Los machucones de Osorio
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 6, Nov 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Al hablar ayer de la violencia en los estados de Michoacán y Tamaulipas, Miguel Ángel Osorio Chong dio un par de tremendos machucones que ojalá tuviesen o hubiesen ya tenido mayores consecuencias.
Uno, me parece, fue al gobernador Fausto Vallejo y el otro al calderonato. De Michoacán dijo que se trata de una plaza “dificilísima” que poco a poco se está recuperando, puesto que “prácticamente estaba abandonada”.
En la entidad, insistió, se hace el trabajo “que no existía”, y que ahora ha permitido ir recuperando el territorio.
Luego Osorio englobó la violencia en Tamaulipas y Michoacán para decir que “el camino no es fácil” pues las condiciones en que la administración de Enrique Peña Nieto encontró el país hace casi un año fueron “verdaderamente difíciles”. Se refería sin duda a la deplorable situación en que dejó al país la fracasada guerra de Felipe Calderón.
Por eso recordó que el gobierno ha pasado de un enfoque policiaco a uno de seguridad ciudadana, donde lo primordial es la prevención, contención y, hasta lo último, el combate a la delincuencia, con tal éxito según él que hasta aseguró que “hay zonas donde se han logrado casos exitosos, en los que ya se avanza en una segunda etapa, como es la Laguna y el norte del país”.
En fin, lo que Osorio quiso decir es que si las cosas siguen así en Michoacán y en Tamaulipas no es porque este gobierno actual no pueda, sino porque otros abandonaron el territorio, no hicieron su trabajo y dejaron un país en malas condiciones.
En el caso de Michoacán es inevitable que el machucón le toque a Fausto Vallejo aunque sea en su parte proporcional. Su gobierno es un cero a la izquierda frente a lo que allá se vive. Y más si actúa en franca negación de la realidad.
Así como falló Caderón e incluso el gobierno estatal perredista de Leonel Godoy, el gobierno de Vallejo ni siquiera ha tenido tiempo de existir con aquello de la ausencia de éste por problemas de salud. Peor aun el gobierno interino, que tan sólo sirvió para dos cosas: para nada y para lo mismo.
En los últimos días, la fuerza armada del gobierno federal ha tenido que tomar el control de la seguridad en lugares como Apatzingán y Lázaro Cárdenas, lo que subraya la inexistencia de la administración de un Vallejo en pleno retorno.
Y no se diga la caracterización de estado fallido que de Michoacán hizo hace unos días el obispo Patiño de Apatzingán. Y no se hable más del fantasma de la desaparición de poderes en Michoacán que todos los días se pasea por el Senado.
Pero eso sí, ayer Vallejo se placeó por el Palacio Legislativo de San Lázaro para decir que las fuerzas federales que tomaron parte de su estado van a permanecer sólo temporalmente en el puerto de Lázaro Cárdenas “hasta que las policías estatales y municipales se certifiquen y se capaciten”.
¿Pues qué no se enteró que horas antes su secretario de gobierno, Jaime Mares Camarena, había anunciado que además de la ciudad portuaria de Lázaro Cárdenas, la Secretaría de la Defensa Nacional se va a hacer cargo de la seguridad pública de otros municipios?
Como si no supiera que los alcaldes de Tepalcatepec, Buenavista, Aguililla, Chinicuila y Coalcomán están solicitado la presencia del Ejército para garantizar la seguridad, nomás por el hecho de que su gobierno no existe o simplemente parasita al gobierno federal. Así qué cómodo.