestan por esa intromisión.
Sin embargo, esa actividad ilegal ya rebasó los límites de la convivencia internacional. No porque somos vecinos debemos aceptar la intromisión ilegal en nuestra vida privada o pública.
Pero el espionaje ya ocurrió y se practicó en los mensajes de texto y correo electrónicos del entonces candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.
Dicha revelación se efectuó recientemente y las propias autoridades mexicanas solicitaron una investigación al gobierno estadounidense. Se ignora qué tanta importancia le dieron a esa petición. El domingo pasado, el semanario alemán Der Spiegel informó de actividades de espionaje al propio Calderón, cuando este se desempeñaba como presidente de México, en 2010.
Der Spiegel citó los informes secretos de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) que están en la base de datos del analista Edward Snowdan.
CALDERÓN LO PERMITIÓ
En el 2007 las autoridades mexicanas autorizaron a la NSA el sistema de intercepción de comunicaciones relacionadas con el denominado Plan Mérida, un acuerdo de México-EU en la lucha contra las drogas.
Pero los espías no se limitaron a lo pactado. Optaron por hackear en mayo de 2010 el correo electrónico de Calderón y de varios de sus funcionarios.
Es de suponer que para la NSA los temas más interesantes o importantes, de acuerdo con los tiempos, eran la seguridad, la política y en general la economía de México. Sobre la materia de seguridad no había cosas nuevas que llamaran la atención a los espías. La guerra fallida de Calderón contra la delincuencia organizada era conocida por propios y extraños. Lo raro del caso es que si EU conocía lo errático de esa lucha, poco o nada hizo para orientar al entonces primer mandatario mexicano. ¿O este no los quiso escuchar?
El hecho real es que los resultados de la guerra fallida arrojaron miles de muertos y desaparecidos. El problema migratorio en ningún momento se frenó. Al contrario cada vez son más los extranjeros que pasan por México rumbo a los EU.
Es posible que la NSA logró uno de sus propósitos: ayudar a los inversionistas estadounidenses a asegurar y mejorar sus ganancias.
Quizá en esta línea de las inversiones ventajosas los espías sí vieron resultados positivos de sus actividades clandestinas.
Pero México ¿no ha estado urgido de inversiones? Por ese lado ni chistar.
Por otra parte, el petróleo siempre será motivo de espionaje en cualquier lugar del mundo. Con autorización o sin ella, los EU siempre estarán en condiciones de conocer la situación de cada país productor del oro negro.
TODO SEGUIRÁ IGUAL
Los reclamos a EU por su desmedido afán de espiar solo encontraron una oposición marcada en Brasil. La presidenta Dilma Rousseff protestó contra el espionaje en la Asamblea General de la ONU. Además canceló una visita a EU. Por lo demás, se nota que los demás países espiados se sienten bien con lo que ocurre en su interior. De una cosa sí estamos seguros: EU nunca dejará de espiar. El espionaje siempre ha existido y existirá. Solo que muchas veces se hace con sutileza; pero al Tío Sam es lo que menos le preocupa.